Al productor hay que dejarlo producir en libertad

Al productor hay que dejarlo producir en libertad

La semana pasada decíamos que el nuevo Presidente que resultase electo debía realizar cambios importantes y necesarios para lograr dar previsibilidad al sector agropecuario nacional y permitir, de esa manera, que el productor argentino pueda seguir haciendo lo que más sabe: producir de manera eficiente.

La población decidió que el mandatario entrante sea opositor al actual Gobierno Nacional que se va el 10 de diciembre. Recordemos que durante su campaña electoral prometió realizar los cambios necesarios para que el sistema agrícola ganadero nacional pueda expresar todo su potencial que tiempo atrás tenía.

La ciudadanía pidió un cambio, no solo de autoridades sino un cambio de rumbo en todo el sentido de la palabra, y que se acabe un sistema autoritario y demagógico que gobernó el país los últimos 12 años.

Se busca que reaparezca nuevamente un sistema de gobierno republicano y federal, que promueva, por medio de un moderno proyecto de desarrollo integral, mayor igualdad entre todas las regiones y ciudadanos del país.

Sin duda que la gente, que de una manera vive y subsiste de manera directa o indirecta de la actividad agropecuaria, tuvo un importante peso en el cambio de autoridades que se dará en los próximos 12 días.

El nuevo gobierno tienen un enorme desafío por delante, ya que debe concretar y cumplir lo que vino prometiendo, para lograr un futuro diferente que el país realmente necesita.

Si esto se va logrando de manera paulatina y concreta, seguramente que aquellos, que el 22 de noviembre no lo votaron, empezarán a apoyar la nueva gestión nacional.

Es por ello necesario que se realicen las correcciones que hagan falta, tanto de forma y de fondo, para lograr terminar con el actual modelo unitario de distribución de recursos, que provocó la actual brecha entre el crecimiento del centralismo y del interior, responsable directo de la actual crisis en las economías regionales, casi en su totalidad, como también ocurre en muchas de las economías de la Pampa Húmeda.

El cambio de autoridades llegó, pero debe ir acompañado del cambio de políticas agropecuarias que permitan al país convertirse nuevamente en un productor de alimentos para el mundo, lugar que fuimos perdiendo en muchos mercados internacionales, y acaparados por nuestros vecinos.

Actualmente, el mundo, que tiene un crecimiento permanente, necesita abastecerse de alimentos. Es por ello que se deben arbitrar todos los medios para lograr el despegue de la actual agroindustria nacional, que es la industria más importante y competitiva del país que es y será una base para el crecimiento económico del país. Para ello, es indispensable aumentar las inversiones, las fuentes de trabajos, las producciones y las transformaciones para exportar a todos los mercados del mundo y abastecer mejor el consumo interno.

Esperemos que la futura conducción política argentina entienda de una buena vez, y sin duda que es así, que la única manera de lograr obtener dólares, tan necesarios para mejorar la actual situación de nuestras reservas, es produciendo.

Comercio y reservas monetarias

La producción agropecuaria nacional, acompañada de una agroindustria eficiente que incorpore valor agregado a los bienes producidos en el campo, es la mejor fábrica de hacer dólares genuinos por medio de las exportaciones, mientras se construyen las bases para el proyecto moderno de crecimiento y desarrollo que necesitamos. Los habitantes de todo el territorio nacional necesitan que el país mejore, en todos sus aspectos económicos y sociales, y que la nivelación sea virtuosa y hacia arriba. Es necesario que, nuevamente, se inculque en la sociedad la cultura del trabajo y de la educación, que permitirán darle al ciudadano común las herramientas necesarias para llevar el sustento diario a su hogar, y no seguir con el clientelismo de bolsones y planes que le quitan dignidad al hombre.

En el caso que nos compete como hombres vinculados a la actividad agrícola ganadera y a la agroindustria, es fundamental que las nuevas autoridades de los Ministerios de Producción y de Agricultura estén a la altura de los circunstancias, para poder llevar adelante este enorme desafío de aumentar, en poco tiempo, los ingresos por exportar. Las actuales expectativas que se viven en el campo mejoraron con la futura asunción de las nuevas autoridades, ya que los números de intenciones de siembra de la próxima gruesa mejoran.

El productor argentino sabe producir y está demostrado. Sólo requiere volver a confiar en quienes conducen el país y que le den la libertad de trabajar en el campo y producir, como lo viene haciendo desde hace un siglo atrás.

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