Roban $ 115.000 y U$S 4.000 en un edificio

Roban $ 115.000 y U$S 4.000 en un edificio

Dos ladrones entraron a un edificio en Santa fe al 600 y se hicieron de un jugoso botín de dinero y joyas; aún no pudieron identificarlos Los delincuentes entraron por la puerta principal y le quitaron la llave de ese acceso a una de sus víctimas para poder escapar. Inquilinos refuerzan la seguridad

EN ALTURA. Los ladrones entraron al edificio de Santa Fe al 600 y subieron al octavo piso para perpetrar el robo; sospechan que fue una “entregada”. la gaceta / foto de antonio ferroni EN ALTURA. Los ladrones entraron al edificio de Santa Fe al 600 y subieron al octavo piso para perpetrar el robo; sospechan que fue una “entregada”. la gaceta / foto de antonio ferroni
12 Enero 2016
A sólo 12 días de haber comenzado el año los “escruches” atemorizan a los vecinos de la capital. El domingo a la siesta dos asaltantes que, según una de las víctimas, utilizaron pistolas para amenazarlos de muerte, entraron a un edificio situado en Santa Fe al 600 y lograron llevarse un jugoso botín de $ 115.000 y U$S 4.000.

Los ladrones están prófugos. Según las denuncias policiales, forzaron las puertas de dos departamentos ubicados en un octavo piso y, además del dinero en efectivo, robaron las joyas que las víctimas tenían guardadas en sus domicilios.

Barrio Norte es una de las zonas más vigiladas de la capital. En la cuadra donde se perpetraron estos robos está el edificio donde funciona la delegación local de la Policía Federal y a dos cuadras de allí, en Junín al 800, está situada la Dirección de Investigaciones Criminales y Delitos Complejos de la Policía local. Pero fuentes cercanas a la investigación dijeron que no hay pistas firmes acerca de quienes podrían ser los asaltantes. En este sentido, agregaron que las descripciones aportadas por los testigos tampoco permitieron identificar fehacientemente a los delincuentes.

Terror en casa
V.G. es integrante de una familia que hace más de 80 años comercializa telas en el microcentro. El domingo al mediodía fue a almorzar con sus suegros junto a su hijo, que tiene un año, en otro edificio que está ubicado en la misma cuadra donde perpetraron los robos.

A las 16.30, volvió a su casa. Estaba sola con el niño. Subió hasta el octavo piso. Abrió la puerta de su departamento (al parecer no quedaron indicios de que había sido forzada) y entró. Pero jamás imaginó que dentro de su casa iba a ser atacada por dos asaltantes que revolvieron todo lo que encontraron en busca de dinero. “No quiero dar mi nombre porque tengo terror de que esta gente amenace a mi familia o que vuelvan a querer entrar en mi casa”, dijo ayer al dialogar con LA GACETA.

A pesar de esto V.G. accedió a contar a lo que padeció. “Me ataron las manos a la espalda y también los pies. Me tiraron al piso y como mi hijo lloraba me decían que lo hiciera callar. Después me pusieron una mordaza para que no pudiera pedir ayuda”, describió. Después de apoderarse del dinero los ladrones huyeron y la dejaron atada. Los delincuentes, según dijo la mujer, le robaron joyas, $ 40.000 y U$S 1.500.

Medidas de seguridad
Los asaltantes, según los investigadores, entraron por la puerta sin dejar rastros de cómo forzaron las cerraduras. Por esto sospechan que podría tratarse de una “entregada”, porque Elisa Lorca Albornoz, la otra víctima que también vive en el octavo piso, habría recibido un préstamo días antes del robo. Además, los pesquisa explicaron que los ladrones se llevaron la llave de V.G. para poder salir por la puerta principal del edificio. “Parece que sabían que era la única forma que tenían de escapar”, dijo una vecina del edificio.

Lorca Albornoz, según declaró en la Seccional 1ª, había salido de su departamento al mediodía y cuando regresó a las 19 se dio cuenta que habían entrado en su casa para robarle $ 75.000 y U$S 2.500. Ayer, este diario intentó entrevistar a la víctima pero sus familiares explicaron que la mujer cayó en una crisis depresiva tras el asalto y que apenas podía hablar.

Pero los ladrones, según los inquilinos del edificio, no se conformaron con desvalijar a las propietarias del octavo y quisieron entran en otros departamentos. “A una señora que vive en el séptimo piso intentaron abrirle la puerta, pero no lograron hacerlo. Y otro vecino, cuando volvió, encontró varias marcas en su puerta. Parece que la patearon y no la pudieron abrir”, subrayaron.

Ante esta situación los miembros del consorcio, según dijeron, contrataron los servicios de una empresa de seguridad privada para tener un vigilante en la puerta principal las 24 horas.

En tanto que fuentes vinculadas con la investigación dijeron que habría indicios que llevarían a pensar que los ladrones son de otra provincia. “Por las versiones que recabamos, estos ladrones hablaban en una tonada distinta a la nuestra”, afirmaron.

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