“Las pérdidas de rinde oscilaron entre 10.000 y 15.000 kg/ha”

“Las pérdidas de rinde oscilaron entre 10.000 y 15.000 kg/ha”

Kirschbaum (INTA) dijo que el clima fue desfavorable en los meses clave. La fruta fresca fue de menor calidad

28 Noviembre 2015
La información disponible en la EEA INTA Famaillá muestra que “las pérdidas de rendimiento del cultivo de frutilla en la temporada 2015 fueron las mayores de la última década, ya que el clima reinante en meses claves de la campaña estuvo lejos de ser favorable para el normal cumplimiento de las etapas del cultivo”, señaló Daniel Kirschbaum, técnico de la estación experimental.

“La plantación se realizó con un retraso de hasta un mes de lo recomendable” debido a las abundantes lluvias de comienzos del otoño, que saturaron los suelos e impidieron su correcta preparación y las tareas previas a plantar. “Este desfasaje, respecto de las fechas recomendadas, influyó en la curva de cosecha, lo que trajo como primera consecuencia que la producción de frutilla de mayo y junio -meses de mayores precios- sea escasa, con caídas del 87% y del 60%, respectivamente, comparada con los mismos meses de 2014”, señaló.

En este período, “el productor, por falta de fruta, no pudo aprovechar una ventana de precios muy importante en la que, generalmente Tucumán no tiene competencia en el país”, dijo.

La ausencia de heladas y temperaturas bajas para la época en la zona núcleo (Lules y otras localidades del Pedemonte tucumano) permitió que la cosecha mejore en julio, cuando los resultados fueron muy buenos (35% más de fruta que en 2014).

La inercia que la cosecha logró en julio se interrumpió en agosto, nuevamente, por las precipitaciones que diezmaron las cosechas. “Mucha fruta fue desechada, una parte fue a industria por pérdida de calidad comercial, y otro tanto se destinó al mercado como fruta fresca”, describió. Según información de la Unidad Integrada INTA-Mercado Central de Buenos Aires, “en agosto 2015 ingresaron 386.000 kg de frutilla tucumana a ese mercado, contra 730.300 kg para el mismo mes en 2014 (disminución del 47%)”.

Esto se correlaciona con los registros de los ensayos de INTA Famaillá, donde “el descarte de fruta fue de dos a cinco veces mayor en agosto de 2015, que en agosto de 2014, siendo las podredumbre de frutos producidas por hongos, principalmente Botrytis, la causa principal del descarte”, señaló Kirschbaum.

Lluvias excesivas

¿Tan importantes fueron las lluvias de agosto?, consultó LA GACETA Rural. “Según el Servicio de Agrometeorología de INTA Famaillá, en agosto de 2015 llovieron 81 mm, contra 6 mm de 2014: 13 veces más. Las causas y las consecuencias están a la vista. En septiembre, las condiciones climáticas fueron más normales, pero en octubre las temperaturas (máximas, mínimas, y medias) estuvieron entre 4°C y 5ºC por debajo de las registradas en 2014”, “conteniendo”, de alguna manera, el golpe de producción típico de estos meses.

En noviembre aún hay productores cosechando, pero limitados por las características climáticas típicas de este mes en el que alternan altas temperaturas, fuerte insolación, tormentas y granizo. “La fruta califica en bajo porcentaje para el mercado fresco (menos del 30%), repartiéndose el resto entre fruta para industria y fruta desechada”. Para dimensionar las consecuencias del factor ambiental de manera general, se estima que “el promedio de las pérdidas de rendimiento (fruta malograda) en la presente campaña estaría entre los 10.000 kg/ha y 15.000 kg/ha. Es oportuno aclarar que gran parte de la fruta cosechada en esta campaña, a causa de la pérdida de calidad, fue a industria, lo que implica que el precio que recibe el productor es muy inferior al que recibe por la fruta que va a mercado”, concluyó.

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