Carta de lectores
30 Agosto 2015
DOS ESCRITORAS QUE PARTIERON

Este perfumado aire de agosto, acariciante y singular, envolvente y cálido despidió a dos escritoras: Elvira Juárez Aráoz y Graciela López Acevedo de Saguir, con quienes compartí pensamientos, horas y palabras en diferentes espacios: las dos presentaron alguno de mis libros (Elvira, en el Centro Cultural Rougès y Graciela, en el Museo Iramain y en el Centro Asturiano). En casa de la profesora Alba Omil, con su grupo, reímos y charlamos disfrutando del humor de Elvirita y de su buen estilo literario hasta el julio pasado, cuando la vi por última vez. Qué distante estaba de conocer su gravedad. Con fina ironía y estoicismo se refería a su estado físico sin mencionar la enfermedad terminal que la aquejaba. A Graciela la asocio con su profunda religiosidad y la fe en la Virgen de Covadonga, a su amabilidad y su entusiasmo organizando actividades culturales en el Centro Asturiano. Las dos con la sonrisa amplia y don de gente, amistosas y vitales, llenas de simpatía. Para ellas mi conmovido recuerdo.

Nelly Elías de Benavente


ESCUELAS TÉCNICAS

Tiempos pasados, los padres mandaban a sus hijos a las escuelas técnicas para que al egresar tuvieran un oficio para poder insertarse en el mercado laboral. En la actualidad, este propósito se perdió debido a que las autoridades descuidaron este tipo de  educación. Muestra de ello es que las jornadas de capacitación docente están armadas para escuelas medias y no para las técnicas, que tienen objetivos muy específicos.  Pasó lo mismo al implementarse la EGB 3 y el Polimodal. La inclusión es otro de los temas en los que se debe diferenciar la educación técnica, puesto que en ella se otorgan títulos profesionales cuyas incumbencias tienen implicancias en el Código Civil y Penal y que por encuadrarse dentro de la obligatoriedad del estudio secundario se terminan certificando conocimientos que muchas veces no se logran. Los padres quieren que sus hijos sean profesionales universitarios, me parece bien, pero ¿y si no pueden o no quieren?, deberían vencer el prejuicio que se tiene hacia las personas que hacen oficios, incentivarlos para que los aprendan y hagan de estos su medio de vida, exigiendo a las autoridades educativas que se cumpla el propósito fundacional de las escuelas técnicas.

Héctor A. Juárez Coronel


DICHOS DE ROJKÉS

Pocas veces escribo sobre política. Pero hoy debo recordarle a una señora que transita esos caminos, Beatriz de Alperovich, que yo la conocí trabajando en un grupo con el gran Orlando Bravo, físico, paleoastrónomo, arqueólogo, en proyectos de revalorización y recuperación del acervo cultural de los pueblos originarios que vivieron en Tafí del Valle. No entiendo, entonces, por qué usó la desafortunada frase: “Por ahí pienso que nos están subestimando mucho, los tucumanos no somos indios ni salvajes ni ladrones, no se confundan...” Ser indio (habitante de la primera hora de América, los más antiguos y sabios antepasados de muchos de quienes habitamos nuestro país), salvaje (un ser humano en íntimo y sano contacto con la naturaleza, con nuestra Madre Universal), no puede ser una injuria, sino un orgullo. En el libro “Testimonio de un elegido”, que escribimos con Juan Carlos Yapura, hijo del valle de Tafí, él termina diciendo: “Mi gente ya me está comprendiendo más. Nunca en mi vida me voy a olvidar la primera vez que me presenté ante un grupo como descendiente de aborígenes.... Un señor ha levantado la voz, diciendo: - Entonces, a usted hay que hacerle un lavado de sangre... Con los ojos llenos de lágrimas, me he vuelto a mi casa pidiéndoles a “Ellos” (los espíritus de los antepasados) la razón de las palabras de ese hombre. He entendido que para él, mi mensaje y mi trabajo con la piedra, significaban atraso... A partir de ese día, cada vez que debía hablar ante mucha gente y comenzaba mi discurso presentándome de la misma manera, miraba y miraba a mi alrededor, dudando si debía seguir haciéndolo así, temiendo una reacción parecida a la de aquella vez. Han pasado los años y -mire cómo son las cosas- muchas veces después de escucharme, alguno dice: -¡Cómo quisiera llevar un hilito de esa sangre de usted!” Creí que Beatriz se adhería desde siempre o desde aquellas épocas de Orlando Bravo, al menos, a esta idea de que pertenecer a los pueblos originarios es algo valioso, motivo de orgullo y alegría. Porque “América es eso: un largo camino de indianidad sagrada”, como decía Atahualpa. 

Mercedes Chenaut


LA REVOLUCIÓN LIBERTADORA

Como hija de don Luis Cruz, que fue senador nacional y gobernador de esta tan querida provincia, que nos enseñó a todos sus hijos la humildad, la decencia y la honradez, me dio vergüenza ver lo que pasaba en la plaza Independencia. Me recordó otros tiempos que creí superados, pero parece que a esta gente no le gusta vivir en democracia y se olvidó de todo lo vivido en el gobierno militar de Videla (desaparecidos, presos, muertos). Como ya tengo mis años, he visto pasar varios gobiernos y recuerdo todavía lo bueno y lo malo de cada uno; nadie es perfecto. Pero como soy una agradecida de Dios por el país que tengo, lo que vi el jueves en la plaza lo viví de muy jovencita con la Revolución Libertadora, en la que participaron radicales, militares y la Iglesia, quienes no estaban de acuerdo con el gobierno peronista, que estaba siempre con el más necesitado. Parece que hoy pasa lo mismo. Nosotros sufrimos mucho en esa época y no quisiera que mis hijas y nietos pasaran por lo mismo. Piensen lo que están haciendo y den el ejemplo para que la juventud tenga un futuro mejor, como lo hizo Jesús por todos nosotros. 

Norma Cruz de Carbonell

San Miguel 202

San Miguel de Tucumán

DE ESCRIBAS Y FARISEOS

Les pido que lean el Evangelio del martes 25 de agosto: “Jesús habló, diciendo: ‘¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino y descuidan lo esencial de la ley: la justicia, la misericordia y la felicidad. Hay que practicar esto sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos que limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de codicia y desenfreno! ¡Fariseo ciego, limpia primero la copa por dentro y así quedará limpia por fuera!”

María Miroli de Mariscal

Pasaje García 1.041

San Miguel de Tucumán

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