11 Diciembre 2015
FIRMEZA. Maduro dijo que resistirá cualquier intento parlamentario. reuters
CARACAS.- La oposición venezolana está determinada a usar su nueva mayoría parlamentaria para aprobar una ley que abra las celdas de quienes considera presos políticos, aunque para ello deba pasar por encima del presidente, Nicolás Maduro. Por ello, los analistas políticos venezolanos no dudan que sobre este tema se librará una fuerte batalla política.
“La ley de amnistía va”, sentenció la diputada electa, Delsa Solórzano, líder del equipo que redacta el proyecto de la norma que será presentado en enero.
El debate para aprobar una ley de amnistía promete ser tirante. La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ganó las elecciones parlamentarias con la promesa de beneficiar a 4.700 personas, procesadas o condenadas, como Leopoldo López (líder opositor), entre quienes figuran sindicalistas y manifestantes. Pero ya Maduro anticipó que vetará la norma.
“La ley establecerá que el presidente de la República podría no estar de acuerdo e, incluso, devolverla a la Asamblea Nacional y, en ese caso, el cuerpo la aprobaría igualmente”, dijo Solórzano, anticipándose a los desencuentros.
Sorprendiendo a propios y extraños, la oposición ganó dos tercios de los asientos del Parlamento, y desbarató la hegemonía que mantuvo el chavismo por 16 años. Así, se aseguró más votos que los necesarios para aprobar leyes ordinarias.
La administración de Maduro todavía podría apelar al Tribunal Supremo de Justicia para desacreditar la ley por inconstitucional, lo que analistas auguran como el inicio de un choque de poderes que mellaría la gobernabilidad.
“Me podrán enviar 1.000 leyes, pero los asesinos del pueblo tienen que ser juzgados y tienen que pagar”, dijo Maduro. El presidente alega, como su predecesor, Hugo Chávez, que en su país no hay presos políticos, sino políticos presos.
“Vamos a ver si es verdad que el Presidente decide, porque le da la gana no acatar una ley que se basará en la Constitución y que habrá sido promulgada por la Asamblea recién electa”, le respondió, desafiante, Henry Ramos, diputado opositor.
El fallecido Chávez creó un precedente cuando decretó, en 2007, una amnistía buscando pasar la página después de las feroces protestas que, en 2002, condujeron a su breve derrocamiento. Una amnistía eliminaría el delito y la pena.
Solórzano explicó que la MUD ya tiene redactado y que sólo se afinan detalles en espera del nuevo período legislativo. López y otros políticos purgan condenas o tienen procesos abiertos acusados de encender las protestas que dejaron 40 muertos en 2014. Defensores de derechos humanos, gobiernos de la región y su adversario ideológico, EEUU, han solicitado al mandatario que reconsidere su posición. Pero Maduro siempre ha contestado con un rotundo no.
“Nuestra gente ha votado por esto. Ojalá que el Gobierno sepa leer eso y pudiéramos aprobar la ley por unanimidad. Eso sería un reconocimiento a la voluntad de unidad que tiene Venezuela”, concluyó Solórzano. (Reuters)
“La ley de amnistía va”, sentenció la diputada electa, Delsa Solórzano, líder del equipo que redacta el proyecto de la norma que será presentado en enero.
El debate para aprobar una ley de amnistía promete ser tirante. La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ganó las elecciones parlamentarias con la promesa de beneficiar a 4.700 personas, procesadas o condenadas, como Leopoldo López (líder opositor), entre quienes figuran sindicalistas y manifestantes. Pero ya Maduro anticipó que vetará la norma.
“La ley establecerá que el presidente de la República podría no estar de acuerdo e, incluso, devolverla a la Asamblea Nacional y, en ese caso, el cuerpo la aprobaría igualmente”, dijo Solórzano, anticipándose a los desencuentros.
Sorprendiendo a propios y extraños, la oposición ganó dos tercios de los asientos del Parlamento, y desbarató la hegemonía que mantuvo el chavismo por 16 años. Así, se aseguró más votos que los necesarios para aprobar leyes ordinarias.
La administración de Maduro todavía podría apelar al Tribunal Supremo de Justicia para desacreditar la ley por inconstitucional, lo que analistas auguran como el inicio de un choque de poderes que mellaría la gobernabilidad.
“Me podrán enviar 1.000 leyes, pero los asesinos del pueblo tienen que ser juzgados y tienen que pagar”, dijo Maduro. El presidente alega, como su predecesor, Hugo Chávez, que en su país no hay presos políticos, sino políticos presos.
“Vamos a ver si es verdad que el Presidente decide, porque le da la gana no acatar una ley que se basará en la Constitución y que habrá sido promulgada por la Asamblea recién electa”, le respondió, desafiante, Henry Ramos, diputado opositor.
El fallecido Chávez creó un precedente cuando decretó, en 2007, una amnistía buscando pasar la página después de las feroces protestas que, en 2002, condujeron a su breve derrocamiento. Una amnistía eliminaría el delito y la pena.
Solórzano explicó que la MUD ya tiene redactado y que sólo se afinan detalles en espera del nuevo período legislativo. López y otros políticos purgan condenas o tienen procesos abiertos acusados de encender las protestas que dejaron 40 muertos en 2014. Defensores de derechos humanos, gobiernos de la región y su adversario ideológico, EEUU, han solicitado al mandatario que reconsidere su posición. Pero Maduro siempre ha contestado con un rotundo no.
“Nuestra gente ha votado por esto. Ojalá que el Gobierno sepa leer eso y pudiéramos aprobar la ley por unanimidad. Eso sería un reconocimiento a la voluntad de unidad que tiene Venezuela”, concluyó Solórzano. (Reuters)
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