Cinco senderos para descubrir un Tafí diferente

Cinco senderos para descubrir un Tafí diferente

Ir con alguien que domina la zona es más seguro y agrega el valor de la información.

Cinco senderos para descubrir un Tafí diferente
27 Enero 2016

Saber cómo es el cuarzo en estado natural. Charlar con un pastor que vive en esas montañas que parecen de terciopelo verde. Rozar con las mejillas enrojecidas la caída de una cascada luego de una ardua caminata. Reconocer entre las piedras de los caminos los vestigios de otras civilizaciones. El circuito de senderos de los Valles Calchaquíes, que en su mayoría parten de Tafí del Valle, da la posibilidad de vivir esas experiencias -y muchas otras más- durante este verano. Sólo se necesita buen calzado y respirar profundo antes de iniciar la aventura.

Guías turísticos del valle recomiendan recorrer estos lugares en compañía de un conocedor del terreno, ya que el tiempo cambiante, los suelos engañosos y las nubes pueden ser una amenaza imprevisible. “Lo que pasa en Tafí es que los circuitos no están señalizados. Nada indica qué dificultad tiene un camino o en qué sector te encontrás. Hay miles de sendas, pero son de animales y eso muchas veces desorienta. El alpapuyo (niebla típica de la zona), que baja a la tarde, es otra de las dificultades con las que uno puede encontrarse”, indicó el guía tafinisto Cristian Mamaní. Agregó que si se quiere emprender un sendero sin compañía, hay que registrarse en la Policía o en la sede de los Bomberos, por si llega a perderse. En la mayoría de esos caminos hay señal de telefonía celular, excepto en la Quebrada del Portugués. En La Casa del Turista, ubicada en la peatonal Los Faroles, se ofrecen recorridos guiados de diferente nivel de dificultad y duración.

“La huella más grande que tienen estos senderos es la mirada de la gente del lugar. Por ello recomiendo que hablen con esas personas. Eso hace memorable la experiencia”, resaltó Elena Colombres Garmendia, vicepresidenta del Ente Tucumán Turismo, que elaboró un completo folleto con información y fotos de ecosendas tucumanas. Allí se incluyen los circuitos de los Valles Calchaquíes, de Las Yungas, Sur y del Valle de Choromoro.

Cerro El Pelao

Vista panorámica en plena villa, a 2.680 metros sobre el nivel del mar

Al cerro El Pelao (tiene otras denominaciones como “Loma Pelada” o “Cerro del Medio”), que está próximo a la villa, se lo puede conocer de dos maneras: con guía por los senderos más largos o empinados, o por cuenta propia por el camino que parte del puente de La Banda hasta la cruz (está marcado con cartelería y es de muy baja dificultad). Daniel Carrazano, guía y propietario de una empresa de turismo tafinista, describió que el recorrido que brinda se inicia en un sendero con olor a hierbas; luego sigue por un camino de piedras blancas (son cuarzos en estado natural) hasta llegar a una cima, donde se ve todo el valle, incluyendo el dique. En el ascenso aparecen también las apachetas, que son montículos de piedras encerrados en círculos. La tradición indígena las considera ofrendas para la Pachamama que protege a los caminantes y aparta las desgracias del camino. “A lo largo de este recorrido para todo público se ven desde algarrobos de más de 90 años, hasta cardones y otras flores que se descubren de a poco. Lo que nosotros queremos es que sientan el lugar, que sientan nuestro respeto hacia la tierra”, explicó Carrazano. Por su parte, Cristian Mamaní, otro guía del lugar, agregó que también se puede recorrer el cerro El Pelao si se ingresa por el terreno donde antes se hacía La Pasión: se camina por el zanjón hasta la tercera loma de la cruz. La cima está a unos 2.680 metros sobre el nivel del mar. Es un sendero bien marcado. “Tiene una amplia vista panorámica y se pueden encontrar con vestigios arqueológicos. Es un museo a cielo abierto”, agregó Mamaní. Este paseo, con guía, cuesta desde  $ 50 a $ 250 por persona, según la extensión que se recorra. 

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Cañada del Muñoz

Visitar una cascada y hacer cima a unos 3.100 metros

Para algunos aventureros, el principal atractivo de este sendero es la Cascada de Los Alisos. Se trata de un salto de unos 60 metros de caída. Para llegar allá se parte desde la villa de Tafí a las 8 de la mañana. Si el paso es firme, se llega cerca de las 10 a la cascada. Luego, según lo que ofrecen las empresas dedicadas a este tipo de turismo, se continúa con un ascenso hasta los 3.100 metros sobre el nivel del mar (para tener en cuenta,  Tafí del Valle está a 2.000 metros) y más tarde se baja por la Cañada del Muñoz (el Muñoz es el cerro que está al oeste de la villa). “Es un espacio verde gigante, como si fuese un zanjón. Eso es una cañada. Pueden ir personas de cualquier edad, aunque sólo deben tener un aceptable estado físico, ya que tiene un grado medio de dificultad”, describió Carrazano.

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En total son unas ocho horas de paseo y cuesta cerca de $ 500.

Ñuñorco Grande

Sendero de suelo árido y rocoso, detrás de El Mollar

El cerro Ñuñorco está ubicado detrás de la villa veraniega El Mollar. El sendero se caracteriza por tener un suelo árido y rocoso, con laderas abruptas. Por esa complejidad del terreno se recomienda contratar un guía certificado de alta montaña. “La gente debe tener un estado físico de medio para arriba. Es muy elegido por turistas extranjeros, en especial europeos. Se llega a unos 3.400 metros de altura. Para ello, hay que salir a las seis de la mañana y se estima un regreso cerca de las 16 o 17. Al llegar a la cima se siente como si uno estuviera volando”, describe Carrazano.Para recorrer este sendero hay que llevar un calzado especial, agua y ropa liviana. Cristian Mamaní resalta que en este camino, se trabaja mucho las piernas debido al terreno (“es muy pedregoso; es un cerro pesado”).El paseo con guía cuesta desde     $ 1.000.

Cerro Muñoz

Un camino Entre pastores y vestigios de la cultura Tafí

Por el sendero del cerro Muñoz se atraviesan dos paisajes de marcados contrastes: pastizales verdosos, por un lado, y cerros rocosos de altura por otro. Un paseo reconocido, que se realiza asiduamente, es el que tiene por destino Fuerte Viejo.

Para hacer esta caminata, se parte desde la zona conocida como Molle Solo (está camino a la estancia Las Carreras). Allí se puede tomar contacto con vestigios de la Cultura Tafí (se desarrolló desde los años 300 aC hasta los 800 dC aproximadamente). “El cerro tiene un terreno escabroso, parecido a El Ñuñorco, aunque es más verde en esta época. Se puede realizar durante todo el año, pero los días de lluvia no es conveniente recorrerlo”, opinó Carrazano. Luego de varias horas de caminata se llega a una altura de 3.300 metros sobre el nivel del mar. También se pueden conocer puestos de lugareños que trabajan con cuero o piedra, y pastores de la zona. Cuando se llega al final del sendero, en el barrio Peñarol, los caminantes ya pueden tener señal de telefonía celular.Este paseo cuesta unos $ 800 por persona.

Quebrada del Portugués

Un antiguo recorrido que está poco explotado turísticamente

Recorriendo este sendero se descubre el camino por el cual los pueblos originarios unían el valle de Tafí y la llanura tucumana. Por allí llegaron también corrientes colonizadoras dirigidas por Diego de Rojas, según detalla en su folletería el Ente Tucumán Turismo de nuestra provincia.La senda comienza en la localidad de El Rincón, en El Mollar, y llega hasta Monteros. Sin embargo, la mayoría de los recorridos guiados no concluyen en esa ciudad. El río Pueblo Viejo que surca esta quebrada es la guía para cumplir el trayecto. De hecho, hay que cruzarlo varias veces, describen los expertos. Por otro lado, esta senda se encuentra dentro de la Reserva Natural Quebrada del Portugués.“La considero una travesía con dificultad, ya que al río se lo cruza como unas 10 veces. Se puede partir desde Tafí del Valle hacia El Rincón y luego se desciende por la quebrada unos ocho kilómetros a través de sendas. Nuestro paseo llega hasta la toma de agua de Los Reales. Luego se vuelve en vehículo, o se repite la aventura en sentido contrario”, explicó Mamaní. Por otra parte, detalló que el paisaje está compuesto por verdes alisos, muchos animales (“podés ver pavas de monte, chuñas o vacas”). “No es un paseo muy explotado turísticamente”, agregó el guía tafinisto. La dificultad de este sendero es media, y la excursión cuesta desde $ 600.Turismo aconseja que la mejor época del año para hacer este camino es de marzo a diciembre, y que los puntos de interés son los corrales, la usina y las diversas vistas panorámicas con las que uno se va encontrando.

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