Un ciclo de shows secretos ideal para “hinchas de la música”

Un ciclo de shows secretos ideal para “hinchas de la música”

¿Irías a un recital del que desconocés quiénes tocarán y dónde? Una comunidad mundial te explica por qué no es mala idea. Videos.

PRIMERA EDICIÓN. La banda Narpoperules inauguró el proyecto local junto con Sole Ferraco y Cachín Selis. PRENSA SOFAR PRIMERA EDICIÓN. La banda Narpoperules inauguró el proyecto local junto con Sole Ferraco y Cachín Selis. PRENSA SOFAR
29 Agosto 2015
Hay varias frases que terminan con la expresión “pero eso todavía no lo podemos revelar” y, a continuación, miradas cómplices, alguna risita. El misterio es una presencia más en la charla en que los coordinadores de Sofar Sounds Tucumán -una forma de hacer y escuchar música hasta ahora inédita en la provincia- cuentan que, como artistas, están llevando adelante lo que les gustaría que alguien hubiera hecho por ellos. Porque el objetivo final de su iniciativa es tan noble como exigente: rendirle culto al músico, mostrarle respeto y valorar su producción en un ambiente íntimo, distendido para él y para el público.

No son metas que este grupo haya pensado por sí mismo. Sofar Sounds es una comunidad de música en vivo -la más grande del mundo- que nació en Londres en 2009 y que, desde entonces, se ha replicado en más de 160 ciudades. “Se trata de shows secretos organizados en casas de personas que ponen su living a disposición. El público sólo conoce la fecha, pero no quiénes tocarán; hasta dos días antes del evento tampoco sabe donde se hará. La entrada no es libre: para asistir hay que loguearse en la web oficial (sofarsounds.com) y solicitar participación. Con base en la recepción de los anotados y, según la cantidad gente que entre en la locación, armamos la lista de asistentes”, explica Martín García, cantautor y uno de los gestores del proyecto local.



¿Por qué alguien querría asistir a un recital cuyos protagonistas desconoce? La respuesta da con la esencia misma de Sofar: “en general, el público que concurre es de vanguardia, personas que están al tanto de lo que ocurre musicalmente en el mundo -define García-. No son hinchas de una banda, son hinchas de la música. Gente dispuesta a escuchar buenas canciones, más allá de quién las interprete”.

Los encargados de asegurarse de que la música sea en efecto buena son los coordinadores, que aclaran que no hay restricciones en cuanto a la selección de bandas y solistas (como el público, estos también deben postularse en la web oficial). “Pueden ser de cualquier género, desde jazz hasta cumbia colombiana, siempre que se adapten al formato acústico, que es otra de las características imprescindibles de esta iniciativa”, señala Gema Calderó Danna.

“No hay amplificación del sonido en los encuentros, la voz del cantante es la que pone el tope al resto de los instrumentos. Eso obliga a los grupos a modificar su forma rutinaria de tocar: una guitarra eléctrica quizás se cambia por una acústica o una batería por un cajón peruano”, detalla Pablo Castillo, quien participó de la primera edición local con su banda Narpoperules y ahora es coordinador. “Fue una experiencia buenísima, nunca antes nos habían tratado así. Por un lado, hay todo un equipo trabajando para los artistas, desde maquilladoras hasta sonidistas. Y por otro, el silencio y el respeto de la audiencia te obligan de entregar un show lo más prolijo posible. Además, cuando terminas de cantar podés saludar a toda la gente, eso no pasa en un recital común”.



Esta última particularidad es la que Calderó Danna destaca como “una de las magias” de Sofar. “El intercambio entre público y artista es muy enriquecedor. La gente está sentada, disfrutando, en un ambiente distendido. Cada uno puede llevar su consumición, desde mate hasta bebidas alcohólicas, siempre que no sea en exceso”.

Videos de calidad

Cada fecha tiene un doble resultado: el recital mismo y un video que muestra no sólo la música sino también el entorno en el que se genera. Una vez editado, es subido al canal de Sofar en YouTube, que tiene casi 90.000 suscriptores. “Es decir -interviene Javier Ríos, coordinador y editor de videos de la primera edición- que cada músico contará con un material audiovisual de excelente nivel con proyección internacional y a costo cero, porque todo se hace ad honorem. Y no sólo se difunde el trabajo del artista: en el tape aparecen los créditos del equipo completo que, por cierto, muta de forma permanente y está abierto al aporte de todos los que se quieran sumar”.

Hoy se realizará la segunda edición tucumana de Sofar, una cita que tiene entusiasmados a sus organizadores desde que concluyó la inaugural. “Lo único que podemos decir es que la sola locación ya es un hecho artístico en sí”, adelantan. El resto de los detalles, hasta esta noche, no serán revelados.

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