03 Octubre 2015
la gaceta / foto de JORGE OLMOS SGROSSO(archivo)
Que Tucumán hoy sólo sea un lugar de paso, no significa que Claudio Sarría no tenga su corazón pintado de celeste y blanco. Para él, Atlético es parte de su vida, y para Atlético y sus hinchas, “Capé” forma parte del Salón de la Fama del club, el del exclusivo grupo de los 11 futbolistas titulares del equipo ideal histórico.
“Siento una alegría inmensa por enterarme de que me eligieron a mí. Estoy lejos, pero siempre trato de agradecerle a la gente el cariño que me da, a través de las redes sociales o cuando voy para allá. En Atlético siempre me entregué al máximo, dejé todo en la cancha, y creo que por eso me gané la posibilidad de estar entre los mejores jugadores del club”, le confiesa a LG Deportiva el ex enganche y mediapunta goleador desde Córdoba, donde hoy sigue ligado al fútbol, pero desde la docencia. Es técnico de las inferiores de Instituto, de la Quinta División.
Sarría se ganó el título de prócer logrando dos ascensos en años consecutivos. Del viejo Argentino A a la B Nacional con Jorge Solari, y de la B Nacional al fútbol de Primera con Héctor Rivoira. “Nunca me había pasado algo así en toda mi carrera. Fueron dos logros increíbles y lo conseguimos con dos equipos diferentes”, explica Sarría, como separando las aguas. El gusto por haber concretado estas hazañas se disfrutaron por igual, aunque ni uno ni el otro plantel pueden compararse, asegura “Capé”.
“El Argentino A era una categoría complicada. Todos querían ganarle al grande, que en este caso era Atlético. El ‘Indio’ supo formar un grupo con jugadores de experiencia que se entendieron muy bien en la cancha. Y después vino ‘Chulo’ con otra idea de juego y también nos supimos amoldar a lo que él pretendía. Por eso logramos lo que logramos”, dice.
Elegir un socio ideal entre tanto buen futbolista que pasó por 25 de Mayo y Chile en su época es todo un tema para Claudio. “He jugado con varios. Con el ‘Pulga’ me entendía muy bien. Es un tipo que saber jugar al fútbol, es goleador y con un panorama distinto al resto. También me llevé muy bien con ‘Yaya’ Álvarez, con Pablo Hernández”, añade el 10, y completa. “En realidad, no importa el nombre, importa que el que esté a tu lado sepa tratar bien la pelota. Es importante saber que si vos la pasás redonda te va a venir redonda y no un ladrillo, ja. Eso hace la diferencia y nosotros la hicimos”, afirma.
El primero de su lista de abanderados, claro, es Luis Rodríguez, hoy por hoy el máximo referente del club, por pasado, presente y, posiblemente, futuro. “Pulguita” es para Atlético lo que un dios para los creyentes. “Estoy contento con lo que está viviendo ahora. Es tucumano y a su vez un símbolo del club. Se merece todo lo que logró porque es una gran persona”, elogia a su ex compadre Sarría, quien fechas atrás del actual torneo de la B Nacional, y con Atlético perdiendo con Instituto (1-0) y quedando a ocho puntos de distancia de Patronato, sostenía que el “decano” era candidato a llevarse un nuevo ascenso a la A.
“Atlético tiene un plantel con buenos jugadores, además de un importante recambio. En ese momento quizás no se le estaban dando los resultados a un cuerpo técnico joven que trabaja muy bien. Pero ahora el equipo está demostrando todo su potencial. Dependerá del grupo saber mantenerse y lograr el objetivo”, entiende este hincha del “decano” a la distancia.
“A Atlético lo sigo constantemente. Veo todos sus partidos. Aparte, mi señora tiene familiares allá, así que estamos siempre al tanto de lo que pasa en la provincia. Ojalá que se le de el ascenso, porque se lo merece la ciudad. Atlético es un equipo grande que tiene que estar en Primera. Ojalá que si lo logra, que esté por muchos años”.
El camino del DT
A sus 40 años, Sarría confiesa que está madurando como entrenador, que sigue sumando conocimientos para cuando le llegue la oportunidad de dar el salto a un plantel superior. Sea en Instituto, Atlético o el club que apueste por sus servicios. “Trato de capacitarme para cuando llegue el momento. Empezar en las inferiores de Instituto me ha venido muy bien, pero no quiero encasillarme en inferiores para siempre. Quiero seguir mejorando. Sé que soy joven todavía y que queda mucho camino por delante”, explica.
¿Cuál sería la carta de presentación del Sarría DT? “Jugar al ras del piso y desde el fondo de la cancha. Lo más sencillo sería decirle a mis chicos que revoleen la pelota al aire, pero no. Hay que hacer lo correcto y ello es cuidar la pelota y plasmar una idea de juego asociado y preciso. Me gusta el buen fútbol y trato de que así lo demuestre mi división. Creo que los chicos van a saber aprovechar todo esto para cuando lleguen a Primera. Como se dice en la jerga, van a llegar maduros y no verdes”, considera el cordobés, que además cree que los juveniles de éste época tienen otras comodidades que él y varios de los de su generación no tuvieron.
“Dirijo a chicos de 18 años cuando a esa edad ya estaba en Primera. En mis años no había torneos de AFA, solo liga de Córdoba y se pateaba de lo lindo. Hoy, en cambio, los chicos tienen todo para crecer, sólo deben aprovechar su chance”, asume el Sarría técnico, porque el futbolista se retiró. “Uf, hace un año que no juego. A veces voy cuando me invitan, pero me cuesta un poco. Estoy un poco más gordo y las piernas no responden. Ojo, la magia está intacta, ja”.
“Siento una alegría inmensa por enterarme de que me eligieron a mí. Estoy lejos, pero siempre trato de agradecerle a la gente el cariño que me da, a través de las redes sociales o cuando voy para allá. En Atlético siempre me entregué al máximo, dejé todo en la cancha, y creo que por eso me gané la posibilidad de estar entre los mejores jugadores del club”, le confiesa a LG Deportiva el ex enganche y mediapunta goleador desde Córdoba, donde hoy sigue ligado al fútbol, pero desde la docencia. Es técnico de las inferiores de Instituto, de la Quinta División.
Sarría se ganó el título de prócer logrando dos ascensos en años consecutivos. Del viejo Argentino A a la B Nacional con Jorge Solari, y de la B Nacional al fútbol de Primera con Héctor Rivoira. “Nunca me había pasado algo así en toda mi carrera. Fueron dos logros increíbles y lo conseguimos con dos equipos diferentes”, explica Sarría, como separando las aguas. El gusto por haber concretado estas hazañas se disfrutaron por igual, aunque ni uno ni el otro plantel pueden compararse, asegura “Capé”.
“El Argentino A era una categoría complicada. Todos querían ganarle al grande, que en este caso era Atlético. El ‘Indio’ supo formar un grupo con jugadores de experiencia que se entendieron muy bien en la cancha. Y después vino ‘Chulo’ con otra idea de juego y también nos supimos amoldar a lo que él pretendía. Por eso logramos lo que logramos”, dice.
Elegir un socio ideal entre tanto buen futbolista que pasó por 25 de Mayo y Chile en su época es todo un tema para Claudio. “He jugado con varios. Con el ‘Pulga’ me entendía muy bien. Es un tipo que saber jugar al fútbol, es goleador y con un panorama distinto al resto. También me llevé muy bien con ‘Yaya’ Álvarez, con Pablo Hernández”, añade el 10, y completa. “En realidad, no importa el nombre, importa que el que esté a tu lado sepa tratar bien la pelota. Es importante saber que si vos la pasás redonda te va a venir redonda y no un ladrillo, ja. Eso hace la diferencia y nosotros la hicimos”, afirma.
El primero de su lista de abanderados, claro, es Luis Rodríguez, hoy por hoy el máximo referente del club, por pasado, presente y, posiblemente, futuro. “Pulguita” es para Atlético lo que un dios para los creyentes. “Estoy contento con lo que está viviendo ahora. Es tucumano y a su vez un símbolo del club. Se merece todo lo que logró porque es una gran persona”, elogia a su ex compadre Sarría, quien fechas atrás del actual torneo de la B Nacional, y con Atlético perdiendo con Instituto (1-0) y quedando a ocho puntos de distancia de Patronato, sostenía que el “decano” era candidato a llevarse un nuevo ascenso a la A.
“Atlético tiene un plantel con buenos jugadores, además de un importante recambio. En ese momento quizás no se le estaban dando los resultados a un cuerpo técnico joven que trabaja muy bien. Pero ahora el equipo está demostrando todo su potencial. Dependerá del grupo saber mantenerse y lograr el objetivo”, entiende este hincha del “decano” a la distancia.
“A Atlético lo sigo constantemente. Veo todos sus partidos. Aparte, mi señora tiene familiares allá, así que estamos siempre al tanto de lo que pasa en la provincia. Ojalá que se le de el ascenso, porque se lo merece la ciudad. Atlético es un equipo grande que tiene que estar en Primera. Ojalá que si lo logra, que esté por muchos años”.
El camino del DT
A sus 40 años, Sarría confiesa que está madurando como entrenador, que sigue sumando conocimientos para cuando le llegue la oportunidad de dar el salto a un plantel superior. Sea en Instituto, Atlético o el club que apueste por sus servicios. “Trato de capacitarme para cuando llegue el momento. Empezar en las inferiores de Instituto me ha venido muy bien, pero no quiero encasillarme en inferiores para siempre. Quiero seguir mejorando. Sé que soy joven todavía y que queda mucho camino por delante”, explica.
¿Cuál sería la carta de presentación del Sarría DT? “Jugar al ras del piso y desde el fondo de la cancha. Lo más sencillo sería decirle a mis chicos que revoleen la pelota al aire, pero no. Hay que hacer lo correcto y ello es cuidar la pelota y plasmar una idea de juego asociado y preciso. Me gusta el buen fútbol y trato de que así lo demuestre mi división. Creo que los chicos van a saber aprovechar todo esto para cuando lleguen a Primera. Como se dice en la jerga, van a llegar maduros y no verdes”, considera el cordobés, que además cree que los juveniles de éste época tienen otras comodidades que él y varios de los de su generación no tuvieron.
“Dirijo a chicos de 18 años cuando a esa edad ya estaba en Primera. En mis años no había torneos de AFA, solo liga de Córdoba y se pateaba de lo lindo. Hoy, en cambio, los chicos tienen todo para crecer, sólo deben aprovechar su chance”, asume el Sarría técnico, porque el futbolista se retiró. “Uf, hace un año que no juego. A veces voy cuando me invitan, pero me cuesta un poco. Estoy un poco más gordo y las piernas no responden. Ojo, la magia está intacta, ja”.
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