“Tío Ale”, un conocido comerciante de La Ramada, murió tras ser golpeado por ladrones

“Tío Ale”, un conocido comerciante de La Ramada, murió tras ser golpeado por ladrones

Los asaltantes ingresaron a su vivienda el lunes a la madrugada, maniataron al hombre y a su esposa, y escaparon con $ 10.000 Alí Chabán Aboud Merhej tenía 88 años. Además de pegarle trompadas y culatazos, le lastimaron los pulmones a patadas

PUEBLO VACÍO. Las luces de la casa de “Tío Ale” quedaron encendidas. Casi todo el pueblo fue ayer al velorio.  PUEBLO VACÍO. Las luces de la casa de “Tío Ale” quedaron encendidas. Casi todo el pueblo fue ayer al velorio.
07 Octubre 2015
La Ramada parecía un pueblo fantasma. Hasta el párroco de la zona que es conductor del programa radial más escuchado del pueblo se había ido. El delegado comunal y muchos vecinos tampoco estaban. Todos se habían trasladado a la capital para asistir al velorio de Alí Chabán Aboud Merhej. Para ellos era el “Tío Ale”. Así le llamaban a este hombre de 88 años que fue asesinado a golpes cuando entraron a su casa para robarle.

“Tío Ale” vivía frente a la plaza y a la izquierda de la parroquia. Ayer a la mañana las luces de la casa estaban encendidas, pero no había nadie. Tampoco estaban abiertas las puertas del templo. Eran más los perros que deambulaban por la plaza que las personas que se desplazaban por las calles. Casi todo el pueblo estaba despidiendo a su vecino.

Carlos Navarro, uno de los pocos lugareños que permanecía en La Ramada, contó que el asalto ocurrió el lunes a la madrugada. Dijo que -según le contaron- eran cuatro ladrones, dos de ellos encapuchados y todos con armas, que forzaron las rejas de una ventana. Cuando uno de los delincuentes consiguió entrar, destrabó la puerta y pasaron los otros.

Adentro estaban Merhej y su esposa. Ambos fueron maniatados y tratados violentamente. Los delincuentes querían dinero y revolvían todo para encontrarlo. Como había $ 10.000 y habrían esperado encontrar más dinero, el trato con las víctimas empeoró. Culatazos y patadas se sucedían en medio del maltrato verbal. Los asaltantes huyeron con los únicos billetes obtenidos.

Alrededor de las 3, la esposa de Merhej consiguió desatarse y salir de la casa. La mujer cruzó la calle y tocó la puerta de su vecina, la madre de Navarro. “Mi mamá me llamó por teléfono y me fui a su casa. Me contó que la señora estaba toda ensangrentada, parecía que le habían pegado un culatazo en la cabeza”, recordó el hombre.

Cuando entraron a la vivienda de Merhej, el hombre estaba tirado en el piso, boca abajo y con los pies y las manos atados. “Se quejaba del dolor y no podía respirar. Le perforaron el pulmón a patadas. Apenas llegó al hospital le diagnosticaron muerte cerebral”, lamentó el vecino.

Buscaba calidad de vida

“Es la primera vez que pasa algo tan grave en La Ramada, estamos todos conmovidos. A mi mamá le subió la presión a raíz de esto”, dijo Navarro. El hombre cree que los delincuentes eran de la zona y, al ser reconocidos por la víctima, lo golpearon hasta matarlo.

“Era un muy buen vecino, un tipo que ha trabajado toda su vida”, destacó Navarro. “El que venía a La Ramada y no lo conocía al ‘Tío Ale’, no conocía La Ramada”, agregó Juan Bazán, otro vecino.

De la misma manera se pronunció Néstor Díaz, el locutor más popular del pueblo. En su muro de Facebook, Díaz recordó los orígenes de Merhej y le dedicó unas palabras de despedida. “Don Ale. Sirio de nacimiento, ramadeño por adopción. Padre de familia y amigo de un pueblo. Vino de su tierra, buscando paz y calidad de vida, como él decía. Derramo una lágrima por usted”, escribió el locutor.

Merhej trabajaba en su casa, junto a su esposa. Ambos atendían un polirrubro, donde podía comprarse desde un par de medias hasta un paquete de cigarrillos. “Él era el tipo que vendía de todo, tenía el negocio abierto 14 horas al día. Todos los chicos iban a comprar ahí y él siempre les regalaba algo”, recordó Bazán.

Anoche los vecinos se organizaron y salieron a marchar en reclamo de justicia. Se concentraron en la plaza Libertad y caminaron hacia la comisaría. Mientras tanto, el caso es investigado por la Dirección General de Investigación Criminal y Delitos Complejos. Fuentes policiales comentaron que pudieron levantar huellas dactilares de la escena del crimen, además de algunos rastros que podrían permitir un cotejo de ADN en caso de que sea aprehendido algún sospechoso. En los últimos tres meses, hubo al menos dos robos más en la zona, todos de similares características.

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