A vos, ¿también te dolió la espalda alguna vez?

A vos, ¿también te dolió la espalda alguna vez?

Las molestias en la columna están en la cima del ranking de consultas por dolor. La mejor forma de enfrentar la lumbalgia es haciendo ejercicios.

A vos, ¿también te dolió la espalda alguna vez?
25 Agosto 2015

Estaba plácidamente tomando sol en una reposera. Cuando quiso levantarse, Paula sintió una puntada y quedó dura. Tuvo miedo. Se le pasó por la cabeza que no iba a poder caminar. El dolor era tan fuerte que sólo podía estar en la cama y movilizarse con las piernas flexionadas, agarrada de las paredes.

Los dolores de espalda son la peor pesadilla, dice Paula, de 35 años, profesional, madre de dos niñas. Su testimonio es más o menos parecido al que reciben todos los días los traumatólogos especializados en columna vertebral. Porque cada vez son más los pacientes que se quejan y señalan la parte baja de la espalda.

La lumbalgia constituye la primera causa de discapacidad y calidad de vida perdida en todo el mundo, muy por encima de cualquier otra enfermedad. Y dado que el crecimiento y envejecimiento de la población es constante, es probable que el problema vaya a empeorarse en las próximas décadas. Así lo muestra el Estudio de Carga Global de Enfermedad, en el cual se hace un análisis de 301 patologías y lesiones en 188 países.

Utilizando una medición conocida como años vividos con discapacidad, o YLD (por sus siglas en inglés), los investigadores de todo el mundo cuantificaron el impacto de los problemas de salud que deterioran la movilidad, la audición o la vista, o provocan dolor de alguna manera, pero no son mortales. Además de la lumbalgia, la depresión, el dolor de cuello, los trastornos de ansiedad, las migrañas y la diabetes aparecen entre los males más preocupantes.

Definiciones

La lumbalgia es nada más ni nada menos que dolor en la zona baja de la espalda,a la altura de la cintura. La definición es muy simple, pero las cosas tienden a complicarse en la vida cotidiana: cuando duele, cosas tan sencillas como agacharse para hacer la cama o lavarse los dientes puede convertirse en una tortura.

Las estadísticas indican que el 80% de la población mundial sufre molestias agudas. Y, entre ellos, ocho de cada diez padece en algún momento de sus vidas (o en varios) dolor de espalda: causa número uno de pérdidas de días laborales, según comenta Rubén Kaplán, especialista en medicina laboral.

“Luego del dolor de cabeza, las afecciones lumbares son las que más aquejan a las personas. Y eso no es solo un problema de los adultos sino también en los niños y adolescentes”, detalla el doctor Ramiro Barrera, jefe de la unidad de Patología Espinal del hospital Padilla. Y añade: “el 85% de los dolores lumbares tienen un origen incierto”.

Lo que sí hay son factores de riesgo para la espalda: obesidad, tabaquismo, estrés y sedentarismo. Por eso, los expertos insisten en que lo mejor es prevenir los problemas en la columna y evitar que se cronifiquen. Las recomendaciones son: mantener el peso corporal adecuado, hacer actividad física, conservar una buena postura, cargar peso en forma correcta y trabajar en una buena elongación de todos los músculos (básicamente los del tronco).

Cuando el dolor se vuelve crónico, la afección no siempre se puede curar, pero se pueden bajar la incidencia, la frecuencia y la intensidad. Los especialistas ya no se fijan solamente en calmar los dolores. Las terapias actuales hablan de reeducar a la persona que sufre, adiestrarla para que se pare correctamente, para que todas las vértebras reciban la misma carga de gravedad y no unas más peso que otras.

¿Qué hago?

¿Qué hacer si siento un dolor intenso en la espalda? ¿Me aguanto? ¿Tomo analgésicos? Le consultamos a Manuel Parajón Víscido, médico Especialista en Medicina del Deporte, cómo conviene enfrentar este padecimiento.

Como primer punto, y quizás el más importante, hay que desechar curas milagrosas. “Lo más recomendable es buscar un médico que haga un buen diagnóstico”, aconseja el experto, que dirige un gimnasio en el que se enseña educación espinal.

“Desde 2001 estamos viendo cada vez más problemas de columna. Cuando la lumbalgia se vuelve algo crónico, una buena forma de enfrentarla es haciendo actividad física. La clave para ver los resultados es la constancia. Hacer una rutina en forma regular previene estos problemas”, expresa Parajón Víscido. Aclara que estos ejercicios son muy simples y se pueden realizar en pocos minutos (ver la secuencia que preparó el especialista para esta página).

Lo menos pensado

Parajón Víscido hace un análisis de fondo sobre por qué la columna vertebral, el eje de todos los movimientos que realiza el cuerpo, está sufriendo cada vez más. Aunque parezca mentira, uno de los motivos es la evolución del ser humano. “En algún punto, el hombre está pagando caro el haber adquirido la postura erecta”, advierte. Antes caminábamos en cuatro patas y las cargas que tenía que soportar el cuerpo estaban repartidas de manera diferente. A medida que nos fuimos poniendo erguidos y liberamos las manos, la fuerza de gravedad empezó a pasar en forma vertical por la columna.

El precio de estar quietos

Por otra parte, está la tecnología. ¿Por qué esta vez es la mala de la película? “La tecnología nos está llevando a un déficit crónico de movimiento y la patología lumbar es en parte consecuencia de esto. Hoy pasamos mucho tiempo sentados y el cuerpo no sabe vivir así. Hace 10.000 años el hombre caminaba por lo menos 20 km por día para conseguir comida; hoy en las zonas urbanizadas se camina menos de 2 km por día”, precisó Parajón Víscido.

La columna es una superposición de piezas óseas sostenidas por ligamentos y accionada por músculos. Estar quietos altera todo este funcionamiento. Si el músculo no funciona bien la columna sufre y produce una sobrecarga mecánica y en largo o mediano plazo llegan los problemas.

El especialista en Medicina del Deporte da un ejemplo: “con solo estar 15 minutos sentados se inhibe la acción de los músculos abdominales; es decir que si nos paramos repentinamente y queremos levantar algo del suelo la columna está desprotegida y ya puede dolernos. Esto no es una cuestión de fuerza, sino de que los músculos no accionan rápidamente. Por eso hay que tener cuidado con los movimientos bruscos”.

¿Y por qué ayuda hacer gimnasia? “Porque con ejercicios se reactivan aquellos músculos inhibidos por la falta de movimientos. Estas rutinas logran una mayor estabilización de la columna y el desplazamiento armónico de las vértebras cuando se mueve la columna o el tronco”, concluyó.

1 Me apoyo en la pared

Apoyar los antebrazos contra la pared y poner el cuerpo oblicuo. Con sólo 20 segundos en esa posición estamos ayudando a fortalecer los músculos que acompañan la columna. 

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2 - Inclinado, sobre un brazo

Alinear el cuerpo de costado y elevarlo levemente sobre uno de los antebrazos. Mantenerse así, aguantado la respiración durante 10 segundos, y luego volver a la posición relajada inicial, recostado.

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3- Estiro y tonifico

De rodillas y con las manos apoyadas en el suelo extender un brazo y la pierna opuesta. Luego, juntar el codo con la rodilla. Alternar unas 8 veces con el otro brazo y la otra pierna. 

4- Abdominales cortos

Acostado boca arriba y con las piernas apoyadas sobre algún objeto (puede ser una cama) hacer abdominales cortos sin despegar del piso el área lumbar. Repetir 10 veces.

5 Imitar la posición de un gato

Con las manos y rodillas apoyadas en el suelo  arquear la espalda hacia abajo mientras se eleva la cabeza, luego curvar la espalda hacia arriba mientras se baja la cabeza. 

6 Ponete una silla imaginaria

Hacé de cuenta que se te estás sentando sobre una silla y apoyá toda la columna en la pared. Verificá que no entre tu mano por la espalda, a la altura de la cintura. Mantenete así 30 segundos.

7 A un lado y al otro

Apoyar los antebrazos contra la pared, con los pies un poco separados en el piso. Mover el tronco hacia un lado y hacia el otro. Repetir entre 20 y 30 veces.

8 Doblar las piernas con ayuda

Acostarse sobre una colchoneta o en un colchón. Estirar los brazos. Doblar una pierna por encima de la otra y pedir a alguien que nos ayude a presionar como muestra la imagen para estirar bien los músculos de la columna.

9 Elevar la cola

De espaldas al suelo mirando hacia el techo, poné las manos en el suelo y doblá las rodillas. Elevá la pelvis, hasta conseguir mantener el cuerpo en una línea recta desde las rodillas a la cabeza. Apretá fuertemente los abdominales y glúteos 6 segundos. Repetí el ejercicio 8 veces.

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