Los museos de arte en la Argentina

Los museos de arte en la Argentina

Santa Fe, Córdoba, Mar del Plata, Bahía Blanca, Salta, Neuquén, Santiago del Estero y Chaco ofrecen relevantes espacios para el arte contemporáneo

MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE SALTA. Magnífico y actualizado. culturasalta.gov.ar MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE SALTA. Magnífico y actualizado. culturasalta.gov.ar
04 Octubre 2015

Por J.M. Taverna Irigoyen - Para LA GACETA - Santa Fe

Los tiempos cambian, y la evolución de esos tiempos -a más de riesgos- implican afirmaciones y nuevos derroteros. Recientemente, el Museo Nacional de Bellas Artes ofreció perfiles en cierto modo inquietantes aunque, por fortuna y por tratarse de la primera pinacoteca y uno de los centros de Latinoamérica de mayor prestigio, se pronunciaron disensos y críticas que seguramente encauzarán en un diálogo fortalecedor. A nuevos guiones curatoriales del patrimonio nacional que ocupan 16 salas de la segunda planta, se sumaron estrategias de difusión y de convocatoria (los Bellos Jueves, por ejemplo, con recitales masivos de rock), cierre de la sala América Prehispánica, retornándose a Perú y a Ecuador 4.500 piezas del mejor arte precolombino, apertura de un inteligente espacio del arte argentino de los 90, integrado por adquisiciones y donaciones, etc. Asimismo, se llamó sorpresivamente a concurso a una nueva dirección, con jurado internacional, a poco más de tres meses de finalizar su mandato las autoridades nacionales.

El arte argentino crece, se difunde y proyecta noblemente. Y es importante destacar en qué medida lo ha hecho en estos dos últimos lustros, abarcando casi la mayor parte de las provincias. Hay un sentido claro de exhibir lo propio a los ojos no sólo de los naturales, sino, concurrentemente, de los que visitan esas provincias. Edificios equipados con tecnología, tanto como espacios renovados en condiciones museológicas actuales, dan la oportunidad de conservar, exponer y difundir expresiones contemporáneas que hacen a la formación cultural del individuo. Es de destacar, a este nivel, que tales acciones se efectúan tanto ante patrimonios preexistentes, como frente a acervos en formación. El hecho es despegar con un trabajo que estructure líneas programáticas más allá de los recursos limitados, de personal adiestrado, de escasa respuesta del medio. La función hace al órgano, y es a este nivel que se advierte la apertura de una conciencia nacional, desde el plano federal, respecto de la generación y el acrecentamiento de centros regionales de arte. Como el movimiento se demuestra andando, es realmente ejemplar comprobar con cuánta celeridad se han ido conformando cadenas de organización que incluyen la itinerancia de muestras, el intercambio de patrimonios regionales, la maduración creciente de acervos a través de premios, donaciones, adquisiciones.

Ejemplos

A los museos tradicionales se van sumando los institutos contemporáneos: así la provincia de Santa Fe, a sus prestigiosos Rosa Galisteo de Rodríguez y Castagnino, ha sumado el Macro de Rosario y el MAC de Santa Fe capital, el primero municipal y el segundo dependiente de la Universidad Nacional del Litoral. El arte contemporáneo abre otras ventanas y distribuye otros roles participativos en la comunidad. En Córdoba, los imperdibles Caraffa y Genaro Pérez han dado lugar a otras expresiones desde el Museo Superior Evita y el de Arte Contemporáneo de Unquillo. Por cierto, la provincia de Buenos Aires despliega su abanico con espacios como el MACLA, Museo de Arte Concreto de La Plata que hace 15 años creó visionariamente, con valiosas donaciones internacionales, César López Osornio; el Municipal de Tandil y el de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca; el de reciente apertura MAR, de Mar del Plata, que generó amplísima repercusión, así como otros particulares de no menor importancia: el de Raúl Loza, en Alberti, el de Mechita, en Bragado, el de López Claro en Azul.

Salta posee un magnífico y actualizado Museo de Arte Contemporáneo que alterna exhibiciones de importancia con el provincial, y San Juan actualiza las salas de su Museo Franklin Rawson, con expresiones contemporáneas. Un ejemplo singular, generado a través de la visionaria acción de Jorge Glusberg, es el Museo de Neuquén virtual apéndice del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, cuyo edificio fuera construido por Mario Roberto Alvarez para albergar periódicamente parte del patrimonio que estaba en la reserva capitalina. Mendoza también posee un Museo Municipal de Arte Moderno, a más del Espacio Cultural Julio Le Parc, que distingue al artista mendocino, de reconocimiento internacional.

Otras provincias, caso de Santiago del Estero, con el Centro Cultural del Centenario; Chaco con el gran espacio-parque escultórico MuseUM, generado por las Bienales que adquirieron relieve mundial; Misiones con el Museo de Oberá, suman fuerzas y expanden direcciones expositivas disímiles.

Pero frente a todo este panorama de una cadena artística que va más allá de ortodoxos principios museológicos e intenta proyectar nuevas acciones y predicados culturales de contemporaneidad, Argentina muestra sus miradas ante el arte del siglo XXI. De una manera impensada otrora: como que el Grupo Mondongo pudiera ser exhibido en Neuquén, en Córdoba y en San Juan, ante ojos bien abiertos. Como que Nicola Costantino, después de la Bienal de Venecia, pudiera ser vista en el MAC de San Juan o Sara Facio y Matilde Marin mostraran, en ese mismo espacio, sus imágenes traídas de otros confines. Como que Picasso visite el museo de Neuquén, entre presencias anteriores de León Ferrari, Kuropatwa y Berni. Como que Liliana Porter llegue a Mendoza por primera vez o el Centro Le Parc, de Guaymallén, se desafíe a programar fiestas culturales en los 9.000 metros cuadrados de sus cuatro plantas. La cultura argentina desafiando nuevos derroteros.

© LA GACETA

J. M. Taverna Irigoyen - Crítico e historiador de arte. Miembro de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes, de la que fue presidente.

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