Los recuerdos de Tucumán

Los recuerdos de Tucumán

Evocación del viajero Juan Bautista Alberdi

EL AUTOR DE LAS “BASES”. Cabeza del gran tucumano en la estatua de Lola Mora la gaceta / archivo EL AUTOR DE LAS “BASES”. Cabeza del gran tucumano en la estatua de Lola Mora la gaceta / archivo
“Son las tres de la tarde: las montañas del África están a la vista” y “los perfiles de los Andes de Tucumán me vienen a la memoria”, testimoniaba Juan Bautista Alberdi, en uno de los manuscritos inéditos donados a la Biblioteca de su nombre por don Nicanor Colombres. “Las serranías del imperio Marve, ¡qué semejantes con las de Tucumán! Cuánto he recordado hoy a mi querida y linda Tucumán. Mis hermanos, mi infancia, mis paseos, mis amigos de escuela, todo lo que se vincula con la memoria del suelo nativo, lo he recordado con deleite. ¡Ah! ¡Cuándo me veré de regreso de tan lejanos viajes, recorriendo aquellos lugares en que he pasado los días de mi infancia, los más dulces días de mi vida! ¡Felipe! (su hermano) Si volveré a hablar con él algún día, de estos objetos tan lejanos y que talvez yo no hubiera conocido jamás, si la revolución no me arroja por acá”.

Turín, situada en esa llanura que terminaba al poniente con los Alpes, “me parece el ideal de lo que será Tucumán en los siglos, situado igualmente al oeste de los Andes, cuyas cimas nevadas se ven desde las calles y plazas de la ciudad, como sucede en Turín respecto a los Alpes. Nada hay comparable al efecto de estas magníficas calles, que se prolongan al este pareciendo terminar en las montañas de los Alpes, tan parecidas a los Andes de Tucumán. La ciudadela situada en dirección análoga, una pirámide levantada en las cercanías con un objeto astronómico, las acequias, las calles de árboles y hasta un cerro, cuyo nombre no recuerdo, que se levanta solitario hacia la izquierda de los Alpes, como el Aconquija de Tucumán, hacían más viva la semejanza de ambas localidades”.

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