29 Noviembre 2015
El viernes volvió a quedar claro que la cantautora uruguaya Ana Prada es la mejor amiga de El Árbol de Galeano. En la sala con proporciones perfectas para el intimismo, la también psicóloga Prada brindó el espectáculo de música sensible con humor autorreferencial que es su marca registrada. Sólo que, a diferencia de otros escenarios y locaciones, en El Árbol fue más Prada que nunca. Ocurre que, como ella misma dijo, en esta ciudad toca para los amigos.
Acompañada con el tecladista Ariel Polenta, la autora de la trilogía “Soy sola”, “Soy pecadora” y “Soy otra” brindó a su público las canciones esperadas (los músicos locales Ana Jeger y Miguel Corbalán oficiaron de teloneros). Además, la guitarrista relató con gracia las historias que habitan en sus discos, que sintetizan varios mundos: el campo oriental, un viejo barrio porteño y La Realidad, el bar madrileño de una micropoetisa llamada Ajo. “Vamos a vernos en La Realidad”, bromeó para sellar la complicidad con la platea. Y como los amigos no se despiden en serio, al final Prada puso a todo el mundo a bailar con un clásico de Gilda, “Se me ha perdido un corazón”.
Acompañada con el tecladista Ariel Polenta, la autora de la trilogía “Soy sola”, “Soy pecadora” y “Soy otra” brindó a su público las canciones esperadas (los músicos locales Ana Jeger y Miguel Corbalán oficiaron de teloneros). Además, la guitarrista relató con gracia las historias que habitan en sus discos, que sintetizan varios mundos: el campo oriental, un viejo barrio porteño y La Realidad, el bar madrileño de una micropoetisa llamada Ajo. “Vamos a vernos en La Realidad”, bromeó para sellar la complicidad con la platea. Y como los amigos no se despiden en serio, al final Prada puso a todo el mundo a bailar con un clásico de Gilda, “Se me ha perdido un corazón”.
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