“Estuvimos comiéndonos las reservas”

“El problema de Tucumán respecto del azúcar y el alcohol, no es ajeno a la situación del país. Tenemos que volver a planificar”. Así definió el ex presidente de Shell Argentina, Juan José Aranguren, quien enfatizó que cuanto más aumente el porcentaje de corte de mezcla de bioetanol, biodiesel u cualquier otro origen, no sólo traerá beneficios a las economías regionales, sino también al país.

“El país, hoy, importa gasoil. El país, cuando tiene una parada de planta, no puede producir, absorber y debe importar naftas. Hoy, están trabajando las refinerías con el crudo disponible. Pero si hubiera una oferta local de productos, sea biodiesel, bioetanol o cualquier otro origen, no estaría mal para la Argentina. Aunque se debe discutir de forma interdisciplinaria. Actualmente, hay análisis de llevar el corte a un 12% y a un 15%”, añadió.

Aranguren dejó su cargo en junio en la petrolera y en la actualidad coordina los equipos técnicos energéticos de Cambiemos, frente encabezado por el candidato a presidente Mauricio Macri.

“Dios nos bendijo con recursos, aunque los estamos importando y dando regalías a extranjeros (...) Estuvimos comiéndonos las reservas y no pudimos transformar esos recursos en reservas (para luego producir y lograr rentabilidad). Ocurrió con las cabezas de ganado, las cosechas y las reservas de petróleo y de gas. Hoy, tenemos que recurrir al exterior: pagar lo que otros producen”, enfatizó el referente.

Aranguren fue uno de los disertantes del X Congreso CREA NOA, que cerró ayer en un salón de la localidad de Yerba Buena. En una charla con LA GACETA, el ex directivo de la petrolera multinacional dijo que “ya no se puede hablar de un tipo de cambio”, porque el objetivo pasa por otro lado. “No puede cercarse a la Argentina y pretender que el mundo no existe. Hemos intentado vivir con lo nuestro y hemos puesto el pie sobre los recursos naturales del país. Los tenemos en infinidad, pero no los estamos explotando porque hemos cambiando los parámetros de la relación con el mundo”, explicó.

“Tucumán es un espejo de la Argentina. Lo que se sufre en Tucumán (por la crisis política y productiva), también lo sufrimos en el resto del país, donde las reglas de juego son cambiantes y la transgresión, que algunos consideran una virtud, está a la luz del día y no distingue barreras en todos los niveles de la sociedad”, manifestó.

Aranguren remarcó, desde el punto de vista económico, que no hay proyecto de país y se piensa siempre en el presente, parchando la realidad cotidiana. “Las cosas se nos escapan de las manos y tenemos que ver cómo cubrirlas. Tenemos que volver a pensar en el futuro”, añadió.