La muerte de un niño y la autopista de Circunvalación

La muerte de un niño y la autopista de Circunvalación

La burocracia, la imprevisión, la falta de control, la morosidad, el exceso de confianza, la imprudencia, la indiferencia por las necesidades ciudadanas suelen derivar en problemas y provocar el malestar social, y hasta tragedias. La ruta de Circunvalación, que une Las Talitas con San Cayetano en un tramo de 11,3 kilómetros, se halla en un estado penoso desde hace mucho tiempo. En 2013, cuando comenzó a construirse un puente sobre la calle Guatemala, el intenso tránsito de vehículos medianos y pesados se derivó por la calle Alfredo Palacios, que es angosta, así como sus veredas. El corte de la autopista va desde la intersección con la avenida Gobernador del Campo hasta el cruce con la avenida Benjamín Aráoz.

El sábado pasado, un camión que bajaba por la autopista de Circunvalación aplastó a un niño de 8 años, en la esquina de Palacios (paralela a la Circunvalación) y Gobernador del Campo, provocando la lógica indignación vecinal. La inseguridad vial no es el único problema; las vibraciones producidas por la circulación de los vehículos pesados han ocasionado rajaduras en las paredes de algunas viviendas y el constante ruido les impide el descanso adecuado. Un hombre pidió que se instalaran lomos de burro para que los conductores disminuyan la velocidad.

El titular de Vialidad Nacional dijo que los pobladores deben tener paciencia porque el tránsito por la autopista se reanudaría a mediados de diciembre próximo, cuando se habilite uno de los puentes de la calle Guatemala. Señaló que se ha realizado un 35% del total de la obra y su conclusión fue prevista para fines de 2016. Acotó que hubo un atraso adicional por dificultades que tuvieron las firmas contratadas.

En nuestra edición del 19 de noviembre de 2014 se indicaba que en enero pasado iban a cumplirse dos años desde que se había iniciado la obra de sobreelevación de la autopista de Circunvalación. “La demora en la obra trae serias complicaciones a los vecinos de la zona, ya que todo el tránsito (buena parte son camiones) debe desviarse hacia la colectora oeste (calle Alfredo Palacios)... una travesía repleta de casas pegadas a la cinta asfáltica, y gran circulación de autos, motos, carros y peatones” señalaba la crónica. “Está avanzando más lento de lo que quisiéramos, y el ritmo de la obra no alcanza a cubrir las expectativas. Pero de ninguna manera está paralizada; sólo está avanzando lentamente”, dijo el funcionario.

El 26 de junio de 2011, LA GACETA decía: “La Circunvalación es un atentado contra los viajeros. Pavimento en mal estado, basura por doquier, peatones que cruzan imprudentemente, carros, motos y mucho descontrol en una autopista peligrosa”. Y el 22 de diciembre de ese año: “Repavimentarán la autopista de Circunvalación. Vialidad Nacional anunció que en marzo comenzarán las obras en ese tramo de la ruta 9. Construirán puentes y sistematizarán colectoras”.

Han transcurrido más de tres años desde que se iniciaron las obras. Las quejas de los vecinos, de los conductores de vehículos, no han logrado alterar la exasperante lentitud con que se realizan los trabajos. ¿Por qué no se dispusieron antes puestos de control de tránsito en las zonas más peligrosas para evitar desgracias? El sábado pasado ha muerto un niño y la respuesta a los ciudadanos es que deben tener paciencia, como si una muerte no significara nada. Si la víctima mortal hubiese sido pariente de alguna autoridad, ¿la respuesta habría sido la misma?

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