Esas paradas del camino

Esas paradas del camino

Las viejas postas en el territorio tucumano

“ANTIGUA POSTA”. Óleo de Carlos Pedro Ripamonte, que conserva el Museo Nacional de  Bellas Artes. la gaceta / archivo “ANTIGUA POSTA”. Óleo de Carlos Pedro Ripamonte, que conserva el Museo Nacional de Bellas Artes. la gaceta / archivo
El historiador Walter B. L. Bose hace una minuciosa descripción de las postas en el territorio de Tucumán, desde fines del siglo XVIII hasta comienzos del XIX. Apunta que el camino por Vinará era el más frecuentado, y que a seis leguas del mismo se propuso establecer una posta en el paraje de Las Palmas: su “maestro” (esto es, encargado) era José Britos y Olmos. Pero la medida recién tuvo efecto en 1876, en tierras de don Juan Silvestre Deheza y Helguero, “donde pensaba fundar la capilla de San José”. Maestro de esa posta fue su hijo Ramón Deheza y Helguero. Cuando falleció, en 1809, lo sucedió Eugenio Cajal. La antigua posta de Mancopa fue trasladada a Talacocha, a seis leguas de Las Palmas y a ocho leguas de San Miguel de Tucumán. Estuvo a cargo sucesivamente, hasta 1804, de José de la Rosa, Francisco Solano Juárez, Ignacio Juárez, “en compañía de su madre” Juana Soria. Ésta tomó como ayudante a otro hijo, Juan Asencio, cuando falleció Ignacio.

En San Miguel de Tucumán, dice Bose, “había dos maestros e posta: uno para ruta a Buenos Aires y otro para la ruta a Potosí”. Para la primera, se nombró en 1780 a Pedro Pablo Montenegro. De 1796 a 1815 la entendió Francisco Borja Helguero, a quien siguió José Peña, quien atendía también el trayecto a Catamarca. Para la ruta del norte, fue nombrado en 1786 Francisco Norri. Le sucedió Francisco Javier de Silva: ante su renuncia, en 1815, quedó Luis Siva como encargado. Hacia el norte, estaba la posta de Tapia y, a siete leguas, la de Vipos, que era usual denominar “Alurralde”, por el apellido de su encargado, Miguel de Alurralde. Para acortar la distancia entre Vipos y Pozo del Pescado, se estableció en 1813 una posta en Los Hornillos. La de Pozo del Pescado, cerca de San Joaquín de las Trancas, se estableció en 1772. la próxima era la del Arenal, ya en tierra salteña.

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