Un regalo para ayudar a los hijos

Cuenta Mary que nunca, en sus 52 años de casados, tuvo un susto como el que sufrió el jueves, cuando el grito estruendoso de su marido, “Pupi”, la hizo saltar, literalmente, de la cama. Sin embargo, nada más lejos que una mala noticia. “¡Hacía tres días que estaba esperando el 89! ¡Y se nos dio!”, reconstruye María Angélica Juárez, acerca de los prolegómenos del momento en el que supieron que habían resultado únicos ganadores de los $150.000 de esta semana de los Números de Oro de LA GACETA.

En sus 52 años de casados, los Juárez han construido una familia numerosa, con cinco hijos y 12 nietos, de esos que llenan la casa sin avisar casi todos los domingos, a la hora del almuerzo. “Cuando vuelven. Es que la casa, cuando se han ido casando nuestros hijos, nos ha quedado grande”, desliza María Angélica, con tono nostálgico. Y el marido aporta, con orgullo: “Tenemos una hija maestra, otra que es psicóloga. Todas casadas con el primer novio. Ahora es el tiempo de disfrutar de los nietos -continúa-, porque cuando mis hijos eran chicos yo trabajaba de noche, y casi no los veía”.

¿Qué harán con el premio?, se les pregunta. “Arreglar la casa y ayudar a la familia”, responde “Pipi”, que es jubilado del Casino. ¿Habrá asado para festejar durante el domingo? Al unísono dicen que a la celebración la harán en familia, con todos los hijos y nietos, en Las Termas de Río Hondo.

Viejos lectores de LA GACETA -hábito que ya cultivaban sus mayores-, cuentan que, aunque “el” premio los tomó de sorpresa, no es la primera vez que pasan por un momento similar. “Hace muchos años ya me gané un horno microonda con el entretenimiento de LA GACETA. Todavía lo tengo guardado al recorte”, recuerda Mary, que es ama de casa jubilada.

Pero no hay dos sin tres. “Ahora espero el premio mayor, el auto”, enfatiza María Angélica, con picardía.