07 Octubre 2015
Los títeres quedaron guardados ayer en sus cajas, silenciados. Esa quietud fue el homenaje que le rindieron a Carlos López (foto), el director del Elenco Estable de Títeres y Marionetas en la Provincia desde su fundación en 2007, fallecido a los 57 años.
López afirmaba orgulloso que el grupo que comandaba recorría 4.000 kilómetros por año llevando su arte dentro y fuera de la provincia. “Vamos a toda comunidad, por pequeña que sea, para ofrecerles cultura y transmitir valores, que hoy necesitamos”, afirmó en una entrevista realizada hace cuatro años, convencido de que encontrar nuevo público (sean chicos o adultos) era su vida y su pasión.
Su amor por los títeres había comenzado en la década del 80 en la Facultad de Arquitectura, carrera que dejó cuando le faltaban seis materias para recibirse, para volcar toda su energía en los muñecos que lo aguardaban y que tanta felicidad le permitían transmitir.
“Fue un gran compañero y amigo, siempre con su cigarrillo en la boca y haciendo bromas todo el tiempo. Fue un gran laburante y creativo y lo vamos a extrañar mucho”, afirmó Jaime Mamaní, titular de la delegación de la Asociación Argentina de Actores, cuya comisión directiva integró López entre 2007 y 2009.
El titiritero Darío Diblasi recordó que su maestro lo trajo de regreso a Tucumán hace años. “Deja una marca importante en el teatro de objetos y su trabajo permitió resignificar algunos aspectos del teatro de títeres en la provincia”, sostuvo el director del grupo La Batea.
López afirmaba orgulloso que el grupo que comandaba recorría 4.000 kilómetros por año llevando su arte dentro y fuera de la provincia. “Vamos a toda comunidad, por pequeña que sea, para ofrecerles cultura y transmitir valores, que hoy necesitamos”, afirmó en una entrevista realizada hace cuatro años, convencido de que encontrar nuevo público (sean chicos o adultos) era su vida y su pasión.
Su amor por los títeres había comenzado en la década del 80 en la Facultad de Arquitectura, carrera que dejó cuando le faltaban seis materias para recibirse, para volcar toda su energía en los muñecos que lo aguardaban y que tanta felicidad le permitían transmitir.
“Fue un gran compañero y amigo, siempre con su cigarrillo en la boca y haciendo bromas todo el tiempo. Fue un gran laburante y creativo y lo vamos a extrañar mucho”, afirmó Jaime Mamaní, titular de la delegación de la Asociación Argentina de Actores, cuya comisión directiva integró López entre 2007 y 2009.
El titiritero Darío Diblasi recordó que su maestro lo trajo de regreso a Tucumán hace años. “Deja una marca importante en el teatro de objetos y su trabajo permitió resignificar algunos aspectos del teatro de títeres en la provincia”, sostuvo el director del grupo La Batea.
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