“La infidelidad es hoy más visible y exhibicionista”

“La infidelidad es hoy más visible y exhibicionista”

La escritora Valeria Schapira asegura que la hiperconectividad es una aliada de la traición, pero de ninguna manera es la culpable

LA CLAVE. Valeria Schapira dice que el “histeriqueo virtual” nace de la falta de comunicación de la pareja. lanueva.com LA CLAVE. Valeria Schapira dice que el “histeriqueo virtual” nace de la falta de comunicación de la pareja. lanueva.com
31 Agosto 2015
La pesadilla de los infieles se ha hecho realidad. El grupo de hackers Impact Team robó información del sitio de citas Ashley Madison y luego publicó los datos que revelan la identidad de muchos de los usuarios (39 millones en total) , sus conversaciones, sus fotos y videos, sus citas y números de tarjetas de crédito. El hecho, que conmociona a todo el mundo, ha desencadenado extorsiones, separaciones, demandas multimillonarias y hasta suicidios.

Si bien la infidelidad ha estado siempre presente, en estos tiempos de hiperconectividad se plantean nuevos desafíos para los vínculos amorosos: ¿qué sucede con el famoso “histeriqueo”? en el mundo virtual? ¿chatear con alguien que no es la pareja es traición? ¿Es lo mismo engañar físicamente a una persona que virtualmente? La escritora argentina Valeria Schapira, quien además es experta en relaciones para el sitio de citas Match.com, accedió a una entrevista con LA GACETA para aclarar estos interrogantes.

- ¿Qué cosas han cambiado con la irrupción de internet y de las redes sociales? ¿Se modificó la esencia de la infidelidad?

- La esencia de la infidelidad no ha cambiado, sólo han cambiado las formas en las que se manifiesta con el transcurso de los años y los cambios sociales. Hoy el engaño se sigue manifestando en los vínculos sentimentales, aunque de una manera mucho más visible, más “exhibicionista”, de la mano de la tecnología, las redes sociales, la telefonía móvil, etc. Sin dudas, la hiperconectividad puede ser aliada de la traición pero de ninguna manera es la culpable de la misma. Cuando hay infidelidad hay un conflicto de base en la pareja que luego tiene su expresión en el engaño. Cuando se achaca la responsabilidad de la traición a la tecnología sólo se está desviando el eje del problema que hay en ese vínculo.

- ¿Qué pasa con el famoso “histeriqueo” en el mundo virtual? ¿Se puede considerar una traición?

- Los especialistas coinciden en que el “histeriqueo” virtual -aun cuando luego no se plasme en la concreción del acto físico de estar con ese otro- suele tener un impacto emocional devastador. La mayoría de las personas que se entera que su pareja está teniendo escarceos online con otro/otra se siente absolutamente traicionada. La magnitud de lo que simbolice esta “traición” dependerá de los acuerdos de cada pareja, que suelen establecerse de manera tácita durante la relación. Hay que tener siempre presente que la conducta infiel suele venir de la mano de otras problemáticas: mala o nula comunicación, desamor, falta de respeto, indiferencia y decenas de otras cuestiones que erosionan los cimientos vinculares.

- ¿Es lo mismo engañar físicamente a una persona que virtualmente?

- Si bien no es lo mismo en términos de la acción concreta, el daño que pueden producir ambas conductas en el equilibrio emocional de las personas puede ser de similar magnitud. Es probable que los resortes que activan ambos tipos de engaño sean similares: insatisfacción con la rutina y la cotidianeidad, disconformidad con distintos aspectos de la relación, el deseo de conocer a alguien nuevo, de un cambio en la forma de vida, etc.

- ¿Generalmente estos histeriqueos terminan en un encuentro físico real?

- Es difícil cuantificar cuántos de estos histeriqueos se concretan en el mundo real. Me atrevería a decir que no tantos como supone el imaginario popular. La mayoría de las veces lo que se juega en estos chichoneos es la necesidad de un hombre o de una mujer de reforzar su ego, de saberse capaz de seducir, de atraer a otros hombres o mujeres. Estos histeriqueos pueden nacer de la falta de comunicación en la propia pareja, de la necesidad de sentirse “registrados” o atractivos para otro. Cuando esto no se da en el seno de la propia pareja, puede surgir la ilusión de que estas necesidades se van a llenar en un “afuera” y por ello muchas personas flirtean en las redes sociales, por ejemplo. Del dicho al hecho, hay un largo trecho; no necesariamente se va a concretar todo aquello que se promete o se dice en la virtualidad.

- Cada vez se conocen más casos de parejas que rompen cuando se descubren mensajes eróticos en la web ¿Qué conviene hacer cuando uno descubre un histeriqueo virtual?

- Antes que nada, se impone una charla sin máscaras entre los miembros de la pareja para intentar entender las razones de estos escarceos online. ¿Qué es lo que no está funcionando en esa relación para hacerla peligrar con un jugueteo internáutico? Poner en palabras lo que se siente, lo que se teme y lo que se desea es vital, siempre en el marco del respeto. Lo que surja de ese diálogo sincero -y con seguridad doloroso- puede ser la semilla del renacimiento de la pareja o el camino hacia el final de la misma. Si es necesario se puede pedir ayuda a un terapeuta o a un consejero espiritual.

- ¿Está bien considerar una infidelidad virtual como infidelidad real?

- Considerar a la infidelidad virtual como un hecho real o no dependerá de cada una de sus víctimas. Vivimos en un mundo de percepciones en que cada persona reacciona de manera diferente a los hechos de acuerdo a su historia personal, su estructura psicológica, etc. Es importante que respetemos la particular cosmovisión de nuestra pareja -y de todas aquellas personas con las que nos vinculamos- para evitar lastimarlas. Lo cierto es que aún quienes dicen ser más abiertos en cuestiones vinculares sufren horrores cuando descubren que están siendo engañadas.

- ¿Qué opinás de los sitios de búsqueda de pareja?

- Los sitios de búsqueda de pareja son portales específicamente diseñados para encontrar una relación con compromiso. Es por ello que son el lugar más indicado para buscar el amor online. En Europa y Estados Unidos son la manera habitual de encontrar el amor: una de cada cinco parejas nace en línea. Quienes se suscriben a un sitio como Match.com buscan un amor, no un touch and go. Más del 75 % de de los usuarios del sitio asegura querer un compañero con intenciones de construir un vínculo serio. Es muy habitual que las personas hablen de “buscar pareja en la Web” como si fuera lo mismo hacerlo en cualquier lugar de la misma. Una red social no es lo mismo que un portal de citas. En las redes sociales las personas interactúan con familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc. No nacieron con la finalidad de buscar pareja. Esto no implica que no se pueda encontrar a un buen compañero allí pero hay chances de solo toparse con alguien que sólo quiera pasar un buen rato.

- Después de lo ocurrido con Ashley Madison, ¿pensás que se ha vuelto muy arriesgado registrarse en estos sitios?

- Cuando uno se registra en un portal seguro no tiene por qué estar preocupado. En un sitio seguro, los datos personales de los usuarios registrados están bien resguardados y no hay chances de que sean vulnerados. Por ejemplo, Match.com, el sitio de citas más grande del mundo, usa la misma tecnología que se utiliza en la banca online y los procesos de inicio de sesión, la registración y el pago se realizan mediante conexión cifrada (https) para proteger la reserva de los datos personales. Tampoco se guardan las conversaciones de chat ni se revelan los datos de los usuarios que no sean los que ellos deciden compartir públicamente en su perfil; en la base de datos del portal no se almacenan datos personales, más allá de los correos electrónicos.

- ¿Es razonable responsabilizar a estos sitios de problemas que existían mucho antes que la tecnología?

- Demonizar a la tecnología por sacar a la luz problemas de base es una actitud infantil. Es como culpar al mensajero cuando llega una carta cuyo contenido no nos gusta. Una actitud madura es plantearnos qué estamos haciendo con nuestras relaciones, con qué profundidad nos estamos comunicando y si estamos haciendo o no un buen uso de la tecnología.

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