Por Nicolás Iriarte
13 Octubre 2015
Cansados. Así llegaron los jugadores de Atlético a Tucumán, ayer por la mañana. La frustración por no haber podido ganar tras un gran segundo tiempo en San Luis, con un remate de Leandro González en el travesaño incluido, y la satisfacción de haber sobrevivido a un pobre primer acto, en el que pudieron habérsele escapado los tres puntos, no tenían lugar en los pensamientos del plantel.
Los casi 1.000 kilómetros que separan San Luis de nuestra provincia no fueron los únicos argumentos para el agotamiento. La estadía en Cuyo fue en un hotel de lujo y con todas las comodidades, pero la lluvia y el frío que castigó el fin de semana a la provincia puntana los acompañó en el entrenamiento del sábado, el día del partido y se disipó justo ayer, cuando el “decano” ya estaba de vuelta.
“No podemos poner excusas. Así son las reglas del juego y valen para todos”, aclara Cristian Lucchetti. “Los sufrimos desde el primer día. Son viajes largos y cansadores. Más si toca un clima como el de San Luis”, agregó.
San Luis, Entre Ríos (tres veces), Córdoba (dos), Mendoza (dos), Misiones, Jujuy y Santiago del Estero son los viajes que hasta aquí Atlético realizó pura y exclusivamente en colectivo. Salvo los dos últimos, todos representan al menos 16 horas (y hasta 30) dentro del colectivo contando la ida y la vuelta. El próximo viaje será a Mar del Plata (visita a Unión después de las elecciones presidenciales) pero el equipo de Juan Manuel Azconzábal ahorrará tiempo al viajar por avión.
Pero si había un resquicio para que entre otra idea en esas cabezas y cuerpos cansados que arribaron tras mantener la punta, pese a que Patronato se acercó a un punto, seguramente estaba reservado para lo siguiente: solo queda un viaje largo y de ninguna manera será encarado con fastidio: o Atlético llega a esa última fecha para jugar con Boca Unidos ya ascendido o teniendo que conseguirlo en el litoral.
“Llega un momento en el que el cansancio también juega, pero al estar peleando arriba el buen ánimo y lo psicológico termina ganando. Por eso tenemos ese plus desde hace varios partidos”, reconoce González que, como se lee, no tendrá problemas en viajar a Corrientes para cualquiera de los dos objetivos: cumplir o ascender. Que el objetivo esté cerca matiza todo. Aún cuando se trató del torneo de la B Nacional más federal de la década, seguramente.
El premio del ascenso será doble porque en Primera espera un torneo bien unitario. Buenos Aires y alrededores recluta la mayoría de los clubes y ahí es cuando la AFA desembolsa y paga los pasajes en avión. No es lo mejor para nuestro fútbol pero el plantel “decano” se despediría de cubrir largas distancias en colectivo por un tiempo. Solo Belgrano (Córdoba), Godoy Cruz (Mendoza) San Martín (San Juan) obligarían a usarlo, mientras que para el resto, aprovechará las millas que le da Luis Segura y compañía.
¡Que se acabe el torneo! Pide el equipo, para que la disputa con Patronato y la tensión termine de una vez por todas.
Los casi 1.000 kilómetros que separan San Luis de nuestra provincia no fueron los únicos argumentos para el agotamiento. La estadía en Cuyo fue en un hotel de lujo y con todas las comodidades, pero la lluvia y el frío que castigó el fin de semana a la provincia puntana los acompañó en el entrenamiento del sábado, el día del partido y se disipó justo ayer, cuando el “decano” ya estaba de vuelta.
“No podemos poner excusas. Así son las reglas del juego y valen para todos”, aclara Cristian Lucchetti. “Los sufrimos desde el primer día. Son viajes largos y cansadores. Más si toca un clima como el de San Luis”, agregó.
San Luis, Entre Ríos (tres veces), Córdoba (dos), Mendoza (dos), Misiones, Jujuy y Santiago del Estero son los viajes que hasta aquí Atlético realizó pura y exclusivamente en colectivo. Salvo los dos últimos, todos representan al menos 16 horas (y hasta 30) dentro del colectivo contando la ida y la vuelta. El próximo viaje será a Mar del Plata (visita a Unión después de las elecciones presidenciales) pero el equipo de Juan Manuel Azconzábal ahorrará tiempo al viajar por avión.
Pero si había un resquicio para que entre otra idea en esas cabezas y cuerpos cansados que arribaron tras mantener la punta, pese a que Patronato se acercó a un punto, seguramente estaba reservado para lo siguiente: solo queda un viaje largo y de ninguna manera será encarado con fastidio: o Atlético llega a esa última fecha para jugar con Boca Unidos ya ascendido o teniendo que conseguirlo en el litoral.
“Llega un momento en el que el cansancio también juega, pero al estar peleando arriba el buen ánimo y lo psicológico termina ganando. Por eso tenemos ese plus desde hace varios partidos”, reconoce González que, como se lee, no tendrá problemas en viajar a Corrientes para cualquiera de los dos objetivos: cumplir o ascender. Que el objetivo esté cerca matiza todo. Aún cuando se trató del torneo de la B Nacional más federal de la década, seguramente.
El premio del ascenso será doble porque en Primera espera un torneo bien unitario. Buenos Aires y alrededores recluta la mayoría de los clubes y ahí es cuando la AFA desembolsa y paga los pasajes en avión. No es lo mejor para nuestro fútbol pero el plantel “decano” se despediría de cubrir largas distancias en colectivo por un tiempo. Solo Belgrano (Córdoba), Godoy Cruz (Mendoza) San Martín (San Juan) obligarían a usarlo, mientras que para el resto, aprovechará las millas que le da Luis Segura y compañía.
¡Que se acabe el torneo! Pide el equipo, para que la disputa con Patronato y la tensión termine de una vez por todas.
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