Austria recibe a trenes con miles de inmigrantes

Austria recibe a trenes con miles de inmigrantes

El Gobierno de Hungría permitió que miles de personas abarrotaran los convoyes que partieron desde Budapest hacia Viena o Alemania Los dos países pusieron en práctica medidas para aliviar la presión en las fronteras. Los sirios elogian a “Mamá Merkel”.

HACIA NUEVA VIDA. Inmigrantes, la mayoría sirios, abordan un tren en la frontera Macedonia-Serbia, con destino a los países del Norte de Europa. Reuters HACIA NUEVA VIDA. Inmigrantes, la mayoría sirios, abordan un tren en la frontera Macedonia-Serbia, con destino a los países del Norte de Europa. Reuters
01 Septiembre 2015

VIENA/BUDAPEST.- Varios trenes con cientos de inmigrantes a bordo llegaron a Viena, después de que las autoridades austriacas parecieron descartar su intento de aplicar las reglas de la Unión Europea filtrando a los refugiados que ya habían pedido asilo en Hungría. En un nuevo episodio de una crisis humanitaria y política que está poniendo a prueba la supervivencia tanto del sistema de fronteras abiertas de Europa como sus leyes de asilo, Hungría permitió que los inmigrantes, muchos de ellos huyendo de la guerra civil en Siria, abarrotaran al menos cuatro trenes que partieron de Budapest con dirección a Austria o Alemania.

Muchos de los que llegaron anoche a la estación de ferrocarriles de la capital austríaca corrieron de inmediato para subirse a trenes que van hacia Alemania, mientras los policías miraban sin intervenir.

Un tren llegó también a Múnich desde Budapest anoche con unos 200 inmigrantes, de acuerdo a la policía germana.

“Gracias a Dios nadie nos pidió el pasaporte; si no hay policía, no hay problemas”, afirmó Khalil, un profesor de inglés de 33 años proveniente de la ciudad siria de Kobani, mientras su esposa llevaba a su hija enferma tosiendo por la estación de Viena.

Khalil narró cómo compró boletos para el tren en Budapest con dirección a la ciudad alemana de Hamburgo; aseguró que está seguro de que tendrá una mejor bienvenida allí tras deambular por los Balcanes y Hungría.

“Respecto a Alemania, los sirios llaman a la canciller Angela Merkel ‘Mamá Merkel’”, afirmó, en referencia a su respuesta relativamente compasiva a la crisis migratoria hasta el momento.

Uno de los trenes estuvo varias horas parado bajo el sofocante calor del verano boreal en la ciudad fronteriza húngara de Hegyeshalom, con las autoridades ferroviarias austriacas refiriéndose a preocupaciones de seguridad por el exceso de personas en los vagones.

En línea con las reglas de la Unión Europea (UE), un portavoz policial austriaco afirmó que solamente se permitiría el paso de los que no hubieran pedido ya asilo en Hungría. Pero, la fuerte presión acabó por imponerse y, ante la escasa presencia de funcionarios policiales, el tren avanzó, con todos sus pasajeros.

Ali, de 34 años, y su hija de tres años, Mona, estaban felices de haber encontrado sitio para viajar en el atestado tren del RailJet austriaco rumbo a Múnich.

“No puedo esperar”, dijo Ali, que como muchos inmigrantes sirios espera reunirse con sus familiares en Alemania. Los niños dormían en el suelo de los vagones, exhaustos. El aire estaba cargado de olor a transpiración. Su situación puso en evidencia el enorme reto que enfrenta la UE, que eliminó los controles fronterizos entre los 26 estados de la “zona Schengen”, pero exige a las personas que buscan asilo que presenten su caso en el primer país miembro al que lleguen, en este caso Hungría.

La mayoría no tiene intención de quedarse en Hungría, ni siquiera los que se registraron allí, sino que buscan llegar a las naciones más ricas de Europa Occidental.

Merkel, cuyo país espera recibir unos 800.000 inmigrantes este año, la cifra mayor en toda la UE, afirmó que la crisis puede destruir el principio de libertad de movimiento en Europa, incluido en el acuerdo de Schengen.

Las autoridades austriacas retuvieron a cientos de inmigrantes y arrestaron a cinco traficantes de personas en su ofensiva de seguridad, tras el descubrimiento la semana pasada de 71 inmigrantes muertos en un camión abandonado. La ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, negó que sus medidas violen el acuerdo de Schengen, aunque se generó una cola de vehículos de 25 kilómetros para entrar.

Merkel no criticó a otros países europeos por rehusarse a recibir a refugiados, pero dejó claro que era importante que el bloque alcance un acuerdo pronto sobre una política común sobre asilo que reparta la responsabilidad en forma más amplia. El aluvión de personas, ha abrumado a varias comunidades locales y provocado una fuerte reacción de militantes de ultraderecha, que han realizado protestas contra los refugiados y quemado casi 200 albergues. (Reuters-DPA)

Nuevo campamento en Calais

El gobierno francés construirá un nuevo campamento de recepción en Calais para los miles de solicitantes de asilo que se congregan a las afueras de la ciudad gala a la espera de cruzar al Reino Unido. El centro, con capacidad para 1.500 personas, se levantará de aquí a principios de año en la “jungla” de Calais, donde conviven entre 3.500 y 4.000 sin papeles, en su mayoría sudaneses, eritreos, sirios y afganos.

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Críticas a la construcción de muros

La Comisión Europea (CE) advierte que la Unión Europea (UE) no puede construirse levantando vallas y muros, en una crítica a las barreras construidas por Hungría y Bulgaria en sus fronteras para frenar la llegada de inmigrantes. Hungría, que acaba de levantar un alambrado no ha logrado contener la llegada de nuevos refugiados, pero está construyendo una segunda valla, más sólida y de cuatro metros de altura. 

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