Surfear en montañas de arena, pero muy lejos del mar

Sol, ropa cómoda y escasa, amigos, paisajes increíbles e inyecciones permanentes de adrenalina. Hay deportes que implican algo más que transpirar, agitarse y quemar energías. Son deportes cool. Y entre ellos se destacan siempre los que están vinculados con la playa, como el surf. Pero no es necesario viajar miles de kilómetros para practicarlos. A unas pocas horas de Tucumán se pueden surfear... pero sobre montañas de arena.

En Argentina hay muchos sitios para practicar sandboard (deslizarse con una tabla dunas abajo). La mayoría se encuentran, por razones lógicas, a pasos del mar. Pero hay otros que proponen una experiencia totalmente distinta: practicar esa misma disciplina a miles de metros de altura, en la Puna o en un paisaje coronado por la inabarcable cordillera de los Andes.

Jujuy, Catamarca y Salta son tres provincias que ofrecen escenarios de culto para aquellos que deseen deslizarse en la arena. Es decir, no hay que viajar más de seis horas en auto para llegar a algunos de estos destinos. Y tampoco es necesario ser un experto; se pueden contratar excursiones que incluyen instructores para los principiantes. Lo mejor: se trata de sitios con paisajes increíbles y con sol durante casi todo el año.

Velocidad

A 10 kilómetros de Fiambalá, en Catamarca, se encuentran las dunas de Saujil. Tienen más de 80 metros de altura. Sus pendientes poseen unos 45 grados de inclinación y permiten alcanzar los 50 km/h en el descenso. “No es necesario tener experiencia. Hay dos maneras de hacer sandboard: sentado sobre la tabla (ideal para principiantes) y en cuclillas o de pie, para aquellos que tienen más experiencia”, explicó Manuel Carrizo, guía de turismo recepetivo de Fiambalá y entusiasta del sandboard. Durante una charla telefónica con LA GACETA contó que esta zona de Catamarca explotó con el Rally Dakar. “Viene mucha gente de Buenos Aires, de Córdoba y de Tucumán”, explicó.

A 60 kilómetros de Fiambalá se levantan las dunas de Tatón. Es una zona en la que no sólo se puede hacer sandboard, sino también excursiones en 4x4 y cuatriciclos, contó Carrizo. Un dato más: ni siquiera es necesario tener una tabla propia; se la alquila en Fiambalá.

Bien al norte

En Jujuy se encuentra uno de los sitios más buscados por los cultores del sandboard: el Huancar de Abra Pampa, a 3.500 metros sobre el nivel del mar. Se trata de una montaña que se levanta en la inmensidad de la Puna y que posee una ladera de arena. Como si el entorno fuese poco, a sus pies hay una laguna con flamencos rosados y un pequeño escenario en el que se suelen realizar recitales.

“En comparación con otras dunas, el Huancar es grande: tiene unos 250 metros de altura. Si sabés cómo largarte, podés alcanzar buena velocidad y hacer un montón de cosas en ese trayecto”, explicó Juan Manuel Cruz, guía turístico de Tilcara. “Practicar sandboard te genera una adrenalina tremenda. Además imaginate: ¡llegás a más de 3.500 metros de altura y todavía podés practicar este deporte típico de la playa!”, insistió este entusiasta del sandboard en una conversación telefónica con LA GACETA. El viaje al Huancar ya es un atractivo en sí mismo: hay que atravesar la Quebrada de Humahuaca y, luego, gran parte de la imponente Puna jujeña.

Más cerca de Tucumán, en Salta, también es posible subirse a una tabla y acelerar arena abajo. Las dunas de Cafayate son ideales. Se encuentran a unos 7 kilómetros de esas ciudad y el acceso es sencillo. Eso sí: son mucho más pequeñas que las jujeñas y las catamarqueñas: en promedio, tienen entre 25 y 30 metros de altura. Pero eso también las convierte en una buena opción para los principiantes.

Elementos necesarios

Para practicar este deporte hace falta una tabla de sandboard, que posee dos agarraderas para sujetar los pies, y cera (se coloca en la base para facilitar el deslizamiento). También se recomienda usar casco y protección para los codos y las rodillas.<br><br>