Pequeños ediles simularon un Concejo a lo grande

Pequeños ediles simularon un Concejo a lo grande

Plazas más seguras, cambios en el tránsito, reciclaje de chatarra tecnológica y clasificación de basura fueron algunas ideas de los “Concejales por un día”.

COMPROMISO. Durante cuatro horas los chicos debatieron sus proyectos y aprendieron a construir consensos. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO. COMPROMISO. Durante cuatro horas los chicos debatieron sus proyectos y aprendieron a construir consensos. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO.
01 Octubre 2015
Si dentro de algunos meses aparece un concejal capitalino defendiendo un proyecto de creación de una Planta de Reciclaje Tecnológico, que todo el mundo sepa que es una idea surgida durante un juego. Un juego que, por cierto, ha sido tomado bien en serio por sus participantes, todos estudiantes secundarios de escuelas y colegios de esta capital.

Ellos han sido “Concejales por un Día”, un proyecto que ya lleva 15 años de historia y 16 sesiones. Siempre se realiza una por año y solamente en una oportunidad se hicieron dos. Jacqueline González, de la Dirección de Educación, es una de sus impulsoras y explica por qué no se puede hacer más de una por período lectivo: “es muchísimo trabajo. Comenzamos en julio, después de las vacaciones. Abrimos la convocatoria, los chicos comienzan a elaborar los proyectos, se arma el orden del día, se comparten los proyectos entre las escuelas y ahí se proponen las modificaciones. Este año, antes de la sesión, les dimos talleres de teatro, para que se desenvuelvan mejor”.

Fueron 18 los adolescentes que actuaron como si fuesen concejales. Estaba todo el escenario armado como si fuese una sesión real del órgano que maneja los hilos legislativos de la capital tucumana, y ellos, los concejales, actuaron como si en verdad tuvieran la lapicera para dibujar una nueva ciudad: una ciudad que trate mejor a los discapacitados, que permita circular con mayor fluidez por el microcentro, que clasifique y recicle la basura, que comience a alarmarse por la creciente cantidad de chatarra tecnológica, que proteja las áreas más expuestas a las inundaciones. También hablaron de cosas que parecieran menores, pero de las cuales, hasta el momento, nadie se ha ocupado: por ejemplo, los concejales de la escuela Congreso de Tucumán escribieron un proyecto de ordenanza para terminar con las “lluvias” que vienen de los balcones o los aires acondicionados.

Diferencias

Hernán Ara “está aprendiendo” a manejar el Concejo Deliberante, según él. Lleva 23 años como secretario de ese cuerpo, así que algo ha visto y algo sabe del clima que se vive en el recinto de Monteagudo y San Martín. “La diferencia sustancial -responde ante la pregunta de LA GACETA- es que los chicos no tienen limitaciones en su cabeza y está muy bien que así sea. Una escuela ha propuesto que los bares de la capital separen la basura orgánica de la inorgánica y otra ha agregado una modificación: que lo que pueda reciclarse sea llevado a Buenos Aires... No tienen en mente lo que eso costaría, pero está perfecto que sueñen la ciudad que quieren, nosotros desde acá incentivamos que no se limiten”, comparó el secretario. Él fue el encargado de orientar el debate y de apoyar a Yamila Correa, la alumna que al inicio de la sesión salió sorteada para ocupar la presidencia del cuerpo. “Y además -continúa su cotejo el funcionario- aprenden la importancia de lograr el consenso. Acá no importa quién grita más...”

El orden del día trajo 18 proyectos, el mismo número de concejales por un día. Desde las 9.30 hasta las 13.30, con un cuarto intermedio de 15 minutos, todos tuvieron oportunidad de presentar sus ideas, ponerlas a consideración, defenderlas e incluso modificarlas. No hubo ni siquiera una que no recibiera algún cambio.

El número 9

El debate más caliente de esta simulada pero seria sesión fue entorno del proyecto del instituto Guido Spano, mediante el cual se proponía sacar los ómnibus del microcentro (una tarea que ha quedado en el tintero del saliente intendente, Domingo Amaya). Llevaba el número 9 en el orden del día y no tuvo resolución sino hasta el final de la reunión. De un lado, los que defendían la propuesta; del otro, aquellos que sostenían todo lo contrario: que únicamente los ómnibus puedan circular por las calles del microcentro. Todos presentaron sus válidos y cuidados argumentos y, cuando parecía ser el único proyecto que no reunía los 10 votos necesarios, sobre el final de la sesión se aprobó sin modificaciones.

Al cabo de cuatro horas, los chicos se volvieron a sus casas. Los que presenciaron la sesión, quedaron con la certeza de que, si no hubiera sido un mero ensayo, la nuestra sería una ciudad mejor. Mucho mejor.

Agustín: el gran orador

Es como si lo hubiese estado haciendo toda la vida. Cuando Agustín Argote tomaba el micrófono, se desenvolvía con una soltura sorprendente. Y es que algo de experiencia tiene... Agustín tiene 18 años, es de Tafí Viejo, está en el último año del colegio Guido Spano y admite no tener “el mejor promedio, pero he llegado a participar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”. “Creo que por eso me han elegido mis compañeros”, le dijo a LA GACETA.

Yamila: la “presi”

El azar puso a Yamila Correa (18 años, escuela Alfonsina Storni) como presidenta del Concejo Deliberante por un día. Solamente en un momento bajó del estrado y ocupó una banca, para defender su proyecto de ordenanza para repavimentar las principales calles del barrio San Cayetano, donde vive con su familia. “Me sentí cómoda en todo momento, los secretarios del Concejo me ayudaron mucho”, confesó. Se notaba: Yamila, que se dedica al canto y al teatro, lo hizo con mucha soltura.

Daiana: diplomacia ante todo

“El proyecto está buenísimo, la verdad muy bueno. Peeeroo...” Así empezaban las alocuciones de Daiana Fernández (17 años, Escuela de Comercio Presidente Urquiza) durante la reunión. Ella siempre tenía algo que agregar, y escogió hacerlo con diplomacia ante todo. “Es que la idea es mejorar los proyectos, no competir cuál es el mejor”, dice entre risas. Le gusta la música (toca la guitarra), es bailarina de danzas árabes y fanática de los cuentos y novelas ficcionales.

Sebastián: el preguntón

Parecía, por momentos, un “concejal” desafiante. Pero no. Según Sebastián Filgueiras (17, colegio Guido Spano) su intención era advertir sobre puntos que aparentemente no habían sido advertidos por los autores de los proyectos, y por eso es que siempre tenía algo que preguntar e, incluso, cuestionar. Si las respuestas no lo convencían, entonces no levantaba la mano a la hora de la votación. Sebastián vive en El Cadillal, le gusta la política y está casi seguro de que estudiará Abogacía.

Leandro: el ceremonioso


Cuando se lo escucha hablar, de inmediato llama la atención su extrema corrección para pronunciar las palabras. Y después, cuando se conversa con él, se entiende todo: Leandro Gutierrez es fanático de los documentales sobre ciencias naturales, especialmente geología y biología. Tiene 19 años, estudia en la Escuela de Comercio Urquiza y vive cerca de Villa Amalia. Está seguro de que quiere ser licenciado en Biología y, después, biólogo marino.

Belén: modificadora serial

Belén Ortiz (17 años, escuela Congreso de Tucumán) se mata de la risa cuando la califican de “modificadora serial” de los proyectos de los concejales por un día, pero admite que es así. Es una de las que más cambios propuso, pero en casi todos los casos fueron considerados e incluso adoptados por los autores de los proyectos originales. “Me gusta hacer aportes para que las ideas sean mejores”, dice, aunque no tiene intenciones de estar en política.

Micaela: la despistada


Las primeras risas, aunque sin malas intenciones, aparecieron en el recinto cuando se discutía el proyecto de la escuela Gabriela Mistral para implementar el boleto gratuito para los estudiantes de la capital (una promesa de la gestión que viene). Micaela Antequera intervino para preguntar si eso sería para toda la provincia o sólo para la capital, sin advertir que el Concejo sólo legisla para esta última. “Estaba muy nerviosa”, confesó más tarde esta alumna del Colegio Nacional.

Martín: riguroso y relajado

Martín Urtubey es un orador que pareciera tener mucha más experiencia que la que pudieron darle sus cortos 16 años. Estudia en la Escuela Normal y en sus intervenciones ha logrado explicar con gran claridad sus argumentos. Además de ir a la escuela, estudia francés e inglés, practica gimnasia artística y participa en los Modelos de Naciones Unidas (algo similar a Concejal por un Día, pero de la ONU). Quiere estudiar Letras y ser profesor de esa materia.

Belén: la contreras


Ella siempre les hallaba alguna pata floja a los proyectos, pero hacía su aporte para mejorarlos. En ocasiones era desconfiada; por ejemplo cuando postularon la restauración de las obras de arte del parque 9 de Julio, ella hizo introducir un cambio: que la Municipalidad se asegure de que lo hagan expertos en la materia. Belén García Pérez (16 años, Escuela Normal) se ríe y admite que es un poco contreras. Al igual que Martín Urtubey, ha participado de los Modelos de la ONU.

Santiago: el más nervioso de todos


Santiago Jesús Avellaneda (15 años, Escuela Técnica N°3 Juan B. Terán) es claro de ideas y muy, pero muy escaso de palabras. Y ayer, los nervios le jugaron en contra, por lo que en sus intervenciones le temblaba la voz, se enredaba en el discurso, aunque al final salía airoso. Confesó que estaba nervioso porque podría haber quedado como vicepresidente de este ficticio pero enriquecedor Concejo Deliberante, algo que finalmente no sucedió.

Apostillas

Dos por escuela.- Nueve escuelas participaron del proyecto “Concejales por un día”, y cada una llevó dos proyectos de ordenanza. Estuvieron las escuelas Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, Comercio N° 1, Técnica N° 3, Congreso de Tucumán, de Comercio Presidente Urquiza y la Normal; el instituto Guido Spano y el Colegio Nacional.

Sobre tablas.- El único bochazo de la sesión fue la propuesta de tratar un proyecto sobre tablas. No obtuvo los votos de los 2/3 del cuerpo, por lo tanto no tuvo tratamiento.

Concejales “de verdad”.- Dos concejales “reales”, de espacios opuestos, vieron el debate: Claudio Viña (FR) y Javier Morof (FPV).

Proyectos.- Obras como el entubamiento del canal San Cayetano y el ensanchamiento del puente de la avenida Sarmiento surgieron de proyectos presentados por chicos.

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