“Nuestra esperanza es que la pérdida de la vida de Marcelo tenga algún sentido social”

“Nuestra esperanza es que la pérdida de la vida de Marcelo tenga algún sentido social”

Los familiares del canillita esperan que haya una condena ejemplar para la persona que lo atropelló y que marque un precedente El vendedor de diarios murió tras ser atropellado y abandonado, en julio de 2010. El hecho comenzó a ser juzgado el jueves

MATE DE LUNA Y ALFREDO GUZMÁN. La familia Pucheta se reunió en el lugar donde fue atropellado y abandonado el canillita para recordarlo. la gaceta / foto de josé nuno MATE DE LUNA Y ALFREDO GUZMÁN. La familia Pucheta se reunió en el lugar donde fue atropellado y abandonado el canillita para recordarlo. la gaceta / foto de josé nuno
29 Noviembre 2015
“Mi hermano encontró la muerte de mano de una persona que venía de una fiesta y se iba a otra fiesta, a la misma hora que él salía a trabajar”, resumió Diego Pucheta. Es uno de los seis hermanos de Raúl Marcelo Pucheta, el canillita que murió tras ser atropellado y abandonado por un automovilista, el 10 de julio de 2010.

El juicio contra Gonzalo Manuel Callejas, quien conducía la camioneta que embistió al vendedor de diarios en la esquina de avenida Mate de Luna y Alfredo Guzmán, comenzó el jueves. Volver a escuchar el relato del accidente movilizó a los familiares de Pucheta, que ayer se reunieron para recordarlo en el lugar exacto donde fue atropellado y que hoy lleva estampada una estrella amarilla.

Cuatro de los seis hermanos del canillita, su madre, sus dos hijos, sus nueras y su nieto acudieron a ese punto y hablaron con LA GACETA. “Mi hermano era una persona muy responsable, trabajadora y respetuosa, que vivía para sus hijos y que encontró la muerte yendo a trabajar en su bicicleta”, lamentó Diego. “A partir de esto, hemos estado haciendo con mi hermana (Clara Pucheta) campañas de tránsito, intentando concientizar a la gente de lo importante que es respetar las normas y respetar a las otras personas que están en la vía pública. Todo esto se desprende del respeto hacia la otra persona, respeto que no hubo en este caso”, afirmó.

Y Clara también habló de respeto. “Entendemos que esto muestra una falta de respeto y nuestra esperanza es que la pérdida de la vida de Marcelo tenga algún sentido social, que no solo lo eduque al responsable sino a toda una sociedad que está por detrás de esto”, expresó.

La familia Pucheta está convencida de que el canillita representa a muchas víctimas más y que la posibilidad de una condena alimentaría las esperanzas de esas muchas otras familias.

“Mi hermano representa a cuantos otros que sufrieron lo mismo y que no tienen la voz para hacerse escuchar, ya sea por razones de dolor o porque no tienen la fortaleza para pedir justicia. Aquí el señor Callejas encarna a la persona que ha faltado a las normas de tránsito. No estamos en contra de su persona sino de las acciones que ha tomado y pretendemos que la Justicia actúe sobre esas acciones con todo el rigor de la ley, y que sea un ejemplo para todos los que cometen errores de este nivel”, planteó la mujer.

Diego también remarcó que una condena ejemplar sentaría una jurisprudencia para este tipo de accidentes de tránsito. “Hay muchas familias que están en la misma situación y que están esperando a ver cómo se resuelve esto para tener una luz de esperanza en sus casos”, destacó.

Tarde

El juicio debió comenzar en septiembre, pero Callejas no se presentó para el inicio del debate y al día siguiente argumentó que había confundido la fecha. El tribunal de la Sala I (integrado por María Elisa Molina, Pedro Roldán Vázquez y Eduardo Romero Lascano) ordenó su prisión preventiva y pospuso la apertura del juicio para el jueves pasado. Ese día, el imputado llegó 40 minutos tarde y Roldán Vázquez le llamó la atención.

“Este hombre va llegando siempre tarde a todo. Después del accidente estuvo 23 días escondido. La Policía encontró la camioneta y él se entregó gracias a que nosotros hicimos marchas y salimos a buscar testigos. Por cuestiones legales, quedó libre, se fue a vivir a Salta y el día que tenía que presentarse en el juicio no lo hizo. El jueves volvió a llegar tarde. Paso a paso, se burla del resto de las personas que estamos en esta situación”, se quejó Paola de Pucheta, una de las nueras del canillita.

Cuando declaró frente al tribunal, Callejas explicó que ocultó la camioneta y que tardó en entregarse por recomendación de una abogada y de su ex suegro, quien era el propietario del vehículo. “Durante todas sus declaraciones tuvo distintas estrategias. En su defensa puede decir lo que piense, pero es cuestión de que el tribunal y la fiscala (Juana Prieto de Sólimo) traten de tomar todos los datos posibles para sacar sus conclusiones”, indicó Diego. En ese sentido, agregó: “estamos muy esperanzados, sentimos que hay muchas posibilidades de que se logre esa justicia que estamos buscando”.

Los hermanos Pucheta destacaron que, gracias a las numerosas veces que se movilizaron, consiguieron la colaboración de muchos testigos que se acercaron de manera voluntaria. “Creo que se pusieron en nuestro lugar como familiares. Gracias a ellos hoy contamos con muchas herramientas para que esto llegue a un buen fin”, valoró Clara.

La mujer también aclaró que Callejas nunca les pidió disculpas por haberle causado la muerte a su hermano. “En su declaración ha primado lo que siente ahora y lo que sintió en ese momento, está centralizado en su sentir y no en el sentir del otro. Como ser social, creo que esa es una conducta reprochable”, expuso.

La última en hablar fue María Alicia, la mamá del canillita. La emoción la obligó a sintetizar su discurso para no quebrarse. “Lo único que me queda es un gran dolor por haber perdido un hijo en un accidente, que podría haberse evitado, en manos de un irresponsable que no ha medido las consecuencias. Ese es el gran dolor que tengo. La justicia humana hará lo que corresponda, de la justicia divina no se va a salvar”, advirtió.

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