Por Carlos Páez de la Torre H
25 Noviembre 2015
LA GACETA / ARCHIVO.
LA DIMISIÓN. Hoja final del escrito de renuncia que se presentó a la Sala
Un tenso suceso político se desarrolló en Tucumán a comienzos de 1873. Nueve miembros de la Sala de Representantes, presentaron la renuncia conjunta a sus bancas, el 23 de enero, en protesta por la actitud del presidente del cuerpo.
Según narraban en la nota respectiva, el problema empezó cuando pidieron que se convocara a una sesión para designar al senador nacional reemplazante del fallecido doctor Salustiano Zavalía. Expresaban que el presidente procedió a citarla, pero con gran reticencia. Y que, al mismo tiempo, reunió gente armada “de revólver, pistola y puñal”, que ocupó totalmente el local de la Sala, donde se les distribuyó “cerveza y licores” para enfervorizarlos. El grupo era apoyado por los gendarmes uniformados. El candidato del gobierno era el doctor Ezequiel Colombres.
Los nueve diputados opositores se sintieron amenazados, y optaron por no concurrir a la sesión, para no exponerse, decían, “a ser el vejamen y el estropajo de esa gente ebria y disciplinada que se había preparado contra nosotros”.
Visto todo esto, declaraban que no les quedaba más camino que renunciar a sus funciones, ya que les faltaban totalmente las garantías para desempeñarlas. Afirmaban que de ese modo querían “salvar, para más tarde, la dignidad de este cuerpo soberano y, con él, el honor y los gloriosos antecedentes de este pueblo”.
Los dimitentes eran los doctores Próspero García, Delfín Oliva y Vicente García; Napoleón Maciel, Ángel Arcadio Talavera, Emilio Sal, Manuel Posse, Roque Pondal y Agustín Muñoz Salvigni. La dimisión no pudo evitar que, finalmente, el doctor Colombres fuera elegido senador nacional.
Un tenso suceso político se desarrolló en Tucumán a comienzos de 1873. Nueve miembros de la Sala de Representantes, presentaron la renuncia conjunta a sus bancas, el 23 de enero, en protesta por la actitud del presidente del cuerpo.
Según narraban en la nota respectiva, el problema empezó cuando pidieron que se convocara a una sesión para designar al senador nacional reemplazante del fallecido doctor Salustiano Zavalía. Expresaban que el presidente procedió a citarla, pero con gran reticencia. Y que, al mismo tiempo, reunió gente armada “de revólver, pistola y puñal”, que ocupó totalmente el local de la Sala, donde se les distribuyó “cerveza y licores” para enfervorizarlos. El grupo era apoyado por los gendarmes uniformados. El candidato del gobierno era el doctor Ezequiel Colombres.
Los nueve diputados opositores se sintieron amenazados, y optaron por no concurrir a la sesión, para no exponerse, decían, “a ser el vejamen y el estropajo de esa gente ebria y disciplinada que se había preparado contra nosotros”.
Visto todo esto, declaraban que no les quedaba más camino que renunciar a sus funciones, ya que les faltaban totalmente las garantías para desempeñarlas. Afirmaban que de ese modo querían “salvar, para más tarde, la dignidad de este cuerpo soberano y, con él, el honor y los gloriosos antecedentes de este pueblo”.
Los dimitentes eran los doctores Próspero García, Delfín Oliva y Vicente García; Napoleón Maciel, Ángel Arcadio Talavera, Emilio Sal, Manuel Posse, Roque Pondal y Agustín Muñoz Salvigni. La dimisión no pudo evitar que, finalmente, el doctor Colombres fuera elegido senador nacional.
Lo más popular
