Llegaron en auto, reventaron una puerta de una casa de barrio Sur y entraron a robar

Judith no pegó un ojo el domingo a la noche. Estaba nerviosa, tensionada. Había quedado con esa sensación desde la tarde, cuando dos delincuentes entraron a su casa y revolvieron todas sus cosas. “Me sentí como violada”, explicó la mujer, que es médica y vive en la calle Bolívar al 1.200.

Eran las 14 cuando Judith salió de su casa, el domingo. Media hora después llegaron los ladrones, por lo que la mujer sospecha que venían analizando sus movimientos. La secuencia de los movimientos que realizaron los delincuentes fue reconstruida gracias a un vecino que vive en la vereda de enfrente y que pudo observar todo desde su ventana.

Ese vecino le contó que a las 14.30 paró un auto oscuro afuera de la casa. Le dijo que adentro había cuatro personas bien vestidas y que el vehículo era un Ford Fiesta. Dos de sus ocupantes se bajaron del auto y golpearon las manos. Cuando constataron que en la casa no había nadie, entraron en acción: primero barretearon el portón del frente y después reventaron la puerta de madera por la cual se ingresa a la casa.

Adentro estaban los dos perros de Judith, pero no evitaron el robo. “Lo que pasa es que son muy juguetones. Además, parece que los golpearon, estaban asustados”, recordó la médica. “Se dirigieron directamente a mi dormitorio, como que entraron a buscar dinero. Revolvieron todo lo que se imagine, hasta las cajas de mi ropa interior”, siguió contando. Como no encontraron plata, los ladrones se llevaron una cámara de fotos, una computadora, un equipo de música y un televisor. “No sacaron más porque creo que se asustaron. Fue todo muy rápido”, señaló Judith.

“No tenés seguridad”

“Parece que la buscan a Judith”, le avisó al vecino de enfrente su hija pequeña, que también estaba mirando por la ventana. Al principio no observaron nada raro, pero cuando esos dos hombres desconocidos se metieron en la casa, el vecino advirtió que algo no estaba bien y llamó a la Policía.

Todo indica que los dos delincuentes que habían quedado dentro del auto se dieron cuenta de que alguien los observaba, entonces comenzaron a llamar a los otros dos desde la vereda y les advirtieron que salieran rápido. Judith cree que sólo por esa razón no llegaron a robarle otras cosas de valor que había en otros ambientes de la vivienda.

Cuando llegó la Policía, varios minutos después, los ladrones ya se habían retirado. Sin embargo, el vecino había logrado anotar la chapa patente del vehículo en el que se movilizaban y les entregó ese dato a los policías.

La médica, en tanto, regresó a su casa dos horas después y se encontró con varios uniformados en su casa. Cuando su vecino le contó lo que había visto y le dio el dominio del Ford Fiesta, Judith se puso a investigar. “Entré a internet y vi que el auto tiene un montón de deudas, es de Tucumán”, confirmó la víctima.

Ayer la mujer seguía asustada. Contó que no había podido dormir la noche anterior y que ahora debía cubrir varios gastos. “Tengo que arreglar el portón y reponer todo lo que he perdido. Con lo que me da el seguro no cubro ni la computadora”, lamentó.

Esta no es la primera vez que Judith sufre un robo en su casa. Ya le ocurrió un hecho similar en 2003, también un domingo a la tarde, cuando entraron ladrones a su casa y se llevaron varias de sus pertenencias. “Esta es una zona peligrosa. Yo no salgo de noche. Quizás creen que tengo dinero porque soy profesional, pero no es así”, aclaró. “Además de todas las rejas que tengo, ahora voy a tener que poner alarmas. Ya no tenés seguridad con nada”, comentó.