Cartas de lectores
Cartas de lectores
03 Octubre 2015
San Pedro de Colalao

Quiero hacer pública la desastrosa situación de San Pedro de Colalao, en lo que respecta a limpieza, sobre todo río Tacanas. Desde marzo pasado, vengo presentando nota tras nota en la comuna de San Pedro, incluso con número de expediente, solicitando el encauzamiento del río, debido a que desde la última crecida se ensanchó notablemente, quedando las viviendas a sólo cuatro metros de este; entre ellas, mi propiedad que se halla completamente en peligro. También presenté notas en la Dirección Provincial del Agua solicitando lo mismo, ya que en San Pedro me dijeron que no contaban con la maquinaria necesaria y las pocas que tenían estaban tiradas y rotas. Hablé reiteradas veces con el delegado comunal, pero por supuesto se fue en promesas y nunca recibí nada de él. La verdad que esta en gestión no hizo absolutamente nada por la villa veraniega. Sólo les pido a las autoridades o a quienes corresponda que trabajen en este asunto, antes de que haya que lamentar una tragedia con las tormentas que se vendrán.

Natalia Albarracín


CULTURA DE LA CORRUPCIÓN

En relación con los artículos de LA GACETA del 2/10: “ Jaime acordó su condena y devolverá el dinero “ y la siguiente, “Otros funcionarios”... realmente es para gemir de rabia. Menos mal que la chispa de Calliera, muy oportuna “ el tren fantasma”, disminuyó la irritación y nos arrancó una sonrisa. Siento que llevamos demasiado tiempo alimentando hábitos que avergüenzan, y que sus protagonistas se muestren sin siquiera sonrojarse. Los corruptos no tienen conciencia moral de que cada acto ilícito y violación de la justicia destruyen la paz y la confianza del ciudadano; la corrupción se traduce en pobreza, miseria, narcotráfico, violencia, inseguridad y muerte. Este viejo mal que atañe a los gobiernos es lo peor que le puede pasar a una sociedad, siendo aun más grave cuando una parte significativa de quienes están enterados del delito sostienen una idea similar, fomentando el hecho que traspasa el umbral de la inmoralidad. Buena parte de los delitos de corrupción son precedidos por un amplio espectro de impunidad, no se investigan, no se castigan y existe complicidad; en este contexto se propicia el reforzamiento y se consolida la “cultura” de la corrupción. El costo que significa para toda la sociedad es incalculable puesto que afecta directamente en la calidad de vida de cada argentino. En nuestro país, nos sobran ejemplos de conductas de funcionarios de gobiernos, empresarios, sindicalistas y otros que agreden con sus acciones impunemente. La sociedad no tiene una cultura de corrupción, sino los miembros corruptos que sumados así, la pueden definir; la moraleja no sólo está en no tolerar corruptelas; la otra enseñanza está en la calculada tolerancia con que hasta ahora el electorado ha votado propiciando con sus votos el que los corruptos lleguen a los puestos públicos, en este sentido estos delincuentes gozan del respaldo de sus propias víctimas.

Pablo José Giunta 



STIUSO y EEUU

Leí la carta  de la lectora Dora Lazarte (2/10). Me llama la atención su candidez acerca de cómo se mueven las relaciones internacionales. Suponer a Obama preocupado supera cualquier historieta. Por eso creo práctico, lógico, justo y razonable hacerle a dicha lectora la siguiente propuesta. Olvide mi carta. Haga de cuenta que nunca la leyó. Yo haré lo mismo con la suya. No sé si será justicia, pero evidentemente es necesario, a menos que ella tenga ganas de caer en el ridículo. Yo no tengo ni quiero.

Melitón Saldaño



UN SUEÑO

Soñé que los políticos volvían a Dios, de quien vinimos y donde tendríamos que volver y practicaban el 7º mandamiento y también la 6º petición del padre nuestro: “no nos dejes caer en la tentación”. Luego  LA GACETA  publicaba, que la Argentina dormía, después del gobierno del “Turco” que destruyó industria nacional, creando la mayor desocupación de la historia. Que ello era la causa de robos, secuestros, asaltos, muertes, drogas y un largo camino de miserias, que aún perdura como poder residual. Que hoy, despierta al mundo, los políticos había entendido que la prioridad era el Estado, que después todo volvía por añadidura: los que robaron, devolvían fortunas mal habidas, también ostentosas mansiones y coches de alta gama, y que cambiaban lujos por humildad. Que los mismos que trabajaban para enriquecerse, hoy trabajaban con lealtad para recomponer el país. Que la maquina que fabricaba pobres había sido destruida, no había oflada, fraude, ni gente arriada para votar. Que la democracia funcionaba con un solo color político, el del “partido Argentino”. Que a los productores les habían sacado las retenciones, había bajado la presión fiscal, y las millones de hectáreas abandonadas producían miles de millones de toneladas de granos que volaban al mundo; que las colas de barcos para cargar las exportaciones llegaban hasta el Uruguay. Que no había planes sociales, tampoco desnutrición; había trabajo genuino que dignificaba al hombre; que quien entendió que debe producir por lo menos lo que consume. Que los jubilados de privilegios renunciaban a este y aquellos que reclamaban el 82% móvil ya lo tenían otorgado y festejaban. Que la Anses recuperaba los préstamos al Estado; que ladrones, asaltantes y criminales, libres o presos, con el ejemplo de los gobernantes, se habían arrepentido y eran devueltos a la sociedad con ansias de reivindicarse. Que las  cárceles no existían y en sus predios habían construido complejos habitacionales, torres de departamentos y centros comerciales; que se habían se edificado minicárceles para algunos insurrectos; que la droga era cosa del pasado, que se puede caminar libremente por cualquier parte. Me desperté con disparos de ladrones, mi Dios, esta es la realidad; lo que conté fue un sueño, qué desgarrón. Este es el país que tendrían que devolvernos.

Julio Mohfaud



ASALTADO

El 11 de septiembre pasado, me levanté temprano como siempre para ir a trabajar. Salí de casa y me dirigí a la parada de la línea 17. Subí a las 6.15, en la tercera parada, se detuvo el ómnibus y subió un joven adulto bastante drogado. A punta de pistola nos increpó a los pocos pasajeros (éramos dos). Nos sustrajo violentamente todo. Nos tiró al piso del bus. Luego a mí, me increpó nuevamente poniendo la pistola en la cabeza en la nuca y gatilló dos veces. Pero los disparos no salieron. En ese instante pensé que mi vida terminaba. Salió este sujeto corriendo por la puerta de enfrente. Al instante, nos fuimos a la comisaría y al hacer la declaración me dijo el policía que este hecho era “normal”. Que asalten o maten a alguien es normal. ¿Qué le está pasando a esta sociedad? ¿La vida humana no tiene valor en sí? ¿O sea que nadie nos protege en la calle? ¿Nadie ve nuestros derechos? Mi familia debería llorar y enterrarme donde se acabó la historia. La Justicia no está a la altura de esta situaciones porque los fiscales dejan libres a estos sujetos a las horas o días. Estos sujetos tienen responsabilidad bien entendida, el hecho de drogarse ya es una responsabilidad. La perversión de planear de robar y matar para drogarse es una responsabilidad del sujeto. No ha perdido su juicio, lo tiene bastante claro. Pero los señores deciden liberarlo porque son inimputables por estar drogados. Creo, señores fiscales, que las ciencias de la salud mental han avanzado, hagan ver a estos sujetos con peritos calificados para tener su propio criterio. Estos sujetos hacen daño. Ustedes están protegidos, así como sus familiares cercanos. Nosotros, los que estamos de este lado, no lo estamos. ¿Debe morir alguien para que se haga un acto de justicia? Quiero levantarme e ir a trabajar tranquilo. Soy enfermero profesional, una víctima de esta insegura provincia. Y veo y escucho cuánto los ciudadanos sufrimos esta situación a diario. No es una mera sensación, es algo real y denunciada en la policía. Por si algún fiscal quiere saber: comisaría 10.

Rolando Antonio Albornoz

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