Multimillonaria obsesión china
 Jonah M. Kessel / The New York Times Jonah M. Kessel / The New York Times
29 Noviembre 2015

Amy Qin - The New York Times

Aun cuando el costo de su presa se alejó de la marca de U$S 100 millones, Liu Yiqian permaneció en calma.

“Estaba al teléfono con una chica de Christie’s Hong Kong que estaba pujando a nombre mío, y se le caía el teléfono a cada rato porque estaba muy nerviosa”, recordó Liu en su habitación, en un hotel en Pekín, hace no mucho tiempo. “Le dije: ‘¿Por qué está tan nerviosa? Yo soy el que va a pagar y yo ni siquiera estoy nervioso. Solo cómprelo’”.

Fue así que Liu logró asegurarlo -un retrato al óleo de una mujer desnuda, extendida, del artista de principios del siglo XX, Amadeo Modigliani- en una subasta en la sucursal de Christie’s en la Ciudad de Nueva York, el 9 de este mes. Durante la tensa venta que duró nueve minutos, superó a cinco oponentes al ofrecer U$S 170,4 millones con las comisiones, el segundo precio más alto que se haya pagado por una obra de arte en una subasta.

El precio más alto que se ha pagado hasta ahora fue por la pintura de 1955 de Picasso, “Les Femmes d’Alger (Version “Q”), la cual se vendió en 179.4 millones de dólares, incluidas las comisiones, en una subasta que Christie’s llevó a cabo en mayo. “Tan pronto como me enteré de que había ido a parar a un comprador de Asia, supe que se trataba de él”, comentó Wang Wei, la esposa de Liu, quien se encontraba en Hong Kong en ese momento. “Modigliani no hizo muchas pinturas de desnudos y ésta es una de sus mejores”, añadió. “Definitivamente que valía la pena”.

Antes de la subasta reciente, Liu y Wang, ambos de 52 años, ya se habían forjado un nombre en los círculos del arte en China, él, en particular, como el más extravagante en el reducido grupo de grandes coleccionistas del país. Para muchos, él es el desenvuelto ex taxista convertido en multimillonario que provocó indignación cuando compró una tacita de porcelana de la dinastía Ming en U$S 36,3 millones en una subasta en Sotheby’s y procedió a que lo fotografiaran bebiendo té en el antiguo recipiente.

Se conoce a Wang por ser la fuerza motriz y la directora general detrás del Museo Long, el cual es propiedad de la pareja, mismo que se encuentra en dos locales distintos en Shanghái. (Long significa dragón en chino.) En más de 20 años, los dos han acumulado una extensa colección de arte chino, en su gran mayoría tradicional y contemporáneo, gran parte del cual está en exhibición en los locales del museo.

Días después de su adquisición de gran éxito, Liu y Wang estaban de vuelta en la misma tarea, habían viajado en avión de regreso a Pekín para asistir a las ventas de otoño de una distinguida casa de subastas, China Guardian. Comentaron que su objetivo era transformar al Museo Long en un destino de clase mundial que pueda competir con instituciones como el Museo de Arte Moderno y el Museo Guggenheim en Nueva York. Y nada, dijo Liu, habla de clase mundial tanto como un desnudo de Modigliani.

“Todo museo sueña con tener un desnudo de Modigliani”, dijo Liu. “Ahora, un museo chino tiene una obra maestra del arte, reconocida mundialmente, y mis compatriotas ya no tienen que salir del país para ver una obra maestra occidental. Me siento muy orgulloso por eso”. “El mensaje a Occidente es claro: hemos comprado sus edificios, hemos comprado sus compañías y ahora vamos a comprar su arte”, agregó.

Con la adquisición del desnudo, un lienzo de 1917 a 1918, conocido como “Nu Couché”, pareciera que con seguridad se comprendió ese mensaje.

“Esta adquisición fue una proclamación de su llegada”, comentó Thomas Galbraith, el director administrativo de subastas en Paddle8, una casa de subastas en línea. “Cualquiera en el mundo del arte que no conociera su nombre ahora ya lo sabe”.

De coleccionista

El mercado del arte en China todavía estaba en sus etapas iniciales cuando Liu y Wang empezaron a asistir a las subastas y a comprar obras de arte, a principios de los 1990. Lo que comenzó como un pasatiempo, se convirtió en una obsesión.

Si bien Liu prefería coleccionar obras de arte y objetos tradicionales chinos, Wang se concentraba en adquirir obras de la época de la Revolución Cultural y, después, en el arte contemporáneo chino y de toda Asia. También comenzaron a coleccionar trabajos de artistas occidentales y sus pertenencias incluyen ahora piezas de la serie de esculturas pulidas como espejo de Jeff Koons.

Hace varios años, a Wang, una autoproclamada “fanática del art”, se le ocurrió la idea de abrir un mueso para que pudieran mostrarle al público su colección. Sin embargo, primero tenía que convencer a Liu.

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“Todos nuestros amigos estaban comprando aviones privados y él dijo que también quería comprar un avión”, contó ella. “Yo me negué. Le dije: ‘Solo pongamos un poco más de dinero y empecemos un museo. Será bueno para Shanghái, y será bueno para el país’”.

Cai Jinging, el presidente de Christie’s China, dijo que la pareja representa “el mejor ejemplo” de esta generación de coleccionistas chinos de arte.

“Empezaron por coleccionar lo que conocen, el arte chino, luego, se extendieron al arte asiático, y ahora están abrazando el arte occidental”, dijo Cai.

Sin embargo, son pocos los coleccionistas en China que hacen ostentación de su riqueza en la forma en la que lo hacen Liu y Wang, en particular, en un momento en el cual el gobierno aplica medidas enérgicas contra la extravagancia. Liu, quien es un corredor de bolsa activo, dijo que no está preocupado por las medidas enérgicas y declaró que hizo su dinero por medios legales.

Muchos han criticado de derrochadora a la pareja, así como de falta de buen gusto. En conversaciones sobre ellos, es frecuente que se oiga decir la palabra “tuhao”, un popular término chino para nuevos ricos con mal gusto.

“Definitivamente, soy un ‘tuhao’”, dijo Liu en forma desafiante. “Pero por lo menos, este ‘tuhao’ está regresando a China con una obra maestra para que la disfrute el pueblo chino”.

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