09 Octubre 2015
PUNTO CLAVE. La esquina de Rufino Cossio y avenida Independencia es uno de los accesos a una serie de barrios que son considerados peligrosos. la gaceta / foto de inés quinteros orio
La inseguridad está entrelazada. El sábado a la noche, Juan Diego López se enteró de que cuatro internos de la Línea 10 habían sido asaltados ese día porque se lo contaron los policías que fueron a su casa, ubicada en Fortunata García al 3.800, para recolectar pruebas del robo del que él mismo había sido víctima.
López dijo ayer que utiliza a diario el servicio de esa empresa de transporte para viajar hasta el supermercado donde trabaja. “Tomo el 10 que va al barrio Los Plátanos. A esa empresa es a una de las que más roban porque entra hasta el barrio San Miguel, que es un peligro. Yo ya no uso la billetera. Cuando voy a trabajar salgo con sólo algo de plata en los bolsillos y la tarjeta para viajar”, explicó.
Este empleado también fue víctima de la inseguridad porque, según afirmó, el sábado a las 20.15 un grupo de asaltantes aprovechó que su esposa había salido hasta un almacén para entrar en su casa y robarle los celulares de todo su familia. “Por suerte ninguno de nosotros estaba en la casa”, agregó.
Los robos a los que se refirió López fueron denunciados el sábado en la seccional 8° por Juan Carlos Fernández, apoderado legal de la Línea 10, quien señaló que en total habían sido cinco los asaltos que sufrieron los choferes de esa empresa.
En su declaración Fernández también explicó que esos asaltos se cometieron en los barrios Elena White, 260 viviendas y 170 viviendas entre las 16 del sábado y la 1 del domingo. Estos hechos de inseguridad fueron los motivos por los cuales César González, titular de la Tucumán de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), se reunió con autoridades tanto del Poder Judicial como del Ejecutivo.
Cambios en los asaltos
Dos choferes que recorren esa zona la ciudad hablaron de los riesgos a los que están expuestos. “Ya no suben (por los asaltantes) a robarte los cospeles o el dinero. Ahora suben para robarte el celular, una campera o los zapatos. Pero también atacan a los pasajeros. Les agarran el celular y el dinero que tengan”, subrayó Raúl Segovia, quien trabaja en la Línea 10.
Juan José Jotar trabaja para la Línea 3 y, a pesar de que aún no fue víctima de un robo, habló de la sensación que les genera la inseguridad. “Gracias a Dios a mí todavía no me robaron, pero hay muchos compañeros a los que sí los asaltaron; principalmente en el barrio San Francisco. También varias veces vi cómo les arrebataban la cartera a las pasajeras cuando estaban subiendo al colectivo. Hay poca presencia Policial y por la calle Rufino Cossio hasta el final suelen asaltarnos. Sería bueno que haya más policías porque uno los ve (a los asaltantes) que andan de a dos en motos pero no tiene cómo avisar. Deberían parar preventivamente a todas las personas que sean sospechosas”, analizó.
El titular de UTA explicó por su parte que los choferes asaltados fueron heridos con armas blancas. También destacó que los robos en la capital se acentuaron desde fines del mes pasado. Distintas empresas de transporte denunciaron los asaltos que sufrieron sus empleados.
Cecilia Luna y sus hijos, que asisten a la primaria y a la secundaria, también usan el servicio de las Líneas 3 y 10. “Para estar tranquilos con mi marido los controlamos por el celular desde que suben hasta que se bajan del colectivo”, explicó en medio de esta situación que intimida tanto a choferes como a pasajeros.
López dijo ayer que utiliza a diario el servicio de esa empresa de transporte para viajar hasta el supermercado donde trabaja. “Tomo el 10 que va al barrio Los Plátanos. A esa empresa es a una de las que más roban porque entra hasta el barrio San Miguel, que es un peligro. Yo ya no uso la billetera. Cuando voy a trabajar salgo con sólo algo de plata en los bolsillos y la tarjeta para viajar”, explicó.
Este empleado también fue víctima de la inseguridad porque, según afirmó, el sábado a las 20.15 un grupo de asaltantes aprovechó que su esposa había salido hasta un almacén para entrar en su casa y robarle los celulares de todo su familia. “Por suerte ninguno de nosotros estaba en la casa”, agregó.
Los robos a los que se refirió López fueron denunciados el sábado en la seccional 8° por Juan Carlos Fernández, apoderado legal de la Línea 10, quien señaló que en total habían sido cinco los asaltos que sufrieron los choferes de esa empresa.
En su declaración Fernández también explicó que esos asaltos se cometieron en los barrios Elena White, 260 viviendas y 170 viviendas entre las 16 del sábado y la 1 del domingo. Estos hechos de inseguridad fueron los motivos por los cuales César González, titular de la Tucumán de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), se reunió con autoridades tanto del Poder Judicial como del Ejecutivo.
Cambios en los asaltos
Dos choferes que recorren esa zona la ciudad hablaron de los riesgos a los que están expuestos. “Ya no suben (por los asaltantes) a robarte los cospeles o el dinero. Ahora suben para robarte el celular, una campera o los zapatos. Pero también atacan a los pasajeros. Les agarran el celular y el dinero que tengan”, subrayó Raúl Segovia, quien trabaja en la Línea 10.
Juan José Jotar trabaja para la Línea 3 y, a pesar de que aún no fue víctima de un robo, habló de la sensación que les genera la inseguridad. “Gracias a Dios a mí todavía no me robaron, pero hay muchos compañeros a los que sí los asaltaron; principalmente en el barrio San Francisco. También varias veces vi cómo les arrebataban la cartera a las pasajeras cuando estaban subiendo al colectivo. Hay poca presencia Policial y por la calle Rufino Cossio hasta el final suelen asaltarnos. Sería bueno que haya más policías porque uno los ve (a los asaltantes) que andan de a dos en motos pero no tiene cómo avisar. Deberían parar preventivamente a todas las personas que sean sospechosas”, analizó.
El titular de UTA explicó por su parte que los choferes asaltados fueron heridos con armas blancas. También destacó que los robos en la capital se acentuaron desde fines del mes pasado. Distintas empresas de transporte denunciaron los asaltos que sufrieron sus empleados.
Cecilia Luna y sus hijos, que asisten a la primaria y a la secundaria, también usan el servicio de las Líneas 3 y 10. “Para estar tranquilos con mi marido los controlamos por el celular desde que suben hasta que se bajan del colectivo”, explicó en medio de esta situación que intimida tanto a choferes como a pasajeros.
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