Asuntos pendientes con los no videntes

Asuntos pendientes con los no videntes

Carecer de uno de los cinco sentidos es una circunstancia, una limitación que no pueda ser superada o que impida realizarse en la vida; no implica ser diferente como persona, salvo que los otros lo excluyan. Sin embargo, la sociedad suele discriminar en varios aspectos. “De esta ciudad de libros hizo dueños a unos ojos sin luz, que sólo pueden leer en las bibliotecas de los sueños los insensatos párrafos que ceden las albas a su afán”, escribió Jorge Luis Borges. Mientras que José Saramago dijo: “pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran”. El 15 de octubre se recordará el Día Internacional del Bastón Blanco.

En 1964, se dispuso que el Día Mundial del Bastón Blanco se celebrara el 15 de octubre como una contribución a la integración de las personas discapacitadas visuales. En 1930, George Benham, presidente del Club de Leones de Illinois, había propuesto para uso de los discapacitados visuales un bastón blanco con extremo inferior rojo, a fin de que se les otorgara prioridad de paso. La propuesta fue aceptada y en poco tiempo el uso de dicho bastón se hizo universal.

De acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Censos, anterior al censo de 2010, eran 395.000 los tucumanos afectados por la discapacidad; se incluía en esta cifra el entorno familiar directo de la persona que padece el problema. Esta cifra representaba el 30% de la población provincia, del total de los discapacitados tucumanos, los ciegos representaban el 14,4%.

En nuestra sección Cartas, el lector Francisco Amable Díaz recordaba su participación en la Primera Maratón del Bastón Blanco, organizada por la escuela Luis Braille. “Cada año contamos con más participantes ávidos de experimentar qué se siente al correr o caminar por las calles de la ciudad con los ojos vendados, un bastón y el hombro solidario del acompañante. Les puedo asegurar que luego de estar en esta jornada de concientización uno termina sin poder ver porque tiene los ojos llenos de lágrimas. ¡Dale! Cambiemos, integrémonos, igualémonos con los niños ciegos y disminuidos visuales y participemos en forma libre y gratuita”, escribió.

Poco se ha hecho en los últimos años para allanarles inconvenientes a los ciegos, por ejemplo: la eliminación de las barreras urbanas: veredas rotas, columnas del alumbrado público ubicadas en medio de la acera, algunas con cajas de empresas de servicios, toldos a baja altura, ramas bajas de los árboles, motos y bicicletas estacionadas en las veredas, mesas y sillas de bares que obstruyen la circulación. Hay leyes que casi no se aplican como la referida a la accesibilidad de las personas con movilidad reducida al medio físico (ley nacional 24.314), promulgada en 1994, que establece la prioridad de la supresión de barreras físicas en los ámbitos urbanos, arquitectónicos y del transporte. La ordenanza municipal 4.262 que prescribe que los negocios dedicados a la gastronomía deben tener, por lo menos, tres cartillas de menú en alfabeto Braille, tampoco se acata.

Sería positivo si nuestros gobernantes próximos a asumir participaran de la maratón del jueves para compartir las vivencias de los no videntes. Tal vez de ese modo, harían cumplir la normativa vigente y se esmerarían en hacer su vida más llevadera para que no ser destinatarios del pensamiento del poeta John Milton (1608-1674): “a aquellos que han apagado los ojos del pueblo, reprochadles su ceguera”.

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