Abogados piden independencia judicial al próximo Gobierno

Abogados piden independencia judicial al próximo Gobierno

García Posse, titular del Colegio capitalino, pronosticó corta vida “al estilo Gils Carbó” Dirigentes profesionales departieron sobre el futuro de las instituciones. Vals se acordó de la servilleta de Corach.

EN LA REDACCIÓN. Los letrados Francisco García Posse, Rodolfo Moisá, Martín Tello y Diego Vals, con el secretario de Redacción Roberto Delgado (izq.) la gaceta / foto de DIEGO ARáOZ EN LA REDACCIÓN. Los letrados Francisco García Posse, Rodolfo Moisá, Martín Tello y Diego Vals, con el secretario de Redacción Roberto Delgado (izq.) la gaceta / foto de DIEGO ARáOZ
19 Noviembre 2015
Al próximo Presidente de la Nación le piden, antes que nada, que deje ser a la Justicia. Que no la encorsete. Que no la sojuzgue. Que le permita actuar con autonomía. Que le dé espacio y libertad para que esclarezca los casos que incumben al poder político. “Y también al económico”, precisa Martín Tello, consejero titular del Consejo Asesor de la Magistratura.

El pedido de independencia judicial surge al final del intercambio de opiniones en el que participaron cuatro dirigentes locales de la abogacía: Francisco García Posse, presidente del Colegio de Abogados de la Capital; Rodolfo Moisá, secretario de la Federación de Entidades Profesionales Universitarias de Tucumán y tesorero de la Caja de Abogados; Diego Vals, titular del Colegio de Abogados del Sur, y Tello. Con cafés, cortados y soda de por medio, los letrados comienzan hablando del debate de los presidenciables Daniel Scioli (Frente para la Victoria) y Mauricio Macri (Cambiemos), y terminan discutiendo -amigablemente- ideas para fortalecer los partidos políticos. La hora de diálogo se va volando... y queda corta.

“Con prescindencia del ganador del balotaje (del 22 de noviembre), el cambio está en marcha. En el camino vamos a ver cuán profundo es. Pero estoy seguro de que poca vida tiene ‘el estilo Gils Carbó’ (en referencia a Alejandra Gils Carbó, lideresa de Justicia Legítima y procuradora general de la Nación designada por el kirchnerismo)”, opina García Posse. Moisá acota que tanto Scioli como Macri han llamado la atención sobre la necesidad de incrementar la independencia de la Justicia: “pero el candidato de Cambiemos ha sido más enfático en ese sentido. A Scioli, que pertenece a la gestión saliente, le cuesta más tocar este tema tabú, pero creo que sí tiene convicciones distintas”.

Además de respeto por la autonomía de jueces y fiscales, Vals solicita al próximo jefe del Poder Ejecutivo que observe los criterios de federalismo y de género al llenar las dos vacantes que encontrará en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Y agrega: “la otra cuestión es que cubra todas los despachos acéfalos con rapidez. Y si bien no dependerá estrictamente ni de Scioli ni de Macri, nosotros queremos que haya un juzgado federal en el sur de la provincia (en el presente hay tres despachos federales de primera instancia -por ahora sólo dos en funcionamiento-, todos con asiento en San Miguel de Tucumán)”. Al respecto, su colega capitalino sentencia: “es lo que corresponde”.

Tello está de acuerdo conque se impone aplicar una inyección de independencia a la Justicia y acercarla a los pobladores del interior. “Pero para ello hace falta presupuesto: la calidad del servicio depende de las herramientas disponibles. No podemos quedarnos con una independencia enunciativa, que está condicionada en términos materiales”, analiza el profesional.

La servilleta inmutable

Entre los observadores de los Tribunales hay “malpensados” convencidos de que sectores críticos (como los fueros penal y contencioso administrativo) se acomodan al gobernante de turno. Sin ánimo de generalizar, García Posse postula que esta capacidad de adaptación se ha advertido en la Justicia Federal respecto de las administraciones posteriores a la de Raúl Alfonsín. “Se trata de magistrados dispuestos a ser dependientes y a lamer la mano del próximo amo. No tengo ninguna duda de que es el caso del juez (federal porteño) Norberto Oyarbide”, define.

El elenco estable de jueces relacionados con el poder político va a intentar adaptarse a Scioli o a Macri, según Vals. “Es una estrategia. Oyarbide, (Claudio) Bonadío, los jueces de la vieja servilleta (del menemista Carlos Corach), no van a cambiar”, vaticina el letrado de Concepción.

Moisá aclara que a lo mejor él sea ingenuo, pero que cree que ciertos antecedentes no pueden ser borrados. “Estamos hablando de magistrados que cruzaron algunos límites: no depende de ellos el poder volver del lugar adonde llegaron. No sé cuánta gente estaría en condiciones de tratar con uno que ahora se hace el independiente”, conjetura.

Tello sostiene que hubo y hay jueces adictos, y que la cuestión pasa por admitir este fenómeno y reforzar los mecanismos de control: “pienso que las auditorías internas permiten morigerar la influencia de los poderes sobre la Justicia. Tampoco podemos caer en una utopía”. El sinceramiento empieza por casa porque, entonces, uno de los abogados tertulianos recuerda que ni Macri ni Scioli hicieron de la Justicia un tema central de la campaña.

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