Basura desparramada en el cerro y las ciudades

Basura desparramada en el cerro y las ciudades

Es uno de los íconos que no generan orgullo, sino vergüenza. Su campo de acción es el territorio provincial, aunque hay zonas en las que su popularidad ha alcanzado límites insospechados. La basura se ha convertido en una fiel acompañante de buena parte de los tucumanos. Se la puede encontrar en las plazas, en las calles, los parques, en los accesos a la ciudad, en los canales, en las márgenes de los ríos. Hay basurales públicos que se limpian y a las pocas horas resucitan por obra y gracia de los mismos vecinos o de los carreros.

Un ejemplo de la escasa o nula cultura de la limpieza son los desechos que quedaron desparramados en sectores del circuito del Trasmontaña, una competencia de mountain bike que se llevó a cabo el 16 de agosto pasado, en la que participaron 3.126 corredores de todo el país. Hasta el lunes pasado, en El Siambón, una gran cantidad de envases de plástico y otros desechos se amontonaba junto a un cerco y se desparramaba varios metros a la redonda. De los árboles pendían aún las cintas indicadoras con la inscripción de la competencia.

En San Javier, otro de los puntos del circuito, algunos vecinos se quejaron porque no fue retirado todavía un baño químico instalado para la oportunidad y por la basura que quedó a la orilla del camino. Una señora lamentó que los competidores hubiesen usado como baño público la parte trasera de las casas. “Salimos a verlos y nos dimos cuenta de que estaban haciendo sus necesidades en cualquier lado, a la vista de nuestros hijos. Todavía estamos levantando papel higiénico desparramado por todas partes. Seremos pobres, pero acá es donde vivimos y nos tienen que respetar”, dijo. Uno de los organizadores de la competencia, señaló: “Aunque pongas basureros, la gente tira en cualquier parte”. A raíz de la amplia nota que publicamos el lunes, varios bikers se ofrecieron a colaborar en la limpieza del circuito.

Tras la contienda electoral, las pegatinas en paredes, postes, muros han quedado como testigos de la suciedad, así y los afiches rotos que aún alfombran las veredas. Por ejemplo, a lo largo del Camino del Perú, desde San Miguel de Tucumán a Tafí Viejo es penosa la polución visual de afiches, pintadas y pasacalles que han quedado de recuerdo.

En Yerba Buena, los mismos partidarios han comenzado a limpiar algunos sectores de Yerba Buena. Ese ejemplo debería ser imitado por todos los más de 25.000 candidatos participantes en los comicios. Y en caso de que no lo hicieren las autoridades deberían intimar a las agrupaciones políticas a que limpiaran y pintaran todos los lugares en que han asentado su propaganda proselitista, y verificar luego que lo hubiesen hecho.

Algo similar podría ponerse en práctica con las ferias populares que al levantarse dejan una gran basura dispersa, como ocurre, por ejemplo, con la feria de El Manantial que se extiende a lo largo de la ruta nacional 301 (ex 38). Se podría exigir a los feriantes que dejaran totalmente limpio el predio ocupado. Durante el desarrollo de la feria, a la hora del cierre, la autoridad podría enviar personal que concientizara a los puesteros y al público sobre la importancia de mantener la higiene y hacia el cierre verificar que no quede ni el rastro de un papel. Otro tanto podría hacerse con competencias deportivas similares al Trasmontaña. Sin educación cívica difícilmente podrá revertirse esta cultura de la suciedad que debería avergonzarnos a los tucumanos.

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