17 Noviembre 2015
UNA IMAGEN REPETIDA. A lo largo de la temporada, las caras largas de los futbolistas fueron una constante al finalizar los encuentros. la gaceta / foto de héctor peralta (archivo)
Mediatización
Hay un viejo refrán que indica que “los trapos sucios se los lava en casa”. Eso no ocurrió en San Martín. Temas deportivos e institucionales de importancia fueron expuestos publicamente sin medir las consecuencias para el club.
Sin continuidad
Es prácticamente imposible que se puedan llevar adelante proyectos serios en lo institucional si luego de un fracaso deportivo se hace borrón y cuenta nueva. Esto ocurrió en los últimos años en la entidad de La Ciudadela.
Ya no es un fortín
En esta temporada, San Martín nunca se hizo fuerte en La Ciudadela y así es difícil aspirar al ascenso. Equipos sin mucha historia se la ingeniaron para llevarse un resultado positivo de una cancha que hasta hace poco era inexpugnable.
Dos DT en el torneo
En enero, se apostó a la contratación de Darío Tempesta, uno de los técnicos con más experiencia en el ascenso. Su gestión duró 11 fechas. Con la llegada de Pena nada cambió: el equipo siguió sumando frustraciones.
Mala elección
Es indudable que los jugadores que se sumaron para esta temporada al plantel no estuvieron a la altura de las circunstancias. El equipo nunca mostró la jerarquía que el hincha pretende de los que se ponen la camiseta “santa”.
Talón de Aquiles
A pesar de que pocos equipos se mostraron superiores en el juego, los constantes desacoples y distracciones defensivas que mostró San Martín en el torneo lo dejaron con las manos vacías en varias oportunidades.
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