El jurado de Masterchef optó por la coherencia del villano

El jurado de Masterchef optó por la coherencia del villano

No siempre las películas tienen final feliz. Esta vez, en la segunda temporada de Masterchef ganó el malo, Alejo. La indignación explotó en las redes sociales, y brotaron los memes y los insultos. La hinchada de Martín, el bueno, mostró su decepción.

En un menú completo, y en dos horas, los cocineros exhibieron, por última vez, refinamiento, creatividad y manejo de técnicas con impronta gourmet. Esa fue la tónica del ciclo, bien distinta de la primera edición de Masterchef, donde la pelea se había dado en términos mucho más sencillos.

Mientras el humilde Martín se jugó con una entrada delicada y laboriosa, Carpaccio de pulpo con vinagreta de cítricos, Alejo fue más expeditivo pero no menos original con su Gazpacho de melón con crocante de jamón crudo. Al plato principal Martín lo concibió frío, para indignación de Germán Martitegui, y tuvo que cambiarlo sobre la marcha (punto abajo). De ahí que sus Trillas salieran confitadas y con una espuma de hinojos, marca distintiva del cocinero de La Plata. Seguro bajo su máscara de arrogante, el chico de Los Cardales plantó un elegantísimo Lomo de ciervo con reducción de torrontés, hongos de pino y ciruelas. Hasta ahí el nivel de competencia era muy parejo. Para el postre, Alejo se lució con sus Texturas de chocolate y granita de mango, con unas complicadas esferas de chocolate. Martín también optó por el chocolate, pero en forma de Marquise y con gel de frambuesas, que Christophe Krywonis no podía dejar de comer pese haber resaltado la poca originalidad del postre. A los chefs-jurados la competencia se les planteó muy reñida (“elegimos a los mejores, y ahora qué hacemos”, se preguntaba Donato Di Santis). Los participantes estaban a la altura de la gran final y, más allá de alguna crítica aislada, los tres jueces se deshicieron en elogios para ambos.

Veintidós puntos de rating cosechó la pelea en la cocina, donde se disputaron nuevos sabores, texturas, aromas y colores. Pasión, placer y arte aderezados con suspenso, nervios y mucha emoción de 20 competidores, tres jurados y un conductor a medida. Buen gusto, reglas claras y nada de golpes bajos parecen ser las claves.

Ahora es el turno de María y Lucas, que competirán en la final de Masterchef Junior el miércoles, según informó Mariano Peluffo.

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