El tránsito de la ruta invadió una calle de barrio

El tránsito de la ruta invadió una calle de barrio

Alfredo Palacios se ha convertido en el paso obligado de camiones, colectivos y miles de autos y camionetas.

CORTE. Por este desvío el tránsito tiene que bajar hasta Alfredo Palacios. LA GACETA / Fotos de Analía Jaramillo CORTE. Por este desvío el tránsito tiene que bajar hasta Alfredo Palacios. LA GACETA / Fotos de Analía Jaramillo
02 Septiembre 2015
Verónica Toledo tiene la puerta de entrada de su casa siempre con candado y no deja salir a jugar a la vereda a su hijo de 6 años. Asegura que no tiene miedo, sino que lo hace por precavida. Y tiene su explicación: “afuera está sucio, los carreros tiran desechos todos los días en los pequeños y escasos espacios verdes que tenemos cerca. Pero lo peor es la gran cantidad de camiones que a toda velocidad pasa rozando la vereda. A esto hay que sumarle que la acera es muy estrecha”. Toledo revela que, al vivir casi asilada, no se enteró de lo que sucedió frente a su casa el sábado pasado, cuando un camión que bajaba por la autopista de Circunvalación aplastó a Santiago Díaz, un niño de 8 años, en la esquina de Alfredo Palacios (paralela a la Circunvalación) y avenida Gobernador del Campo.

La Alfredo Palacios es una calle angosta, de barrio, pero que se ha convertido en el paso obligado de camiones, colectivos y miles de autos y camionetas. Sucede que desde 2013 recibe el tránsito nada más y nada menos de la autopista de Circunvalación, que está cortada debido a la construcción de un puente sobre la calle Guatemala. El corte de la autopista va desde la intersección con Gobernador del Campo hasta el cruce con Benjamín Aráoz. Por este motivo, pero fundamentalmente por las demoras en la obra, los vecinos están indignados.

“La muerte del niño, el sábado pasado, fue lo más trágico que nos pasó hasta ahora. Aunque acá hemos visto de todo: hace dos años volcó un camión con vacas y otro se estrelló contra una casa. No queremos que otro camión se lleve un angelito más. Y no vemos que la obra avance. Está parada hace unos tres años”, se queja Carmen Ruiz, que vive en Alfredo Palacios al 900. En enero de este año se publicó en nuestro diario una nota sobre el estado de abandono de la autopista de Circunvalación. Sobre ello, Jorge Correa, titular del distrito Tucumán de la Dirección Nacional de Vialidad, había dicho que este camino “está bajo contrato, por lo tanto es responsabilidad de las contratistas la conservación y el mantenimiento (...)”. El funcionario se refería a las constructoras Helpa e Ingeco, que formaron una Unión Transitoria de Empresas (UTE) para recuperar e implementar mejoras en los casi 12 kilómetros de autopista que hay entre Villa Mariano Moreno y San Cayetano.

Ayer, LA GACETA intentó comunicarse con Correa para saber cómo marcha la obra, pero no respondió los llamados. De todas formas, fuentes de Vialidad Nacional confirmaron que los trabajos no fueron suspendidos y que en este momento se está pavimentando algunos sectores de la autopista.

Quiebre

El tránsito pesado de la autopista que se trasladó a la Alfredo Palacios no es la única preocupación de Hugo Roberto Escandalliari, que vive sobre esa arteria hace 23 años. El taxista asegura que las paredes de su casa se están rajando debido al temblor constante que produce el paso de los camiones. Lo mismo le sucede a su vecina Ana Reales.

“A toda hora las chapas del techo tiemblan. Eso fue quebrando las paredes internas y externas. Ni hablar de que los que tienen sus habitaciones hacia la calle: no pueden dormir por el ruido del intenso tránsito. A toda hora pasan camiones por acá”, confiesa Escandalliari, mientras señala las rajaduras que están a simple vista. Por su parte, Reales hace un pedido a quienes están a cargo de las obras de la autopista: “ya que por lo visto están demorados, les rogamos que hagan lomos de burro para que los conductores bajen la velocidad”.

A lo largo de Alfredo Palacios, desde avenida Gobernador del Campo hasta Benjamín Aráoz, se registran otros problemas: el pavimento está repleto de baches y - a veces- los camiones de carga dejan rastros que nadie levanta. Por ejemplo, en la esquina de Alfredo Palacios y Francia ayer había un enorme montículo de bagazo, que -según los vecinos- está en el lugar desde hace varios días.

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