02 Octubre 2015
El crimen de Carlos Alberto Galarza puede resumirse en tres hechos que se sucedieron entre las 12 y las 15 del lunes en los pasillos del barrio Antena: una pelea, un presunto primer ajuste de cuentas y un seguno ataque. El miércoles fueron detenidos Diego Sales y Jessica Romero, acusados por su presunta participación en el homicidio.
La primera versión que dio la Policía indicaba que se había tratado de una pelea por una vieja enemistad entre familias del barrio que está en Alderetes, casi al límite con Banda del Río Salí. “Aún se investigan cuáles son los motivos del enfrentamiento, pero según las primeras averiguaciones habría una vieja enemistad entre las cuatro familias involucradas”, aseguró el comisario Luis Pereyra, jefe de la Regional Este.
Por el contrario, Lorena Ruiz, la esposa de la víctima, contó que su marido era ajeno a la pelea que había ocurrido al mediodía, y que constituyó el primer hecho que terminó en el crimen. “Se peleó un sobrino mío (Raúl Alberto Villafañe) con un vecino al que le dicen ‘Gallo’. Viven drogados, fuman ‘Paco’. Se agarraron mal a las piñas, pero todos decíamos que al día siguiente ya iban a estar como amigos de vuelta”, afirmó Ruiz.
Galarza trabajaba en una fábrica de embutidos y el único día de descanso era el lunes. Por eso, luego de la pelea que había ocurrido al lado de su casa, había sacado la parrilla a la vereda (“no tenemos patio”, contó Ruiz), y se sentó en una reposera mientras tomaba una cerveza y hacía el asado.
“En un momento llegó un grupo, le pegó un culatazo en la cabeza y se quiso llevar cosas de la casa. Vinieron los vecinos y les aclararon que no era mi marido el que había estado en la pelea”, afirmó Ruiz, relacionando ese ataque con la riña que había tenido su sobrino.
El segundo hecho fue, precisamente, el ataque que sufrió Villafañe por el supuesto ajuste de cuentas de la pelea. El grupo que había llegado a la casa de Galarza lo buscó y lo hirió de dos balazos en las piernas. Los agresores se fueron y amenazaron con volver.
Ruiz estaba en la comisaría de Güemes tratando de que le tomen la denuncia por los incidentes en su casa, cuando escuchó los disparos. “¡En el nombre de Dios, chicos, dejen de tirar!”, contó Paula Lazarte que les suplicó a los agresores que le pegaron un tiro en la ingle a su hijo, Galarza. El grupo había regresado y quería entrar a como dé lugar. Finalmente, se fueron. “La Policía de Güemes no hizo nada por darnos protección”, protestó Lazarte. “Mi hijo era un trabajador, no se metía con nadie”, lamentó la mujer. La víctima fue llevada en una moto al CAPS de la zona, pero ya había perdido mucha sangre y murió. La causa es investigada por la fiscala Adriana Giannoni.
La primera versión que dio la Policía indicaba que se había tratado de una pelea por una vieja enemistad entre familias del barrio que está en Alderetes, casi al límite con Banda del Río Salí. “Aún se investigan cuáles son los motivos del enfrentamiento, pero según las primeras averiguaciones habría una vieja enemistad entre las cuatro familias involucradas”, aseguró el comisario Luis Pereyra, jefe de la Regional Este.
Por el contrario, Lorena Ruiz, la esposa de la víctima, contó que su marido era ajeno a la pelea que había ocurrido al mediodía, y que constituyó el primer hecho que terminó en el crimen. “Se peleó un sobrino mío (Raúl Alberto Villafañe) con un vecino al que le dicen ‘Gallo’. Viven drogados, fuman ‘Paco’. Se agarraron mal a las piñas, pero todos decíamos que al día siguiente ya iban a estar como amigos de vuelta”, afirmó Ruiz.
Galarza trabajaba en una fábrica de embutidos y el único día de descanso era el lunes. Por eso, luego de la pelea que había ocurrido al lado de su casa, había sacado la parrilla a la vereda (“no tenemos patio”, contó Ruiz), y se sentó en una reposera mientras tomaba una cerveza y hacía el asado.
“En un momento llegó un grupo, le pegó un culatazo en la cabeza y se quiso llevar cosas de la casa. Vinieron los vecinos y les aclararon que no era mi marido el que había estado en la pelea”, afirmó Ruiz, relacionando ese ataque con la riña que había tenido su sobrino.
El segundo hecho fue, precisamente, el ataque que sufrió Villafañe por el supuesto ajuste de cuentas de la pelea. El grupo que había llegado a la casa de Galarza lo buscó y lo hirió de dos balazos en las piernas. Los agresores se fueron y amenazaron con volver.
Ruiz estaba en la comisaría de Güemes tratando de que le tomen la denuncia por los incidentes en su casa, cuando escuchó los disparos. “¡En el nombre de Dios, chicos, dejen de tirar!”, contó Paula Lazarte que les suplicó a los agresores que le pegaron un tiro en la ingle a su hijo, Galarza. El grupo había regresado y quería entrar a como dé lugar. Finalmente, se fueron. “La Policía de Güemes no hizo nada por darnos protección”, protestó Lazarte. “Mi hijo era un trabajador, no se metía con nadie”, lamentó la mujer. La víctima fue llevada en una moto al CAPS de la zona, pero ya había perdido mucha sangre y murió. La causa es investigada por la fiscala Adriana Giannoni.
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