Campo minado

Campo minado

La decisión de la Corte Suprema golpeó en el corazón del Tesoro nacional y obliga al nuevo gobierno a redefinir la relación fiscal con las provincias.

No es el fin del mundo, pero tampoco es el mejor de los mundos. La decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha golpeado en el corazón del Tesoro nacional y obliga al nuevo gobierno a redefinir la relación fiscal con las provincias.

Cristina Fernández de Kirchner no se quiere ir del Gobierno como la mala de la película. En todo caso, cumple con el fallo judicial, y transfiere el problema a su sucesor, Mauricio Macri. De hecho, varios ministros de Economía de las provincias hablaron entre sí para saber qué alcances financieros puede tener el fallo del máximo tribunal.

Una simple nota administrativa puede dar lugar a un amparo a su favor, con lo que la restitución de los fondos coparticipables era casi automática. Así lo entendió la Presidenta y por eso sacó un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).

El problema sigue siendo el de una frazada corta. La Casa Rosada ha decidido sostener el nuevo esquema con plata del Tesoro y no de la Anses. De otro modo, se desfinanciaría el sistema previsional, impactando de lleno en la liquidación de las jubilaciones. El problema será hacia adelante. Puede que ese esquema se mantenga un mes, pero Macri no tendrá margen de maniobra fiscal sin que ello implique aumentar más el déficit. La Anses no tiene cómo recuperar el dinero de la detracción del 15%; pero la AFIP, sí (sobre la detracción del 1,9% a la masa coparticipable), mediante la recaudación.

Lo malo de este esquema es que el reconocimiento del 82% móvil a la clase pasiva puede volver a la Antártida, y congelarse por un buen tiempo.

Macri abre el paraguas. Una de las principales tareas que tendrá su ministro del Interior, Rogelio Frigerio, será negociar con las provincias para mitigar el efecto de la devolución. En el mejor de los casos, compensar con viejas deudas, con el fin de que el agujero fiscal no sea tan grande.

Mientras tanto, los argentinos seguiremos viendo otro verano económico con altas temperaturas y algunos nubarrones en el horizonte fiscal argentino.

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