El presidente de Guatemala se ve obligado a renunciar al cargo

El presidente de Guatemala se ve obligado a renunciar al cargo

Una investigación por casos de corrupción acorraló a Pérez Molina

04 Septiembre 2015
CIUDAD DE GUATEMALA.- El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, renunció a su cargo, el Congreso le aceptó la dimisión y anoche prestaba declaraciones ante la justicia por acusaciones de corrupción que hundieron al país en una severa crisis política en la antesala de las elecciones generales.

Cientos de guatemaltecos festejaron en las calles mientras el militar retirado estaba en una audiencia preliminar ante un juez. De traje gris y claramente inquieto, el ex mandatario tomaba nota de las escuchas telefónicas que la Fiscalía esgrime como pruebas de su presunto con La Línea, una mafia que cobraba sobornos por importar mercancías defraudando al fisco.

La justicia decidió la imputación por los cargos de asociación ilícita, cohecho pasivo y defraudación aduanera y ordenó que sea enviado a prisión provisional, como ya resolviera con su ex vicepresidenta, Roxana Baldetti, procesada en el mismo caso. “Este es el momento más difícil y más duro que me ha tocador vivir en 64 años”, dijo. “Pude salir del país, pude pedir asilo político, pero escogí el camino que debe escoger cualquier hombre que quiere construir un país y que quiere responder a la justicia”.

Aunque el ex mandatario ha negado todos los cargos y se resistía a dimitir a la luz de la investigación liderada por los fiscales y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), respaldada por la ONU y Estados Unidos, las presiones para que renunciara recrudecieron en la sociedad. Cientos de guatemaltecos se lanzaron a las calles para celebrar cantando y agitando banderas la partida de Pérez Molina, que sacudió la escena política poco antes de las elecciones presidenciales del domingo. Ahora las riendas del país pasarán a manos del vicepresidente, Alejandro Maldonado, que prestó juramento para completar el periodo de cuatro años que termina en enero. El gobierno de Estados Unidos dijo que respeta la decisión de Pérez Molina, elogió el funcionamiento institucional del país y se mostró dispuesto a trabajar con Maldonado. La ONU y la OEA también felicitaron el manejo de la crisis. La fiscalía, que ya había logrado el arresto de importantes funcionarios como el jefe del Banco Central, acusó formalmente a Pérez Molina tras analizar más de 89.000 escuchas telefónicas, miles de correos y documentación obtenida en 17 allanamientos. (Reuters)

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