Quejas de usuarios por el transporte público

Quejas de usuarios por el transporte público

Algunos lustros atrás, se mantenía vigente en el comercio el dicho “el cliente siempre tiene la razón”, frase atribuida al emprendedor norteamericano Harry Gordon Selfridge, de los comienzos del siglo XX. Es decir que ante cualquier reclamo del comprador no se debía discutir con él, sino tratar de complacerlo, en la medida que “no afecte las ganancias”, le agregaría alguien décadas después. Pero esta expresión fue cayendo en desuso, por lo menos, en nuestra provincia, donde el ciudadano suele ser blanco de servicios muchas veces deficientes y de problemas que pocas veces se solucionan.

El transporte público es uno de los que más quejas de sus usuarios cosecha. Por ejemplo, la espera del colectivo, especialmente en horarios en que se necesita llegar a tiempo al trabajo o para regresar al hogar tras una larga jornada, genera un malestar cotidiano. Ello se hace más crítico cuando las unidades vienen colmadas y hay que esperar otras, de manera que una persona debe estar entre 20 o 30 minutos en la parada. En febrero pasado, en un relevamiento que efectuó LA GACETA online sobre el sistema de transporte público, el 53% de los 1.067 encuestados consideró que era malo el servicio de transporte público de la provincia, mientras que 343 (32%) dijo que la prestación era regular y sólo 122 lectores (12%) señalaron que era bueno. Otras demandas de los usuarios son que los ómnibus cuenten con aire acondicionado, así como plataformas para discapacitados. En las horas pico, en verano, un viaje en colectivo puede llegar a ser insoportable por el calor y el hacinamiento.

Según un directivo de la Asociación de Empresarios de Transporte Automotor Tucumán (Aetat), que el principal inconveniente para lograr la frecuencia horaria adecuada, es el tránsito y argumentó que las calles son angostas y siempre están colapsadas, no sólo en horas pico. “¿Cómo el usuario no se va a quejar si un viaje de 10 minutos le lleva media hora?” y recordó que hay algunos proyectos para que se dispongan calles exclusivas para colectivos como existen en otras ciudades, pero desconoce por qué aún no se han puesto en vigencia.

En su opinión, las demoras no deberían superar los 15 minutos. Sobre la implementación del aire acondicionado en todas las unidades, el subdirector de transporte municipal recordó que en mayo pasado se aprobó una ordenanza por la cual las empresas que renueven sus unidades, deberán tenerlas equipadas con ese servicio. El directivo de Aetat dijo hace dos años que los empresarios no pueden renovar sus unidades debido al desfasaje de precios. Otro inconveniente que deben padecer cotidianamente los usuarios es la recarga de la tarjeta Ciudadana o Metropolitana por escasez de lugares para recargar el plástico fuera del centro de la capital y en algunas localidades del Gran San Miguel de Tucumán.

En la capital, funcionan 14 líneas urbanas cuya flota asciende a 400 unidades; se registran dos millones de viajes mensuales y el sector ocupa a 1.300 personas, según datos oficiales.

Sería importante que tanto empresarios como funcionarios, tomaran alguna vez conciencia de que el protagonista debe ser siempre el usuario, que es quien sostiene económicamente el transporte público con su bolsillo. Por lo tanto, deben trabajar constantemente en mejorar el servicio pensando en la comodidad del pasajero. Posiblemente, de ese modo, el cliente volverá a tener la razón.

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