En los próximos días, las cocinas europeas comenzarán a inundarse de aromas navideños. Es que, especialmente en los países del centro del antiguo continente, la tradición del Adviento se vive con fuerza desde tiempos inmemoriales: cuando aún no se conocía el azúcar y los dulces eran un lujo a base de miel y frutas sobremaduras (pasas de uva, duraznos secos, etcétera). En aquellos inviernos antiguos y oscuros se sobrevivía con lo que quedaba en las despensas. Por eso, el más preciado regalo para la Navidad eran los dulces.
Heredera del medioevo, en la repostería germana actual siguen conjugándose especias, frutos secos y miel.
A la tucumana
Entre nosotros, claro está, el clima es otro, pero la posibilidad de regalar abrazos con disfraz de cosas ricas es invalorable. Y como además las clases ya casi se acaban, meterte en la cocina con los chicos tendrá valor agregado: podrán, por ejemplo, decorar el arbolito con delicias salidas de sus propias manos.
Para que sean un éxito conviene empezar cuanto antes, especialmente con las Lebkuchen: como en la masa se usa miel, al principio se ponen duras. Por eso necesitan descansar en un recipiente cuya tapa no sea hermética y dentro del cual pondrás un trozo de pan o de manzana (controlar de vez en cuando que no se forme moho); así conservan la humedad y se mantienen tiernas. A la hora de decorar entran en juego dos variables: las formas (estrellas, campanitas, ángeles, arbolitos) y los materiales. Entre estos se cuentan el glasé real, glasé de colores, perlitas comestibles, cintas...
Las estrellas de canela, en cambio, pueden disfrutarse en el acto, son muy fáciles de hacer y, como no tienen harina, son ideales para celíacos.
El pan del Niño
El Stollen es la versión alemana del pan dulce (aparece mencionado por primera vez en un documento de 1329), pero en lugar de crecer a lo alto se acomoda como descansando. No es casualidad: suelen decir que recuerda a un recién nacido envuelto en pañales... y por eso lo espolvorean con azúcar impalpable. Como es lógico, la receta original usa levadura (¡en el siglo XIV no se había inventado el Royal!!), pero la que te ofrecemos hoy simplifica la tarea.
Galletas