A un año del traslado de Villa Piolín, la plaza es aún una promesa

A un año del traslado de Villa Piolín, la plaza es aún una promesa

“Ojalá hagan la obra que prometieron antes de que mis hijos crezcan”, pide un vecino. El titular de la DAU informó que licitarán la obra.

26 Noviembre 2015
Los vecinos del predio que antiguamente ocupaba Villa Piolín todavía esperan la plaza prometida hace un año. Cuando se concretó el traslado de las 150 familias, que durante tres décadas ocuparon la manzana comprendida entre la avenida Ernesto Padilla, Crisóstomo Alvarez, Juan B. Terán y San Lorenzo, el Gobierno provincial anunció que lo transformaría en un generoso paseo recreativo.

Pasaron 387 días desde que las máquinas comenzaron a tirar las primeras casas de lo que había sido el asentamiento. Pero el proyecto de una plaza, con una pista de salud, otra de atletismo y una cancha de básquet aún no se concreta. Aquel anuncio había sido hecho por el entonces gobernador José Alperovich dos semanas después del traslado. En esa misma época, en noviembre de 2014, Jorge Posse Ponessa (se desempeñaba como fiscal de Estado), había anunciado que la provincia pagaría $2 millones por la expropiación del terreno.

Los vecinos cuentan que desde principios de este año se hicieron trabajos aislados: por ejemplo, se construyeron la vereda perimetral y algunos bancos. Pero la plaza aún no existe. Aseguran que el lunes reaparecieron los obreros de la Dirección de Arquitectura y Urbanismo (DAU), a cargo de la puesta en valor, lo que reactualizó la esperanza: “me pone contenta ver gente trabajando. Antes se veían operarios, pero los trabajos casi no avanzaban. Desde el lunes hay más movimiento”, asegura María González, que vive al frente del terreno de 1,5 hectáreas, convertido en un descargadero de escombros y basura.

Alejandro Jatib todavía está ilusionado con que sus hijos puedan disfrutar de la plaza. “Pero es mínimo el tiempo que han invertido trabajando. Espero que en algún momento la terminen. Ojalá sea antes de que mis hijos crezcan”, comenta el hombre, que vive sobre calle San Lorenzo y que regresó al barrio hace un año.

“Soy vecina del barrio y me alegra que hagan un espacio verde porque acá cerca no tenemos nada. Será un gran cambio. Ojalá se concrete así podemos ir a tomar mates por la tarde”, se ilusiona Sandra Guaraz. “Los chicos no pueden ir a jugar porque se pueden lastimar. A veces se veía obreros, pero no hacían nada”, recuerda Valeria Maturana, que trabaja en una casa ubicada en Crisóstomo Álvarez, cerca del predio que ocupaba el barrio Ángela Riera, conocido como Villa Piolín.

Camino a una licitación

“Es una obra prioritaria”, aseguró Alfredo Quinteros, titular de la DAU. “Vivo a tres cuadras y veo todos los días las condiciones en las que está el predio. La dificultad está en la magnitud del proyecto, una plaza multifunción, muy costosa. Por eso vamos hacia una licitación pública. En cuatro meses estarán los pliegos listos. Preferí que la obra fuera encarada por una empresa privada y de una sola vez. Ese es el motivo por el que se fue paralizando. También se demoró porque vamos a incluir un baño; muchos me criticaron, pero no podemos tener ese espacio sin sanitarios”, agregó.

Durante estos 12 meses, personal de la DAU se encargó de demoler las casas y remover los escombros, aunque los encargados de la obra reconocen que aún falta nivelar el suelo. “Pensábamos que la primera etapa nos iba a llevar dos meses. Pero tuvimos demoras por la cantidad de escombros que había. Pero con recursos propios terminamos la vereda perimetral, armamos bancos y, con la ayuda de Vialidad, se construyó la calle peatonal de asfalto que divide en dos el predio”, enumeró Rubén Perdiguero, uno de los encargados de la obra.

Los vecinos reconocen que el desmantelamiento de antigua Villa Piolín cambió la fisonomía del barrio, pero siguen esperando la recuperación total del predio que, sin luces y sin vigilancia, se convierte en un sitio inseguro durante las noches.

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