No es otro simple thriller entretenido

No es otro simple thriller entretenido

Una misión de policías deviene en denuncias y redenciones

POLICÍA EN ACCIÓN. Whitaker va tras la pista de un asesino serial. POLICÍA EN ACCIÓN. Whitaker va tras la pista de un asesino serial.
26 Noviembre 2015
Varios niveles construyen el thriller francés “Operación Zulú”, del director Jérôme Salle. Está, por un lado, el argumento liso y llano: un policía negro (Forest Whitaker) y otro blanco (Orlando Bloom) persiguen al asesino de una adolescente en Sudáfrica. En esa pesquisa descubren un tráfico de drogas y una nueva sustancia misteriosa que de alguna manera está conectada con la desaparición de niños en las calles. Tras esta pista, la misión se va infiltrando desde las lujosas casas a la orilla del mar hasta las zonas urbanas más precarias.

En esa historia, adelantan los críticos, hay varias denuncias. “Se resaltan temas como la discriminación racial, el capitalismo y la inseguridad en las calles sudafricanas, como así también la existencia marcada de dos clases sociales: la de los suburbios y la de las mansiones de lujo”, describe Mario Monserrat en la página Escribiendocine.com. A esa exploración externa, advierte, le subyace una interna, que es justamente la que distingue a esta película de cualquier otra con la misma temática. “La transformación de los dos personajes principales resulta progresiva y elocuente, desentrañando sus temores y miserias para intentar dar paso hacia el renacimiento”, reflexiona el crítico.

“Operación Zulú” fue la encargada de cerrar el Festival de Cannes en 2013. La demora de su llegada a las salas comerciales se compensa con la garantía de que, según la crítica, la película no sólo entretiene sino que también brinda un mensaje sólido, favorece la empatía con los protagonistas y, además, insta la reivindicación personal y la justicia social. “Es una posibilidad para que se aprecie otra manera de contar cine de acción”, invita Monserrat.

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