“Las letras inteligentes son propias del uruguayo”

La escena es la siguiente. Sebastián Teysera está hablando por teléfono, probablemente deambulando de un cuarto a otro en su casa de Playa Hermosa, un paraje rural a una hora de Montevideo. Viene embalado “el Enano” charlando acerca de “Érase”, el último disco de La Vela Puerca, de cómo a casi un año de su salida todavía hay cabida para redescubrir las canciones y para sorprenderse con las interpretaciones del público. “Recién estamos viendo el feedback, viendo qué sucedió cuando el álbum entró en las casas de la gente. Cada tema tiene su personalidad y uno intuye cuál pegará, cuál es más tímido... Bueno, yo no, yo me equivoco totalmente, pienso que tal será un hit y siempre le erro”, se sincera, carcajada mediante.

Pero de repente Teysera -uno de los dos cantantes de la banda uruguaya, junto con Sebastián “Cebolla” Cebreiro- empieza a largar frases inentendibles, que nada tienen que ver con “Érase”, con La Vela o tan siquiera con la música. Sube el volumen de la voz, se alcanza a distinguir un “¡salí de acá!” y, al rato, sobreviene un pedido de disculpas y la correspondiente explicación: Highlander, uno de los varios gallos que cría en su finca, se ha acercado a la puerta de la casa a reclamarle comida en nombre del resto de los animales que aún no han sido alimentados. La gestión de Highlander, sin embargo, no interrumpe la entrevista, en la que Teysera promete que el paso de su banda por Tucumán, esta noche, está programado para no pasar inadvertido. “Apelamos a generar la energía que un festival requiere. Nos gusta pegar fuerte, que la gente agite, que se divierta. ¿Cuanto tenemos? ¿Una hora? Bueno, vamos a pegar una trompada de una hora. Más aún sabiendo que después viene otro grupo -Las Pelotas cerrará el Tucumán Fest-: queremos dejarle el público lo más prendido fuego posible”.

- Dijeron que la intención del último álbum es hacer que la gente escuche las canciones una y otra vez, ¿cómo se logra eso?

- Principalmente haciendo canciones cortas, que no te den absolutamente todo, que cuando terminen no puedas decir “ya está, ya me emocioné o ya la entendí” y entonces tengas que apretar el botón para volver a escucharla. Lográs la emoción total cuando las escuchás varias veces seguidas. Eso me pasó con la banda Guided by voices, que tiene temas de 45 segundos que son increíbles. Decía “pero pará, quiero seguir escuchándolo dos minutos más”. Me parecía interesante esa relación con las canciones, que nunca habíamos experimentado. Siempre estábamos tras la búsqueda de completar una canción por lo menos hasta los tres minutos, que es el formato estándar, o cuidándonos de no pasarnos de los cinco, porque no es radiable. Me parecía un lindo desafío y me metí en un baile loquísimo porque cuanto más corto es el tema, más difícil es cerrar el mensaje. ¡No estaba ni en la mitad del desarrollo y ya se me había terminado la música! Leí a uno en las redes que decía “che, La Vela se puso re haragana, todas las canciones son cortitas”. No, boludo, cuesta un huevo hacer esto.

- En su última visita a Tucumán, el tecladista de El Cuarteto de Nos dijo que el rock uruguayo vino a compensar la falta de una gran banda argentina. ¿Coincidís?

- Pasa que en los 80 y 90 el rock argentino tenía cosas increíbles: Sumo, Soda Stereo, Los Redondos, Virus. Era impresionante lo que sucedía. Esas bandas hoy no tocan más y, lógicamente, a cualquier grupo nuevo se les hace difícil alcanzarlas. No digo que lo nuevo sea mejor o peor, digo que la coyuntura es diferente y que el techo es muy alto. Lo nuestro fue una especie de casualidad, de llegar en un momento en que esas grandes bandas se estaban acabando, y terminamos siendo una alternativa diferente para los argentinos porque, si bien somos muy parecidos, no dejamos de ser uruguayos. Fue como que dijeron “escuchemos lo que pasa en Uruguay, que nunca lo escuchamos”. Creo que al argentino le pareció interesante y diferente escuchar rock uruguayo, que existe hace mil años, pero era el más underground del mundo.

- También se suele atribuir el éxito del rock uruguayo a la inteligencia de sus letras.

- Esa es una particularidad del rock uruguayo: le damos una importancia gigante a las letras. Vendrá por la murga o por algo cultural, no sé, pero la manera de escribir del uruguayo está en un nivel muy alto y tenés que estar a la altura. Las letras deben ser inteligentes porque todo el mundo escribe letras inteligentes, desde la murga hasta el folclore, históricamente fue así.

- ¿Eso no lo ves en Argentina?

- Sí, lo veo. Lo que también veo en Argentina es que la corriente musical es a veces más importante que la esencia. Veo tribus, eso que llaman “del palo”: yo soy punk, yo soy reggae, yo soy esto o lo otro. Ahí se sectoriza un poco. Acá toda la vida compartimos espacio con bandas de punk, heavy, reggae, porque, claro, no hay mucho público (risas). Si bien La Vela tocó reggae, ska y punk, nunca hubiéramos podido ser una banda de ningún palo, nos hubiéramos aburrido a los tres meses.

- ¿Te gustan los festivales?

- Me encantan. Lo que más me gusta es la interacción con los colegas detrás del escenario, encontrarse con amigos, ver en qué andan. Ahí es cuando surgen esos mashups (mezclas) raros: “tengo una canción que te puede gustar, escuchala”. Y también me gusta que, especialmente en los festivales grandes como Cosquín, probablemente vas a ver tres bandas, pero al final del día te gustaron seis. De pronto no pagarías una entrada para ver a tal banda sola, pero la encontrás en un festival y te parte la cabeza.

ACTÚAN HOY

• Las puertas del club Argentinos del Norte (avenida Benjamín Aráoz 650) se abrirán a las 16.