Prisión perpetua para el joven que abusó de la maestra jardinera y le causó la muerte

Prisión perpetua para el joven que abusó de la maestra jardinera y le causó la muerte

Néstor Gabriel Ruiz fue hallado culpable del ataque sexual que sufrió Ivana Vanesa Arévalo en un edificio de General Paz al 400 Los jueces de la Sala III lo condenaron a la pena máxima por unanimidad, tal como lo pidieron la Fiscalía y la querella

SEGUIRÁ PRESO. En la sentencia, los jueces ordenaron que siga vigente la prisión preventiva, por lo que Gabriel Ruiz no podrá abandonar el penal. la gaceta / foto de josé nuno SEGUIRÁ PRESO. En la sentencia, los jueces ordenaron que siga vigente la prisión preventiva, por lo que Gabriel Ruiz no podrá abandonar el penal. la gaceta / foto de josé nuno
25 Noviembre 2015
“Es injusto”, se quejó Néstor Gabriel Ruiz mientras dos policías lo retiraban de la sala de juicio para su retorno al penal de Villa Urquiza. Su tono de voz expresaba bronca, pero no demostraba dolor. Los jueces de la Sala III de la Cámara Penal acababan de condenarlo a prisión perpetua por el abuso sexual seguido de muerte de la maestra jardinera catamarqueña Ivana Vanesa Arévalo. Ruiz no se quebró en ningún momento del debate, ni siquiera cuando escuchó la sentencia.

El fallo se conoció a la tarde, pero durante la mañana un testigo había aportado una descripción escalofriante un 26 de febrero de 2012, día en el que se produjo el hecho. Cada detalle que el joven transmitía en su testimonio transportaba a una escena espeluznante. “Es algo que quisiera olvidar”, dijo, todavía conmovido, tres años después.

Martín Guillermo Vallejo es un joven que, en 2012, vivía junto a su familia en el mismo edificio de General Paz al 400 donde atacaron a Vanesa. La noche del 25 de febrero de 2012, había salido a bailar junto a un grupo de amigos. Cuando terminó la fiesta, regresó a su casa para buscar las llaves de su oficina a las 5 aproximadamente.

“Entro al edificio y los veo a los dos sentados en la escalera, estaban besándose, en una situación íntima de pareja. La puerta del ascensor estaba abierta y adentro había un par de zapatos con tacos. Les dije que iba a correrlos (a los zapatos) y subí a mi departamento. Allí busqué las llaves, volví a bajar y me fui”, contó Vallejo. Cuando la fiscala de Cámara Estela Velia Giffoniello le pidió detalles acerca de la pareja, el testigo describió cómo estaban vestidos y agregó que ella parecía estar alcoholizada, a diferencia del joven que la acompañaba. Ese joven era Ruiz.

Además, se dijo que en aquel entonces el testigo declaró ante la Policía que la había escuchado decir “dejame que me vaya, me quiero ir”, aunque ayer no lo recordaba con claridad debido al paso del tiempo.

Vallejo dijo que regresó a su domicilio aproximadamente dos horas después, alrededor de las 6.30. Esta vez no encontró a la parejita en la entrada del edificio, pero en cuanto atravesó la puerta principal lo invadió un olor nauseabundo, insoportable. “El ascensor no respondía así que subo por las escaleras. En el primer piso veo un charco con varios fluidos, parecían orina y excremento, también había sangre. Sigo subiendo y en el segundo piso siento un jadeo. En el tercero, me la encuentro a Vanesa tirada en el piso”, recordó.

La descripción de Vallejo fue impresionante. “Ella estaba boca abajo, con la cabeza colgando por el primer escalón. Estaba desnuda y solamente tenía una remera arremangada en las axilas, como si hubiese querido sacársela. Estaba desfigurada y llena de sangre. Su cuerpo estaba embadurnado con excremento”, relató. La respiración de Vanesa, según indicó el testigo, era agonizante.

Estado vegetativo

Vanesa fue llevada al hospital Padilla en estado de extrema gravedad. Allí estuvo unos meses hasta que su familia la trasladó a un hospital de Catamarca para tenerla cerca. Pero la maestra jardinera permaneció en estado vegetativo hasta marzo de este año, cuando falleció. Nunca consiguió recuperar la conciencia para contar lo que le había pasado esa madrugada. Por eso la fiscala de Cámara y el querellante Guillermo González pidieron que Ruiz sea juzgado por el delito de abuso sexual seguido de muerte (en la instrucción sólo se le había imputado los delitos de abuso sexual agravado y abandono de persona agravado) y en sus alegatos solicitaron la pena máxima. Mientras que la defensora de Ruiz, Gloria Hansen, peleó por la absolución de su cliente.

Antes de que los jueces Fabián Adolfo Fradejas, Juana Juárez y María Alejandra Balcázar se retirasen a deliberar, Ruiz tuvo la última oportunidad de hablar ante el tribunal. El joven, que tiene 29 años y es oriundo de Salta, se limitó a decir que es inocente y que siempre respetó a Vanesa.

Una hora después, se conoció la sentencia. Los jueces decidieron condenarlo a la pena máxima, por unanimidad. También se ordenó que continúe vigente la prisión preventiva, por lo que Ruiz no podrá salir del penal de Villa Urquiza hasta que la sentencia quede firme. El tribunal, además, fijó el 11 de diciembre como fecha para comunicar los fundamentos del fallo.

En el público, una mujer de pelo largo y oscuro lloraba sin consuelo. Era la madre del condenado, la única persona que lo acompañó a lo largo del juicio. Por parte de los allegados a la víctima, en tanto, hermanas, primas y tías de Vanesa se abrazaron con alivio y se retiraron conformes con la sentencia.

“Era lo que esperábamos: una sentencia justa que trae mucha tranquilidad. Por fin se hizo justicia y mi hermana va a poder descansar en paz”, expresó Ángela Arévalo, hermana de la víctima y quien asumió el rol de querellante durante el debate. Respecto a la responsabilidad penal de Ruiz, la joven aseguró: “no había ninguna duda de que era él, desde el primer día fue el único imputado. Nunca nos pidió disculpas, ni él ni su familia”, dijo.

La joven retornaba ayer a Catamarca para transmitirle la noticia al resto de los familiares que no pudieron asistir al debate.

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