En el sur amenazan con cortar las rutas si no se realizan obras en el río Medina

En el sur amenazan con cortar las rutas si no se realizan obras en el río Medina

Pobladores de distintas localidades temen que se produzcan nuevas inundaciones.

TEMEN QUE SE PRODUZCA OTRA TRAGEDIA. El vecino César Flores observa el río Medina, que desbordó en marzo y generó muchos daños. LA GACETA/ FOTO DE OSVALDO RIPOLL. TEMEN QUE SE PRODUZCA OTRA TRAGEDIA. El vecino César Flores observa el río Medina, que desbordó en marzo y generó muchos daños. LA GACETA/ FOTO DE OSVALDO RIPOLL.
20 Octubre 2015

Los pobladores del sur tucumano sienten que, si para muestra sólo basta un botón, ellos ya han padecido innumerables “muestras” en los últimos años. Una enorme preocupación por la falta de obras de contención en el río Medina desvela a los vecinos de Villa Medinas, Villa La Trinidad, Los Agudo, La Junta, Ciudacita y Monteagudo, que en marzo pasado fueron castigados por el desmadre de ese cauce: perdieron plantaciones, animales y los bienes de sus casas. Ahora, ante la proximidad del verano, temen que la historia se repita y de una manera aún peor.

Es que, según observan los pobladores, el curso del Medina necesita ser prácticamente reconstruido en un tramo de 25 kilómetros, desde las proximidades de la vieja ruta 38 hasta el este de la ruta nacional 157. La ausencia de obras genera un riesgo latente para más de 20.000 personas. “El río se quedó sin barrancas ni cauce. Es decir que si llueve y crece, las aguas se lanzarán hacia nosotros, sin ninguna contención. Va a ser catastrófico si llueve mucho, como anticipan los pronósticos”, advirtió Ariel Arévalo, de Los Agudo.

Piedras, restos de árboles y sedimentos que llegaron desde los cerros han tapado el lecho del río en un extenso tramo. Después de las inundaciones, máquinas del Ministerio del Interior trabajaron en la zona para abrir el cauce taponado, pero no lograron concluir la obra. “Lo que se hizo fue insuficiente porque al río, tal como quedó luego del último verano, hay que hacerlo de nuevo” observó Arévalo, quien forma parte de un grupo de lugareños que se organizó para gestionar trabajos ante la provincia . “En la Dirección Provincial del Agua (DPA) nos dijeron que no hay máquinas ni presupuesto. De ahí que recurrimos al Ministerio del Interior. Nos prometieron dos retroexcavadoras para esta semana” informó el hombre.

Los vecinos, inquietos ante la llegada del período estival, adelantaron que si el compromiso de las autoridades provinciales no se concreta, van a tomar medidas de fuerza en las rutas del sur.

Cosechas bajo el agua

“Lo nuestro es desesperante. Estamos totalmente expuestos a sufrir un desastre peor que el de marzo pasado”, apuntó Fabián Juárez, de Ciudacita. El vecino admitió que no hay tiempo para ejecutar los trabajos que necesita el Medina, aunque consideró que deberían encarar al menos las obras más urgentes, como el reencauce en los sectores críticos.

De acuerdo con Juárez, en la actualidad hay una veintena de cañeros que no pueden sacar su producción por el desborde que hace pocos días tuvo el Medina. “Llovió un poco en el cerro y fue suficiente para que el agua anegara los campos. Ahí quedaron los cañaverales de pie, sin que se los pueda cosechar”, relató.

Los vecinos transmitieron su preocupación al obispo de la Diócesis de la Santísima Concepción, monseñor José María Rossi, quien reconoció que el pueblo teme sufrir nuevas inundaciones; por eso, exhortó al Gobierno provincial a llevar adelante los trabajos que hacen falta para prevenir el desborde de los ríos, y al mismo tiempo reclamó que se investigue si la tala indiscriminada -entre otras acciones que involucrarían a funcionarios y particulares- podrían incrementar los riesgos. “En el Medina aparecieron montículos de troncos de árboles cortados con motosierras. Al parecer, en el cerro nadie controla nada. Hacen estragos con el negocio de la madera y el desmonte para cultivos”, recriminó Ismael Díaz.

Alpachiri y El Molino

La semana pasada se retiraron las máquinas que trabajaban en los ríos Gastona y Chirimayo, lo que reavivó la preocupación en Alpachiri y en El Molino, aún sensibilizados por el desastre de marzo. Ayer, el comisionado comunal, Juan Manuel Moreno, apaciguó los ánimos al anunciar que la provincia destinó otras 1.000 horas de trabajo para los lechos que desbordaron y que necesitan ser dragados y para la construcción de nuevas defensas; las máquinas llegarían los próximos días, informó. Los vecinos, sin embargo, insisten en que las obras que necesitan el Gastona y El Chirimayo avanzan de manera muy lenta.

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"Dejaremos todo listo para que la próxima gestión encare las Obras"

Que el verano y sus tormentas estén pisando los talones a los pobladores del sur no parece ser una novedad ni un tema que no ocasione preocupación al Gobierno provincial, según deslizó Oscar Mirkin, secretario de Obras Públicas. “Hemos destinado $ 2 millones en horas máquina para que continúen los trabajos paliativos en los ríos del sur, pero también estamos próximos a encarar las obras de fondo. Es cierto que el Medina se ha quedado sin cauce, pero ya están autorizadas las obras por $ 44 millones que financiará el Gobierno nacional para afrontar los trabajos”, dijo.

Según informó, el proyecto para reencauzar el Medina, dragarlo y construir defensas y gaviones viajó ayer a Buenos Aires con algunas pequeñas correcciones, y en los próximos días volverá a Tucumán. “A partir de ahí, se puede comenzar de inmediato el proceso licitatorio. Dada la emergencia, estamos facultados a realizar una contratación directa, previo cotejo de precios entre cinco empresas. Es necesario comenzar cuanto antes”, admitió Mirkin, y estimó que, si todo marcha con viento a favor, los trabajos podrían comenzar en 20 días. “Si nosotros no estamos, vamos a dejar todo listo para que la próxima gestión encare las tareas”, prometió en referencia a que el 28 de octubre asumen las nuevas autoridades provinciales.

Cuando fue consultado acerca de por qué se esperó a tener el verano tan encima para realizar estas tareas, Mirkin respondió que los estudios técnicos y los trámites administrativos llevan un tiempo considerable. “Nosotros podemos ir con las máquinas y hacer obras sin proyectar, pero eso es tirar los recursos del Estado. La elaboración de la documentación técnica requiera, primero, que podamos entrar a los ríos para poder relevar. Se hacen controles cada 100 metros; son estudios que llevan mucho tiempo”, justificó el secretario saliente. Para evitar que una lluvia común y corriente termine por anegar los pueblos del sur, realizarán primero tareas superficiales preventivas. “No podemos saber cuánto ni cómo ni dónde va a llover”, admitió.

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