"Tucu" López: “veo, con pena, a la TV tucumana muy amateurizada”

"Tucu" López: “veo, con pena, a la TV tucumana muy amateurizada”

El conductor reniega de la cultura del canje en las propuestas locales e invita a cambiarla. “Ser de esta provincia hace a mi atractivo”, asegura.

CRÍTICO. “Tucu” López no puede ver televisión sin analizarla, admite. Foto Hugo Battistessa. CRÍTICO. “Tucu” López no puede ver televisión sin analizarla, admite. Foto Hugo Battistessa.
25 Noviembre 2015
El reverso de lo liviano no es lo complejo, sino -para citar exactamente a Luis López- el rompehuevismo. En esa categoría dice entrar el “Tucu”, quien compadece a los productores de “uPlay” -el programa que presenta todas las noches en Telefe- por tener que soportarlo. “Desafortunadamente para ellos se encontraron con un conductor que necesita saber todo, que se mete en todo. Aunque también debería decir afortunadamente porque no está bueno tener un conductor que llega, bla bla bla y se va a la casa”, se autoconcede. No es sólo que López sea metódico y no quiera que el azar decida por él sino que además, y en esto insiste más de una vez, el ciclo a su cargo puede parecer una mera seguidilla de “videítos de internet”, pero no lo es.

En efecto, “uPlay” rescata videos entretenidos del formidable universo de YouTube y los comenta en un horario despojado de las tensiones del prime time. Es, en apariencia, una propuesta sencilla, pero López no piensa relajarse por al menos dos motivos. Por un lado, el programa es un síntoma de los tiempos que corren y de la necesaria simbiosis entre redes sociales y medios tradicionales: “sin dudas, estamos yendo hacia una presencia muy fuerte de internet en todos los medios, que deben adaptarse a un nuevo lenguaje”. Por otro, el tucumano admite estar ante la gran oportunidad de su vida: “vivo hace 11 años en Buenos Aires y siempre quise conducir en televisión. La pantalla de Telefe es la mejor que puede tocarte para hacerlo”.

- ¿La vida pasa por YouTube?  

- Gran parte de lo que se consume está estrechamente vinculado con YouTube. Los adolescentes tienen un lenguaje que otras generaciones no comprenden porque están el 80% de su día frente a una pantalla, desde el smartphone o la compu. Sus vidas pasan por ahí. A veces me siento un viejo diciendo “cómo puede ser que los pibes sólo se relacionen por Whatsapp”, pero nuestras abuelas habrán dicho “cómo puede ser que los pibes hablen por teléfono en vez de juntarse en la esquina”. Hoy YouTube tiene un protagonismo gigantesco: hay gente que se hizo millonaria y celebrities que salieron expresamente de allí, con lo cual no se lo puede menospreciar. Y es una plataforma en la que, sobre todo los adolescentes, pueden mostrar su arte de manera gratuita, con la chance de que los vea un productor grosso. Antes eso era imposible o mucho más difícil. Al mismo tiempo, gran parte del lenguaje de los medios pasa por YouTube: los contenidos son más cortos, la atención está más disipada, cada vez la gente se banca menos las cosas largas.

- ¿Cómo te sentís con eso, habiendo estudiado y crecido con los medios tradicionales?

- Los de mi generación, los treinteañeros que hacen radio y TV, se encuentran en un momento en que deben aprender algo nuevo. Hay que aprenderlo sí o sí porque si no quedás fuera o sos la resistencia, y no creo que la resistencia dure mucho. Hay varias cosas que pueden ser provechosas en las redes sociales, como la multiplicidad de miradas sobre un mismo tema o la posibilidad de la inmediatez. Tanto en lo periodístico como en materia de entretenimiento hay mucho para explotar. Un tipo como Marcelo Tinelli, que en un momento de su programa dedica tiempo a sacarse una selfie y subirla a Twitter, está buscando con eso el punto de rating que ya no está más en la TV sino en internet. Hoy hay streaming de todos los canales en vivo y no por una cuestión de comodidad, sino porque está claro que hay personas que ya no prenden el televisor. Es necesario adaptarse y hacerlo bien, aprendiendo bien el lenguaje.

- Nombraste a Tinelli; ¿te sirve ver y evaluar a los conductores ya consagrados?

- Sí, desde siempre soy muy analítico de la televisión. Me siento a ver programas como el de Marcelo, el de Marley y también el cable. Cuando voy a Tucumán consumo mucha TV tucumana; lo mismo cuando viajo a otros lados. Me cuesta mucho disfrutar de la TV porque la estoy analizando todo el tiempo, viendo qué está bien, qué mal, por qué el conductor hizo esto o aquello, saco conclusiones, me arriesgo a pensar qué pasará después. Incorporo cosas de la técnica de conducción, que puede ser muy compleja según el programa.

- ¿Cuál es tu diagnóstico de la TV tucumana?

- Con enorme tristeza y pena, sigo viendo a la TV tucumana muy amateurizada. No hay un tamiz artístico que levante la vara de calidad. Quisiera no sonar ortiva o porteño con esto, muy lejos estoy de eso; más me preocupa que otra cosa. Es necesario que alguien, en algún canal, diga: “cuando me llegue este material lo reboto porque no está a la altura de lo que quiero mostrar”. También sucede que la cultura del canje está muy arraigada en Tucumán y nadie hace algo de calidad sin plata. El productor se tiene que arreglar con una fuente de ingreso y un montón de canje. Mientras no cambie esta cultura y mientras el empresario vea como un gasto y no como una inversión al hecho de estar en la TV, es difícil que la rueda empiece a girar. También creo que hay un poco de relajo, un poco de “lo hacemos así hace 10 años, ¿por qué no seguir?”. No, porque hay que hacer cosas mejores, de mejor calidad. De todos modos, hay miles de falencias en toda la TV argentina.

- El mito dice que los porteños no admiten otra tonada que la suya para estar frente a cámara, pero vos construiste tu marca a partir de tu identidad tucumana.

- Jamás renegué de mis raíces ni renegaré. Creo que ser tucumano es una de las cosas que hacen a mi atractivo, que me distinguen. Por otro lado creo en la TV federal; yo intento meter todo el tiempo a mi provincia en la radio o en la TV, nombro a la achilata o digo expresiones como “se me cayó la paletilla”, por ejemplo. Parte de mi paquete de conducción es esto, vengo con la erre tucumana (risas), con la tonada que se me escapa y me encanta. Y me gusta que sea recíproco porque tranquilamente me podrían haber dicho “che, loco, no metas tanto tucumano”, pero es algo que no estoy dispuesto a dejar de lado. Sí creo que es fundamental saber neutralizar un poco la tonada, como también lo es tener buena dicción, cadencia y que se te entienda. El pedido de que no sea tan tucumano al hablar -que lamentablemente alguna vez me lo hicieron- no tiene ninguna justificación. Si alguien me lo sugiere y no me sabe decir por qué, chau, a otra cosa. Es como si me pidieran que sea rubio: no, soy morocho.   


Qué sí y qué no al conducir en TV 

- Qué sí: entender que el éxito de un producto es un trabajo de muchas áreas y valorarlas, aconseja López. Hacer un programa para la gente y no para uno, como conductor. 

- Qué no: no copiar estilos. No pensar que lo que es gracioso para uno lo es para el resto. No intentar imponer cosas por la fuerza; lo que funciona, decanta solo.


Tamaño texto
Comentarios
Comentarios