¿El futuro de la industria es azúcar o alcohol?

La crisis azucarera, marcada por la caída de los precios interno y externo y la sobreoferta del producto, entre otros factores, han llevado a una dicotomía que se instaló este año entre dos segmentos de la misma industria: producción de azúcar y alcohol de caña. En las últimas semanas, esa diferencia se acentuó entre los industriales de la provincia, que se extendió también a las fábricas nacionales.

Jorge Rocchia Ferro, directivo de la Compañía Azucarera Los Balcanes, administradora de los ingenios La Florida y Cruz Alta, insistió en cada oportunidad que tuvo que el futuro de la industria azucarera es la elaboración del alcohol. El empresario, justamente, es la voz ante la opinión pública del sector que defiende el cambio de matriz de esta agroindustria, con base en el derivado de la caña de azúcar.

En la vereda de enfrente se ubicaron los ingenios que aún no pudieron ingresar al programa nacional de biocombustibles y sólo producen azúcar, y que miran el aumento de las ganancias en el escenario alcoholero.

“Con la enorme rentabilidad que hoy tiene el alcohol la inversión se recupera en un año. El mercado ya repagó las inversiones. El que invirtió ya cobró la inversión. Es tiempo de pensar en el bien común. No sólo del sector sino de toda la sociedad Tucumana. No puede reproducirse otro 1966”, había dicho a LA GACETA el empresario Julio Colombres.

El precio de la bolsa de azúcar es similar hoy a la de 2011, por debajo a los $ 200, pero los salarios y los insumos han subido más del 250%, según cálculos de los privados. Así, en la actividad se presenta una gran brecha entre los precios del azúcar en la plaza interna y del alcohol ($ 280), en caso de conversión.

En el plan biocombustibles (mezcla de alcohol de caña de azúcar en las naftas), el valor del litro se elevó en los últimos 12 meses un 8%.

“No hay dicotomías en el futuro azucarero, el futuro sectorial es azúcar y alcohol . Pero también se debería tratar de incrementar la demanda de sacarosa y fibra vegetal de caña, con la producción de derivados de tercera generación como lo son la levadura para consumo animal, el ácido cítrico, muchos productos derivados de la sucroquimica o alcoquímica y la producción de energía eléctrica. Pero para avanzar con todos estos emprendimientos con capitales de riesgo genuinos es necesario que las variables macroeconómicas, a nivel país, se alineen en niveles de mercado y se reduzca la presión impositiva. Sin estos cambios no habrá posibilidades de inversiones genuinas”, dijo Arquímedes Carrizo, de la consultora local del mismo nombre.

El asesor expresó que la solución actual de la crisis, en forma integral, sólo podrá encararse si se resuelven las grandes distorsiones económicas. “Mientras tanto, todas las acciones que se tomen -absolutamente necesarias- requerirán de fuertes regulaciones y apoyo financiero, que sólo podrán atenuar el problema, no resolverlo”, añadió Carrizo, pensando en el desarrollo sustentable del sector.

El precio del bioetanol ha podido seguir la tendencia de precios de este sector de empresas con concentrados de la economía. El precio del litro de alcohol de caña de azúcar se fija mediante una fórmula que contempla los costos de producción internos.

“Este producto representa sólo un 20% de la producción total de sacarosa y es manejado por una porción de los ingenios. El resto de las industrias y los productores cañeros no acceden a este mercado, lo que genera asimetrías que profundizan la crisis”, explicó Carrizo.

Las fábricas azucareras del país habían solicitado al Gobierno nacional que eleven el porcentaje de mezcla (bioetanol-naftas), de un 10% a 12%. Otra opción fue que se asigne a Tucumán un stock especial por única vez. No hubo todavía respuestas de manera oficial.