Desafiante, volvió a instalarse “La Menesunda”

Desafiante, volvió a instalarse “La Menesunda”

La emblemática propuesta de Marta Minujín se reconstruyó en el Mamba.

EN EL LABERINTO. En un túnel con luces de neón, se recorren distintas situaciones creadas por Minujín. TELAM. EN EL LABERINTO. En un túnel con luces de neón, se recorren distintas situaciones creadas por Minujín. TELAM.
13 Octubre 2015

A 50 años de su creación, “La Menesunda”, de Marta Minujín, volvió a exhibir -esta vez en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba)- el mismo desparpajo para interpretar los desafíos del arte contemporáneo en el tiempo transcurrido hasta el presente, con una artista que, sin empacho y como un mantra, repite una y otra vez: “Soy una genia como Dalí y Picasso”.

“Olores, sabores, ambientes, arte conceptual, arte pop, arte con video, hay de todo ahí adentro que después tuvo su desarrollo; la considero una obra icónica, por eso el MoMa de Nueva York y la Tate quieren exponerla”, dice Minujín.

En 1965, miles de personas hicieron cuatro o cinco horas de cola para poder entrar y perderse en esta propuesta fuera de serie para la época, que ahora resurge con la misma vitalidad que entonces, dice la agencia Telam.

La obra fue reconstruida a partir de fotos, videos, material gráfico y testimonios.

Ingresando a un túnel de neón, se recorre un mapa caprichoso que sube y baja, hasta que el visitante descubre, en un atajo, una llave para salir. Se arriba, pues, a un espacio con televisores antiguos, en blanco y negro, que trasmiten noticias de época, mientras una maquilladora ofrece sus servicios. Saliendo por una puerta se encuentra una especie de jaula que deposita al espectador en otros espacios, uno que simula intestinos y otro, con enormes cilindros, que hay que sortear para llegar a un dormitorio en el que una pareja desnuda conversa o lee. Después se pasa por el interior de una heladera, con un frío polar y una habitación octogonal donde hay una cabina de acrílico en su centro.

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Tal es “La Menesunda”, una especie de laberinto artístico.


PUNTO DE VISTA 

MÓNICA VALLEJO / Artista - Profesora de la Facultad de Artes

Lo importante fue la provocación

 En estos días se volvió a instalar “La Menesunda”, una ambientación del año 1965 de la artista Marta Minujín. Originalmente fue exhibida en el Instituto Torcuato Di Tella, que era el lugar en donde las vanguardias de la época se expresaban.

Cuentan las crónicas que había una larga fila para visitarla. Imagino la perplejidad de algunas personas, ya que esta producción rompía con los lenguajes visuales de la época.

Dice la autora que siempre fue su intención que la gente participe masivamente como propone el arte contemporáneo. Quería salir del circuito tradicional del museo o de la galería; estaba proponiendo una nueva circulación del producto artístico como muchos artistas de los años 60.

La ambientación confrontaba, incomodaba, cuestionaba al espectador. Creo que lo importante fue la provocación que generó, los cuestionamientos acerca del arte que planteó en el público en general y también en algunos especialistas que ya marcaban muchas de las características del arte actual.

Una de las críticas de las vanguardias fue que los museos eran espacios muertos. Pero hoy el museo ve multiplicada su función al acercar masivamente el público y no ser un lugar sólo donde se conserva el pasado. Ahí la importancia de la exhibición de “La Menesunda” en el “espacio tradicional” del Mamba, que se visitará esta vez por muchas más personas que en la muestra original. Y digo esto porque seguramente intervendrán los medios de comunicación que despertarán en el público general y especializado la curiosidad necesaria para que vuelvan a hacer largas filas frente al lugar, cruzarán el umbral y se internarán en el interior de esta mezcla de objetos; y es muy probable que a la salida se escuchen de algunos concurrentes expresiones tales como: pero, ¿esto es arte?

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