15 Noviembre 2015
UN HITO. “Picante” Pereyra festeja su gol en la ida de la Promoción ante River. foto de diaadia.com.ar (ARCHIVO)
Para los clubes recién ascendidos, la Primera suele ser una ola producida por un tsunami: es casi imposible barrenarla sin terminar ahogado y sentenciado al inframundo del descenso.
Atlético lo vivió en carne propia en 2009/10. Así como llegó, y pese a haber terminado la primera fase fuera de la zona roja, regresó a la B Nacional. ¿Habrá aprendido la lección? Desde 25 de Mayo y Chile juran que sí, y entregan argumentos palpables, visibles. Años atrás, hablar del poderío de las divisiones formativas o del semillero era una utopía. El salto de los jugadores de las plantillas liguistas del “decano” a la Primera era como caer al vacío.
Hoy ya no lo es tanto. Si bien no hay una figura preponderante, Atlético viene invirtiendo fuerte en las categorías que militan en los torneos de AFA, desde Novena a Cuarta, todo apuntando al futuro, a nutrir a su plantel superior con créditos de la casa y con un costo cero. Esa fue la primera pata de la mesa que se construyó.
La otra apunta a las finanzas y a sus aciertos. Del primer ascenso, la nueva tribuna fue la herencia dejada, porque después, las incorporaciones, caso el paraguayo Fabio Escobar y el uruguayo Johnatan Blanes (sufrió una serie de lesiones), dieron pérdida. Atlético sumó gente de a docenas, pero no alcanzó. La cantidad no hace a la calidad. Otro error fue contratar a un técnico casi retirado como “Chiche” Sosa para encarar el tramo decisivo. Equivocaciones que no pueden repetirse.
La experiencia ajena
“Mantener el bloque de jugadores que quieran estar y que están un buen nivel, es fundamental, porque sino después tenés que armar todo de nuevo. Tampoco es echar 15 jugadores y traer 15 de nuevo. Lo bueno es que Atlético cuenta con varios jugadores que son de Primera ”, entrega su punto de vista sobre lo que debería hacer el “decano” Ricardo Rezza, técnico de Temperley, al que apuntaló a un doble y meteórico ascenso: de la Primera B Metropolitana a la B Nacional, y de la B a la A, todo en dos temporadas. Y la cosa no queda ahí. Con Rezza en el banco, el “gasolero”, cuyo presupuesto está lejos de grandes como River y Boca, mantuvo la categoría.
“También hay que mantener al entrenador, que hizo posible esto. La continuidad del proyecto es fundamental”, agrega Rezza, que cree que si la casa y el vestuario está en orden, todo es posible. “El buen ambiente del grupo es clave. Y si suman jugadores, que sean hombres que conozcan la divisional y lleguen para sumar. Hay momentos en los que se debe bancar el proyecto porque se puede perder. Hay bajones. Nosotros lo tuvimos al final del campeonato, pero algunos lo tienen al comienzo, otros en el medio”, agrega.
Y si de unidad de trata, Rezza recomienda ser ambicioso, sí, pero siempre con los pies en la tierra. “El saber que se puede dar más, que se puede tener una colocación mejor, es importante, así como evitar desde el arranque. Eso es no aparecer en el cupo de los que descienden primero”, explica.
Contrapunto
Crucero del Norte experimentó las mismas desgracias que Atlético en su momento. Subió y bajó al toque. Sin embargo, a pesar de que lo suyo fue histórico, tanto para bien como para el dolor de sus hinchas, el presidente Julio Koropeski está conforme con una batalla que, dice, pocos pueden ganar.
“Lo que cuidamos antes que el resultado deportivo fue la cuestión económica. Hoy, una institución tan joven como Crucero, que tiene 12 años, está descendiendo sin deudas. Entonces, no nos preocupa tanto lo deportivo porque sabemos que eso lo podemos lograr mientras tengamos un club saneado. Con ese concepto, creo, se pueden seguir peleando por cosas importantes”, afirma el directivo del “colectivero”.
“Hay casos testigo de muchos clubes que han perdido la categoría y con ello hipotecaron su institución, que no es nuestro caso”, a eso apunta Koropeski. Y tal como lo mencionó Rezza, confiar en los proyectos es fundamental.
“En 12 años han pasado solamente siete cuerpos técnicos por el club y eso demuestra que nuestra institución trabaja al revés de algunos de nuestros pares. Porque cuando los resultados no se dan se cambia el técnico. Yo digo que si confiaste en un DT hay que darle tiempo al proceso para que puedan llegar los resultados”.
Koropeski es empresario y maneja los números como pocos. Al igual que Atlético, tiene bien en claro dónde está el futuro del club. “En las últimas dos temporadas hicimos un trabajo muy fuerte en las divisiones inferiores. Hoy la Cuarta, de las seis que tenemos compitiendo en los torneos de AFA, ha salido subcampeona. Y también, en estos últimos partidos en Primera, (Sebastián) Rambert ha hecho debutar a muchos chicos que van a ser tenidos en cuenta en el plantel superior para la próxima temporada. Sabemos que las divisiones inferiores son el patrimonio más grande que pueda tener un club y allí hay que trabajar y potenciarlas”.
Nueva Chicago estuvo más cerca de Crucero del Norte y fue la contracara de Temperley. Su llegada a la máxima categoría fue calcada a la del “gasolero”, su destino final, no. “El desenlace tiene una cuestión de fondo que supera lo hecho en este torneo”, confía Giselle Illuzzi, periodista encargada de cubrir vida y obra del “torito”. “Podría escribir páginas y páginas de por qué se llegó a donde se llegó, pero lo resumo diciendo que Chicago equivocó los caminos. Gastó mucho dinero sin necesidad, formó un plantel que no estaba preparado para enfrentar semejante desafío y, por ende, costó demasiado la adaptación. Y para colmo, Cristian Gómez, el máximo ídolo de la institución, se lesionó y ello fue un golpe duro para el grupo”, enumera Illuzzi algunas de las causas de la debacle de los de Matadores. “El hincha de Chicago sabe los verdaderos motivos de este descenso”, cifra un último mensaje la periodista, casi con voz de simpatizante.
Volver a ser
Con el ascenso en el bolsillo, Atlético comenzó a trabajar de lleno en su primera misión. Ya lo anticiparon desde la directiva que la prioridad es que Juan Azconzábal siga. La segunda, mantener la columna vertebral del grupo y después potenciarla. Atlético parece haber aprendido la lección. Paciencia, es lo que pide el club también. Se viene la ola de un tsunami y en el Monumental, juran, esta vez, podrán barrenarla como nunca antes.
Atlético lo vivió en carne propia en 2009/10. Así como llegó, y pese a haber terminado la primera fase fuera de la zona roja, regresó a la B Nacional. ¿Habrá aprendido la lección? Desde 25 de Mayo y Chile juran que sí, y entregan argumentos palpables, visibles. Años atrás, hablar del poderío de las divisiones formativas o del semillero era una utopía. El salto de los jugadores de las plantillas liguistas del “decano” a la Primera era como caer al vacío.
Hoy ya no lo es tanto. Si bien no hay una figura preponderante, Atlético viene invirtiendo fuerte en las categorías que militan en los torneos de AFA, desde Novena a Cuarta, todo apuntando al futuro, a nutrir a su plantel superior con créditos de la casa y con un costo cero. Esa fue la primera pata de la mesa que se construyó.
La otra apunta a las finanzas y a sus aciertos. Del primer ascenso, la nueva tribuna fue la herencia dejada, porque después, las incorporaciones, caso el paraguayo Fabio Escobar y el uruguayo Johnatan Blanes (sufrió una serie de lesiones), dieron pérdida. Atlético sumó gente de a docenas, pero no alcanzó. La cantidad no hace a la calidad. Otro error fue contratar a un técnico casi retirado como “Chiche” Sosa para encarar el tramo decisivo. Equivocaciones que no pueden repetirse.
La experiencia ajena
“Mantener el bloque de jugadores que quieran estar y que están un buen nivel, es fundamental, porque sino después tenés que armar todo de nuevo. Tampoco es echar 15 jugadores y traer 15 de nuevo. Lo bueno es que Atlético cuenta con varios jugadores que son de Primera ”, entrega su punto de vista sobre lo que debería hacer el “decano” Ricardo Rezza, técnico de Temperley, al que apuntaló a un doble y meteórico ascenso: de la Primera B Metropolitana a la B Nacional, y de la B a la A, todo en dos temporadas. Y la cosa no queda ahí. Con Rezza en el banco, el “gasolero”, cuyo presupuesto está lejos de grandes como River y Boca, mantuvo la categoría.
“También hay que mantener al entrenador, que hizo posible esto. La continuidad del proyecto es fundamental”, agrega Rezza, que cree que si la casa y el vestuario está en orden, todo es posible. “El buen ambiente del grupo es clave. Y si suman jugadores, que sean hombres que conozcan la divisional y lleguen para sumar. Hay momentos en los que se debe bancar el proyecto porque se puede perder. Hay bajones. Nosotros lo tuvimos al final del campeonato, pero algunos lo tienen al comienzo, otros en el medio”, agrega.
Y si de unidad de trata, Rezza recomienda ser ambicioso, sí, pero siempre con los pies en la tierra. “El saber que se puede dar más, que se puede tener una colocación mejor, es importante, así como evitar desde el arranque. Eso es no aparecer en el cupo de los que descienden primero”, explica.
Contrapunto
Crucero del Norte experimentó las mismas desgracias que Atlético en su momento. Subió y bajó al toque. Sin embargo, a pesar de que lo suyo fue histórico, tanto para bien como para el dolor de sus hinchas, el presidente Julio Koropeski está conforme con una batalla que, dice, pocos pueden ganar.
“Lo que cuidamos antes que el resultado deportivo fue la cuestión económica. Hoy, una institución tan joven como Crucero, que tiene 12 años, está descendiendo sin deudas. Entonces, no nos preocupa tanto lo deportivo porque sabemos que eso lo podemos lograr mientras tengamos un club saneado. Con ese concepto, creo, se pueden seguir peleando por cosas importantes”, afirma el directivo del “colectivero”.
“Hay casos testigo de muchos clubes que han perdido la categoría y con ello hipotecaron su institución, que no es nuestro caso”, a eso apunta Koropeski. Y tal como lo mencionó Rezza, confiar en los proyectos es fundamental.
“En 12 años han pasado solamente siete cuerpos técnicos por el club y eso demuestra que nuestra institución trabaja al revés de algunos de nuestros pares. Porque cuando los resultados no se dan se cambia el técnico. Yo digo que si confiaste en un DT hay que darle tiempo al proceso para que puedan llegar los resultados”.
Koropeski es empresario y maneja los números como pocos. Al igual que Atlético, tiene bien en claro dónde está el futuro del club. “En las últimas dos temporadas hicimos un trabajo muy fuerte en las divisiones inferiores. Hoy la Cuarta, de las seis que tenemos compitiendo en los torneos de AFA, ha salido subcampeona. Y también, en estos últimos partidos en Primera, (Sebastián) Rambert ha hecho debutar a muchos chicos que van a ser tenidos en cuenta en el plantel superior para la próxima temporada. Sabemos que las divisiones inferiores son el patrimonio más grande que pueda tener un club y allí hay que trabajar y potenciarlas”.
Nueva Chicago estuvo más cerca de Crucero del Norte y fue la contracara de Temperley. Su llegada a la máxima categoría fue calcada a la del “gasolero”, su destino final, no. “El desenlace tiene una cuestión de fondo que supera lo hecho en este torneo”, confía Giselle Illuzzi, periodista encargada de cubrir vida y obra del “torito”. “Podría escribir páginas y páginas de por qué se llegó a donde se llegó, pero lo resumo diciendo que Chicago equivocó los caminos. Gastó mucho dinero sin necesidad, formó un plantel que no estaba preparado para enfrentar semejante desafío y, por ende, costó demasiado la adaptación. Y para colmo, Cristian Gómez, el máximo ídolo de la institución, se lesionó y ello fue un golpe duro para el grupo”, enumera Illuzzi algunas de las causas de la debacle de los de Matadores. “El hincha de Chicago sabe los verdaderos motivos de este descenso”, cifra un último mensaje la periodista, casi con voz de simpatizante.
Volver a ser
Con el ascenso en el bolsillo, Atlético comenzó a trabajar de lleno en su primera misión. Ya lo anticiparon desde la directiva que la prioridad es que Juan Azconzábal siga. La segunda, mantener la columna vertebral del grupo y después potenciarla. Atlético parece haber aprendido la lección. Paciencia, es lo que pide el club también. Se viene la ola de un tsunami y en el Monumental, juran, esta vez, podrán barrenarla como nunca antes.
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