“Me respondió que le pegaba porque ya lo había cansado”

“Me respondió que le pegaba porque ya lo había cansado”

Comenzó el juicio oral por el crimen de Sandra Roldán, que murió en 2013 luego de sufrir fracturas en su cabeza. Una vecina de José Ledesma relató los golpes que el acusado le daba a su concubina.

VECINAS. Las hermanas Amenta escuchan al presidente del tribunal. VECINAS. Las hermanas Amenta escuchan al presidente del tribunal.
06 Octubre 2015
“La voy a matar a esa hija de mil p..., ya me tiene cansado”; “gracias a mí la tonta esta cobra el plan porque yo le he pegado una piña y me ha ido a batir a la cana”; “seguro que ya tenés otro macho, por eso andás arreglada”. Las frases que José Luis Ledesma lanzaba sobre su concubina Sandra Lorena Roldán fueron escuchadas por sus vecinas. Recordadas dos años después del crimen de la mujer, parecen el preanuncio de una tragedia.

Ayer a la mañana comenzaron a juzgar a Ledesma por el homicidio agravado de su pareja. La mujer fue hallada sin vida el 7 de octubre de 2013, y aunque su concubino denunció que se había suicidado, la autopsia determinó que tenía múltiples fracturas en la cara y en el cráneo. El hecho ocurrió en Las Heras al 3.400, esquina con Mercedes de San Martín.

La audiencia de ayer comenzó alrededor de las 9.30 en el segundo piso del Palacio de Justicia. La sala de juicio estaba colmada por familiares de la víctima y del imputado, a quien le sacaron las esposas pocos minutos antes de que ingresara el tribunal, compuesto por Alfonso Zóttoli, María Elisa Molina y Pedro Roldán Vázquez.

Ledesma está acusado de homicidio agravado por el vínculo, según la imputación que le hizo en abril del año pasado el entonces fiscal de Instrucción Guillermo Herrera, quien consideró que el hombre comenzó a pegarle a su concubina la noche del 6 de octubre de 2013 en presencia de sus dos hijas, que en ese momento tenían tres y cinco años. A la mañana siguiente, Roldán fue encontrada sin vida.

La vecina

Una de las testigos que permitió sostener esa hipótesis es María Mercedes Amenta, vecina de la pareja. El 6 de octubre alrededor de las 20 había llegado hasta el quiosco que tenía Roldán en el frente de su casa, para comprar té y galletas.

“Se demoraban en atender, y la hija más grande me dijo que ya iban a salir, que el padre le estaba pegando a la madre. Él (Ledesma) salió y me dio el té. Le dije ‘¿qué ya le estás pegando?’ y me respondió que sí, que ya lo tenía cansado y que le había pedido que se vaya”, relató Amenta.

Más tarde, desde su vivienda, pudo observar a Ledesma pegándole una trompada en la cara a Roldán. Unas horas después encontró a su vecina llorando, sentada en un tacho al fondo de la propiedad. “Le pregunté por qué no se iba a lo de la madre. Me contestó que no le iba a dar con el gusto de que él se quedara con las cosas. Pero me pidió que vaya a jugar a las cartas con ella para que cuando su concubino regresara, no le pegara”, aseguró la testigo.

El juego de cartas no se realizó porque Ledesma regresó a la vivienda antes de que Amenta se desocupara de sus tareas en su casa. Al día siguiente la despertaron con la noticia de que su vecina había muerto. “Lo escuché a él llorando, y repitiendo ‘¿por qué has hecho esto? ¿por qué me has dejado sólo con las chiquitas?”, declaró Amenta. Era el momento en el que corría el rumor de que ella se había ahorcado.

Sin marcas

Sin embargo, nunca se halló ninguna soga. Tampoco había marcas en el cuello de la víctima que indicaran que se había tratado de un suicidio. Sí, en cambio, tenía graves fracturas en la cabeza, que según determinaron los médicos forenses son los que le provocaron la muerte.

Además de Mercedes Amenta, también declaró su hermana Lorena Paola Amenta. Las dos recordaron los constantes malos tratos que Ledesma tenía sobre su concubina y sobre sus hijas, a quienes no dejaba salir a jugar con nadie.

Las hermanas contaron que Roldán cobraba el plan “Ellas Hacen”, y que el beneficio lo había obtenido por ser víctima de violencia de género. “Una vez gritó que gracias a él tenía el plan, porque le había pegado una trompada y ella lo denunció”, rememoró Mercedes Amenta.

“Siempre la maltrataba verbalmente, no la dejaba ni tomar mate con las vecinas”, dijo Lorena Amenta. “Ella estaba estudiando peluquería y un día llegó a la casa con el pelo planchado, y él le gritó que seguro tenía otro macho, por eso andaba arreglada”, añadió Mercedes Amenta.

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